Un Beso Que Le Atrapó A Mi Señor Perfecto Novela Completa
Capítulo 1717

Capítulo 1717

Con curiosidad, se acercó para ver cómo les iba a sus hermanos menores, pero lo que encontró fue un par de bolsas de snacks sin abrir al lado de cada uno de ellos.

Esos snacks eran los que mamá acababa de decirle que se habían acabado…

¿No se suponía que se habían acabado? ¿Por qué sus hermanos tenían más?

¿Era que mamá no quería dárselos a él, sino guardarlos para sus hermanos?

Miró las dos bolsas de snacks, de repente se sintió triste y desilusionado, pero no mostró enfado, simplemente dio media vuelta y se fue…

“¿A dónde vas, señorito Max? ¡La Sra. Galán estaba preguntando por ti!” La empleada lo vio y le preguntó.

Max estaba desanimado y respondió con desgana: “Voy… voy a mi habitación“.

Dicho eso, se dirigió a su habitación infantil, su figura se veía solitaria.

La empleada pensó que el estado de ánimo del señorito Max era extraño ese día, pero no pudo entender por qué, así que continuó con sus tareas…

Cuando Esther salió de la habitación de Marisol, ya habían pasado dos horas.

Marisol no le preguntó nada, solo habló de los sueños que había tenido recientemente, todos relacionados con Adrián.

La anciana estaba melancólica por extrañar a su nieto, por lo que habló con su nuera, y

ambas se consolaron mutuamente.

Esther notó que Marisol Gómez lucía pálida, así que se quedó a darle un masaje en la cabeza, para luego hacerla dormir la siesta.

Al regresar a la habitación, encontró a Gaspar y Helena durmiendo…

La empleada les dijo que los niños habían estado practicando mucho, y se quedaron dormidos del cansancio, así que los llevó a la cama.

Esther miró a los niños desde la ventana, suspiró con cansancio, esperando que los pequeños se llevaran mejor en el futuro y no pelearan más.

“¿Dónde está Max?“, preguntó Esther.

La empleada respondió: “El señorito Max vino un rato, miró un poco y luego volvió a su habitación“.

Esther frunció el ceño, sintiendo que algo no estaba bien.

Max, siendo un poco mayor, siempre fue obediente, pero solia estar más apegado a ella. ¿Por qué en ese día estaba solo en su habitación?

Después de asegurarse de que los niños estaban bien, Esther fue a la habitación de Max para ver qué pasaba.

Llamó a la puerta de la habitación y de inmediato se escuchó una voz infantil decir, “¿Quién es?”

“Soy yo, mamita“, respondió Esther.

Después de un rato, la voz de Max se escuchó de nuevo, “Mamita, entra“.

Esther entró en la habitación, Max estaba sentado en su pequeño escritorio mirando un libro de dibujos.

Se acercó a él, miró el libro de dibujos en sus manos, luego su rostro redondo y preguntó, “¿Por qué estás aquí solo hoy? ¿No quieres jugar con tus hermanos?”

Max frunció los labios y respondió, “Yo… Ahora soy más grande, debo aprender a ser independiente, no quiero causarte más problemas, mamita…”

Esther entrecerró los ojos y dijo, “¿Quién dijo que eras un problema para mi?”

Max negó con la cabeza, “Nadie lo dijo, es lo que yo siento. Mamita, cuidas mucho de mis hermanos, no debería darte más problemas…”

Esther levantó su mano para acariciar la cabeza de Max y dijo, “Tonto, nunca consideraria que cuidarte es un problema“.

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