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Capítulo 1701

La pequeña Helena, agraviada, se refugió en los brazos de su madre después de decir lo que tenía que decir…

Esther acogió a su hija en sus brazos y lanzó una mirada a su hijo, “¿Cómo puedes hablarle así a tu hermana, Gaspar?”

Gaspar frunciendo los labios dijo: “¡Mamá siempre se pone de parte de Helena…!”

Max, el mayor, dio una palmada en el hombro de su hermano. “Gaspar, somos sus hermanos mayores, deberíamos ser considerados con nuestra hermana.”

Gaspar muy molesto dijo: “¡Tú eres el hermano mayor! ¡Helena y yo nacimos el mismo día, somos de la misma edad! ¿Por qué debería darle consideraciones?”

Helena apartó su cabeza de los brazos de su madre y señaló a Gaspar con rabia. “¡Gaspar, quiero romper nuestra relación de hermanos!”

El temperamento terco de Gaspar surgió. “¡Rómpelo entonces! ¡Ya no me gustaría tener una hermana tan caprichosa como tú!”

“¡Mami, danos una prueba de que ya no somos hermanos!”

“¡Mamá, ayúdame a probar que ya no tengo que llamarlo hermano!”

Esther ya estaba demasiado agotada, y ahora tenía que lidiar con sus dos hijos haciendo este tipo de pruebas. Estaba abrumada…

Justo cuando estaba a punto de calmar a los niños, Verónica interfirió, llevándose a los dos pequeños…

“¿Espera, qué? ¿Qué significa todo lo que acabo de escuchar? Helena, ¿qué quieres decir con el hermano que estaba aquí cuando no estaba Gaspar‘? Gaspar, ¿qué significa

estuviste solo con papá? ¡Expliquenmelo!”

Helena y Gaspar se quedaron silenciosos.

Ninguno de los dos sabían por dónde empezar, ni siquiera estaban seguros de si debian decirlo. Mami probablemente no les permitiría hablar de ello, pero ya lo habían

mencionado durante la pelea.

Verónica no obtuvo ninguna respuesta y volvió a preguntar, “¿hablen? ¿Están escondiéndole algo a la tía?”

Esther trajo a los niños de vuelta a su lado. “Bueno, ¿no deberías ir a tu cita? ¿Ya no tienes prisa?

Verónica frunció el ceño. “De todas maneras ya estoy tarde Acabo de hablar con Felipe y lo pospusimos para más noche.

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Capitulo 1

Cuñada, escuchaste los que los dos chicos acaban de decir? ¿No te pareció extraño lo que dijeron?”

Por supuesto que Esther había escuchado y entendido. Ella sabía todo lo que estaba pasando, pero no quería hablar de ello con Verónica, quien era tan indiscreta como Helena.

Todos suelen decir que las hijas se parecen a sus tías, ¡y ese dicho definitivamente se cumple en este caso!

Esther se levantó e intentó desviar la atención. “Resolveré los problemas entre ellos. ¿No. deberías subir a arreglarte? ¿No quieres verte guapa para ver a tu novio?”

Verónica aún no se había maquillado. Miró la hora, el tiempo era justo, tenía que apresurarse a lavarse y maquillarse. En cuanto a las extrañas palabras de los niños, podía esperar hasta que volviera para averiguarlo.

“Bueno, supongo que debería subir a maquillarme.”

Dicho esto, Verónica se giró para volver a su habitación, sin embargo, justo en ese

momento, vio una marca sospechosa en el cuello de Esther lo hizo que sus ojos se

abrieran de par en par y sus pasos se detuvieron.

Esther se sintió intimidada por su mirada. “¿Qué pasa? ¿Por qué me estás mirando así?”

Verónica se detuvo y llevó a Esther a un lugar donde los niños no pudieran escuchar. “Cuñada, dime la verdad, ¿a dónde fuiste esta mañana?”

Esther pensó que Verónica se estaba comportando de manera extraña. “¿No me viste salir con Brayan para ayudarle con algo?”

Verónica frunció el ceño. “Vi que saliste con él, pero no vi lo que hicieron. ¡Cuñada, no puedes caer tan bajo!”

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