Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa
Un Beso Que Le Atrapó A Mi Se5ñor Perfecto Capítulo 2439

Capítulo 2439

“Eres la persona en esta casa que menos derecho tiene para decirme eso. Si no te gusta cómo soy, entonces no comas.”

“La comida la preparé yo, los platos los cociné yo misma, ¿con qué derecho me dices que no coma?”

“Qué chiste, todo lo que comes, vistes y usas te lo proporciono yo.

¿Crees que sin mi podrías seguir siendo una gran señora?”

Los ojos de Cecilia se volvieron rojos de ira. “¿De verdad piensas que ser tu esposa es un placer?

Alonso, te crees demasiado importante.”

“¡Zas!”

“¡Ay!”

Alonso no pudo seguir conteniendo su furia y le dio una bofetada a Cecilia, quien sintió el golpe y giró la cara hacia un lado.

Ella, incrédula, tocó su propia mejilla. Durante tantos años él nunca había levantado la mano contra ella, ¿acaso ahora realmente la despreciaba?

“¿Me golpeaste? ¿Realmente me golpeaste?

Mira, Alonso, cuando me pediste matrimonio prometiste ser siempre bueno conmigo, resulta que todo era una mentira.

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Confíe tanto en ti y al final todo fue un capricho mío.”

Alonso, frustrado, se puso de pie de un salto. “¿Puedes dejar de vivir en el pasado?

Si hubiera sabido que cuando envejecieras te ibas a quejar tanto, nunca me hubiera casado contigo.”

Cecilia no podía creer que él dijera eso; cuando eran jóvenes, siempre decía que le gustaba escucharla conversar, que hacía su mundo más animado,

pero ahora, esa misma característica se había convertido en un defecto.

“Claro, es mi culpa.”

Cecilia se sentó en la silla, derramando lágrimas en silencio, mientras que Alonso sintió que finalmente se había calmado y volvió a sentarse para continuar comiendo.

En estos días no sabía si ella estaría pasando por la menopausia, siempre terminaba haciendo un escándalo. Después de darle una bofetada, ella parecía haber recuperado la cordura y no continuó con la pelea.

Maira nunca pensó que Cecilia realmente vendría al set a buscarla.

Desde que Leonardo le dijo que dejara de preocuparse por esos asuntos, actuó como si nunca hubiera recibido aquella llamada y se sumergió completamente en la última fase de la producción.

“Maira, ¿qué te parece la iluminación en este lugar?”

El iluminador del set, sabiendo que Maira tenía un don especial para la luz y las sombras, siempre le consultaba antes de hacer ajustes.

Originalmente pensaron que Maira sería difícil de tratar, pero después de conocerla, se dieron cuenta de que

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simplemente reaccionaba más lento, especialmente en las relaciones interpersonales, tendiendo a ser distante al principio.

Pero en realidad era una persona muy amable: Si fueras a pedirle ayuda, dificilmente te rechazaría.

“Si, sería bueno dejar un poco más de espacio en blanco en la cara, especialmente alrededor del ojo izquierdo, que podría estar en la sombra.”

Maira, mientras extendía su mano para que el estilista le ayudara a cambiarse, también revisaba la imagen que proporcionaba el iluminador y le ayudaba a ajustarla.

“Está mucho mejor, ¡gracias Maira!”

El iluminador volvió a su puesto muy contento con los ajustes realizados. Posiblemente el talento era algo que no se podía envidiar, había gente que simplemente nacía con ello y no había nada que hacer.

Y el director Owen, sosteniendo una taza de mate, se acercó a Maira, tomó un sorbo y dijo, “Ahora todo el equipo te adora, tu presencia ha aliviado el trabajo de muchos.”

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