Capitulo 311

Enio estaba tan asustado que su rostro se había puesto pálido.

En ese momento, una mujer de mediana edad se abrió paso entre la multitud y abrazano con fuerza. “Mario, estás bien? Casi me matas de un susto!” Luego se volvió hacia Yolanda. “Señorita, no sé cómo agradecirtelo! Si no hubiera sido por ti, mi hijo podria haber perdido la vida hoy”

Yolanda sonrió y respondid: “No hay de que, pero ustedes, como padres, también deben tener cuidado. Siempre deben asegurarse de que los niños estén seguros al crurar la calle!”

*Por supuesto, así lo haré!”

Después de agradecer repetidamente, la mujer se fue con el niño.

Roberto observó la escena un poco asombrado ¿Ustedes no se conoce?”

Yolanda negó con la cabeza ligeramente.

Aneesa respuesta, Roberto se quedó aún més sorprendido

Habla pensado que el pequeño era un pariente suyo.

Si no era un panente, ¿quién se arriesgaria de esa manera para salvar a una persona?

No podia creer que ella no conociera al niño.

Hacer tanto por alguien a quien no se conocia mostraba claramente lo bondadosa que era Yolanda

¡No se habla equivocado con ella!

Una mirada de admiración se asomó en los ojos de Roberto.

“Srta. Muñoz, te encuentras bien? Permitem levarte al hospital para que te revisen

Yolanda sacudió la cabeza. “Me encuentro bien, acaso parezco sentirme tan mal? Sr. Arrufat, no tienes que sentirte mal por mi, de veras que no tengo ningún problema.

Roberto continud, “De todas formas, te has llevado un buen susto hoy. Déjame invitarte a cena Sita, Muñoz, sino mi conciencia no me dejard tranquilo

Ante la invitación de Roberto, Yolanda no podia rechazarlo y, entre halagos y modestia, aceptó

Fue en ese momento cuando la voz del sistema resond en la mente de Yolanda

[Anfitriona, ¡felicidades El nivel de afecto de Roberto hacia ti ha aumentado exitosamente al ochenta y cinco por ciento)

Yolanda esbozó una sonrisa.

Todo lo que deseaba terminaba en sus manos

Roberto seria su trampolin

Mientras tanto

En Ciudad Real

En la residencia de la familia Fuentes.

En la cocina. Olga estaba preparando un caldo nutritivo para Jana.

Una voz sarcastica rompió repentinamente el silencio: “Olga, realmente te esfuerzas por Jana. Lástima que Jana y Rodrigo siempre hacen lo mismo ¿Por qué insistir tanto en algo imposible? Al final, todo es en vano.

Algirarsa, Diga vio que la recién llegada era Natalia.

“Mi asupto no es de tu incumbencia, Natalia”

Natalia sonrió “No quisiera preocuparme, pero hay quienes han estado viviendo a expensas de nuestra familia durante todos estos años

En esta gran familia

La verdadera autoridad era la abuela Fuentes..

Ella distribuía dinero a los más jóvenes cada mes

Originalmente, cada una de las cuatro nueras dela familia Fuentes podia recibir doscientos mil dólares al mes.

Pero por causa de Olga y su hija

Ela solo podia recibir ciento veinte mil

Durante diecinum años!

Comiendo de la familia, gastando el dinero de la familia, y sin agradecer.

¿Cuándo alejarian ella y tu hija de la familia Lozano?

Olga contuvo la ra en su interior y no dijo nada.

Experariant

Capitulo 311

Algun dia haria que cada miembro de la familia Fuentes viniera a rogarle su favor.

Natalia funció el ceño y abandonó la cocina.

Justo en ese momento, Valeria entró a la cocina para buscar un postre.

“Valeria, vigila el fuego por mi. Voy al baño y vuelvo enseguida. Es necesario que debas vigilarlo personalmente, ¿de acuerdo?” Al decir la última frase, Olga se mostró extremadamente seria.

Casi como si eso no fuera una so

“Oh,” asintió Valeria.

sopa nutritiva, sino algún tesoro invaluable.

Olga todavia estaba algo preocupada y, al llegar a la puerta, se volvió para dar una última instrucción: “Vale, no te muevas de la cocina hasta que yo regrese, no te separes ni un paso del fuego”

Valeria asintió con impaciencia.

Olga salió de la cocina.

Alrespirar el aire libre, se sintió un poco más relajada.

No podia seguir esperando.

Este año, tenia que casarse con Rodrigo de la familia Lozano,

Si seguia posponiéndolo.

Ya no tendría oportunidad.

Olga llegó al baño y marcó un número en su teléfono.

20 minutos después, volvió a la cocina.

Pero Valeria ya no s se encontraba alli, en su lugar estaba uno de los sirvientes de la casa.

El rostro de Olga se volvió sombrio, “¿Dónde está Vale?”

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