Sergio.

Capítulo 310

Vamos a comer algo picante!” Sergio frotaba sus manos, con una pizca de emoción en sus ojos.

Parecia haber olvidado por completo que

“Clare” asintio Gabriela

Sofia acababa de advertule sobre no llevar a Gabriela a comer comida chatarra.

Π

Aunque sabia que no era la comida más saludable, no podia negar que el sabor era inigualable.

Después de disfrutar de su comida picante, Gabriela decidió ordenar su habitación.

Por toda la habitación, habia dispositivos electrónicos, CPUs desarmadas, placas de circuito verde, PCBAs, diodos….

Lo más sorprendente era que incluso tenia herramientas para soldar.

Si uno no lo vela con sus propios ojos, seria dificil creer que esta era la habitación de una chica.

Una vez que termino de ordenarla, Gabriela cogió un pulverizador para regar las plantas en la habitación de Sofia.

Sofia era muy meticulosa con la limpieza.

Su habitación estaba siempre impecable, apenas se podia encontrar una sola arruga en las sábanas.

Con calma, Gabriela empezó a regar las plantas.

“Pa”

Sin querer, dembo un libro que estaba sobre la mesa.

Lo recogió

Era una edición traducida al español de un famoso libro extranjero.

“Jane Eyre”

Las esquinas de la portada estaban desgastadas y blanquecinas, indicando que el libro tenia ya varios años.

Gabriela hojeó el libro casualmente y una foto que estaba marcando una página cayó frente a ella.

Era una foto con un fuerte sentido de la época.

En ella aparecían un hombre y una mujer.

Gabriela no reconocia al hombre.

Pero la mujer era claramente Sofia, pero mucho más joven.

De hecho, Sofia no parecía haber cambiado mucho desde le fecha en la que se hizo esa foto.

Sin embargo

En aquel entonces, parecía mucho más ingenua, con una luz brillante en sus ojos, reflejando el profundo amor que sentia por el hombre a su lado.

El hombre era alto y robusto, con unas cejas gruesas y ojos grandes, y un semblante apuesto.

Junto a la mujer, parecian la pareja ideal.

Gabriela entrecerró ligeramente los ojos.

Si no se equivocaba, ese hombre debía ser su padrastro.

Y pensar.

Era bastante atractivo.

No era de extrañar que pudiera conquistarla a los diecinueve años y tener una hija sin estar casados.

Con una ceja alzada, Gabriela puso la foto de vuelta en su lugar.

Por otro lado, en la familia Muñoz.

Yolanda, bajo la gula del sistema, había completado tres tareas.

Capitulo 310

Aunque no eran muchas,

Habia causado cierto revuelo en el sitio web internacional de tecnologia.

Despues de todo, la cuenta de Yolanda era nueva, además, era una mujer.

En ese sitio web, una mujer era considerada como una especie rara.

Ultimamente, no dejaban de agregarla como amiga.

Frente a la pantalla, Yolanda esbozó una media sonrisa, ya que sabía que se convertiria en el centro de atención.

Ahora, tanto Bernadotte–YC como Wallace probablemente ya la habían notado.

¡Pronto, las dos grandes figuras del mundo de la tecnología se rendirian ante ella!

El éxito de una mujer no sólo se media en su carrera profesional.

Sino también en su carisma personal.

Justo entonces, el sistema emitió una advertencia: “¡Alerta! El nivel de afinidad de Roberto hacia la anfitriona ha disminuido del ochenta al veinte por ciento. Por favor, tome medidas inmediatas para aumentar el nivel de afinidad!”

Al escuchar esto, Yolanda frunció el ceño. ¿Qué está pasando?”

El sistema continuo: “Anfitriona, jha pasado mucho tiempo desde la última vez que se hizo notar ante Roberto!”

“¿Puedes localizarle en este momento?”

“Voy a intentarlo.”

Gracias al desempeño de Yolanda en el sitio web internacional, el sistema había ascendido dos niveles. No tardó mucho en localizar el itinerario de Roberto.

Al ver los planes de Roberto, Yolanda ya tenia un plan en mente

Poco después, salió de la casa de la familia Muñoz, vestida y lista para su misión.

En la carretera concurrida, mientras los semáforos parpadeaban alternando el verde y el amarillo, un niño corrió repentinamente hacia la calle,

“Pi

Detrás sonó un claxon ensordecedor.

Fue entonces cuando una figura se lanzó rápidamente hacia adelante, protegiendo al niño.

Yolanda, al proteger al pequeño en sus brazos, reveló en sus ojos un brillo de astucia. “Bang!”

Ambos fueron derribados al suelo.

Se abrió la puerta del coche y un hombre vestido de traje y corbata salió de él.

“¿Se encuentran bien?

No era otro que Roberto,

“Estoy bien. Yolanda levantó ligeramente la cabeza.

Señorita Muñoal” Exclamó Roberto con sorpresa.

“Senior Arrufat.” Yolanda saludó a Roberto y luego levantó al niño que habia protegido bajo ella, “Pequeño, ¿te encuentras bien?”

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