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Capítulo 1647

¿Quien eres tú?Berta preguntó con confusión a la recién aparecida Esther

Esther se acercó con los dos niños y le sonrió a Berta, “Realmente no debería interferir en cómo educas a tus hijos, pero cuando escuché que estabas regañando injustamente a tu hija, no pude evitar intervenir”

Al ver a Esther llegar a tiempo, el resentimiento que Carmen tenía en su corazón finalmente se alivió, “Señorita benefactora, no te traicioné a ti y a Romi…

Esther bajó la cabeza y miró a Carmen con dulzura, asintiéndole con la cabeza, “Si, lo sé. Realmente eres increible. Pero no necesitas que tu madre se enoje contigo por nosotros“.

Berta se sentia confusa, pero por la “Señorita benefactora” que su hija mencionó, pudo deducir la identidad de Esther.

¡Esta mujer debería ser la salvadora de la que Carmen habló hace unos años, quien le salvó la vida con una donación de sangre!

Pero, ¿por qué esta mujer estaria escondida en el baño con Diegui, y otro niño idéntico a Diegui!

“¿Quien eres tu exactamente? ¿Por qué Diegui está contigo?” Berta pregunto fijamente a Esther.

Carmen frunció sus labios, tirando de la esquina de la ropa de Berta, “Mamá, jella es la Señorita benefactora que donó sangre para salvarte hace años! Y no solo es tu salvadora, también es la esposa legitima de Romi, la madre biológica de Diegui!

¡Si no hubiera sido por Sofia, que forzó a Romi a quedarse a su lado, la Señorita benefactora y Romi deberian haber sido una familia feliz! Ya viste. la señorita no solo le dio a Romi un hijo. jel otro también es su hijo‘

¡No te dije la verdad antes porque Romi no quería que papá y Sofia supieran que el ya conoce la verdad ¡Temia que papá, por Sofia, volviera a lastimar a la Señorita benefactora y a sus hijos!

Mamá, la Señorita benefactora y Romi ya son lo suficientemente desdichados, ¿puedes no decirselo a papá por ahora, por favor?”

Al escuchar las palabras de su hija, Berta estaba asombrada y miró a los dos niños idénticos al lado de Esther…

¿Cómo podia haber tal coincidencia en este mundo?

¡La buena samaritana que la salvó resultó ser la esposa legitima del hombre que Sofia amaba tanto!

¡Dios mio!

A pesar de que la coincidencia era increible, Berta todavía creyó en las palabras de su hija, porque los dos niños idénticos ya estaban frente a ella, la realidad lo demostraba todo.

Berta se recuperó del shock y se sintió un poco avergonzada, mirando a Esther con incomodidad y sin saber que decir

¿Qué debería decir?

Fue su marido y su hijastra quienes destrozaron la feliz familia de esta mujer y encima ella fue la persona que la habia salvado…

Realmente no sabia que decir

Esther parecia muy tranquila, era cierto que no le gustaba Arturo, pero sentia una extraña familiaridad con su esposa, le resultaba dificil odiaria.

Llevo al verdadero Diegui hacia delante con su mano izquierda y le dijo: “Señora, por favor llevese a Diegui y devuelvaselo a su padre, no me conviene volver con él.

Berta volvió en si, algo confusa, pero asintió cooperativamente, “Está bien”

Esther sonno, “¡Gracias! Siento haberte causado tantos problemas. Como dijo tu hija, por ahora no le diga nada a su marido y a su hijastra. ¡Todavía tengo que salvar a mi marido y a mis hijos!”

Berta frunció el ceño, “Lo siento mucho, por culpa de mi marido no puedes estar con tu esposo e hijos. Realmente no sé qué decir, pero te ayudare, no por nada más, sino porque a pesar de que estabas embarazada, decidiste salvar mi vida. No puedo ignorar esto”

Esther asintió, “Gracias por entender”

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