Capítulo 1731

A diferencia del Pedro de la mañana, quien lucia un traje impecable, en este momento, Pedro estaba sin camisa, con el torso desnudo.

Esther frunció el ceño y dijo, “Sr. Pedro, ¿es asi como la familia Cevedo te enseñó a comportarte, quitándote la ropa en el lugar de trabajo de otros?

El sudor cubría los hombros de Pedro, acentuando su ya tonificado cuerpo.

“Esther. ¿no es este el efecto que querías?”

Esther mostró su disgusto y dijo, “¿Qué quieres decir con el efecto que queria? Lo que quiero es que te vaya, ino que estés aqui esperandome!”

Pedro sonrió y dijo. “¿De verdad? Me parece que me pediste quedarme aquí, con la calefacción encendida, solo para obligarme a quitarme la ropa para

ti“.

Esther nunca habia conocido a alguien tan presumido y le dijo, “¿Siempre te comportas así, Sr Pedro?”

Pedro se rio desvergonzadamente y dijo. Por supuesto que no! Excepto contigo, nunca me comporto asil Esther, me has dejado en este estado, jahora debes asumir la responsabilidad!”

Esther se mantuvo seria, sin una sonrisa en su rostro

Estaban en Gómez International CO., y tenia un montón de empleados esperandola afuera, mientras Pedro estaba alli, con el pecho al descubierto. ¡Qué falta de decoro!

“Primero ponte la ropa!

Pedro sabia que ese truco funcionaria con Esther, así que se acercó un poco más y dijo, “No, hace demasiado calor Esther, ¿cómo puedes pedirme qué me ponga la ropa con este calor, quieres que me derrita?”

Esther se disgustó y dijo, “Si realmente tienes calor, deberías ponerte la ropa y salir de aqui. ¡Fuera hace fresco! Si realmente no quieres ponerte la ropa, puedes salir corriendo asi, no me importa. Pero no puedes hacerlo aqui, delante de mi, sin ropa!”

Pedro sonrio y dijo. ¿Por qué no puedo hacerlo delante de ti? ¿Tienes miedo de no poder controlarte?”

Esther frunció el ceño y dijo, ¿Tienes algo de vergüenza?”

Pedro se rio y respondió, “Esther, nos conocemos desde hace tanto tiempo, ¿todavía no me entiendes? Si tuviera verguenza, no te molestaria tanto Pero no puedo evitarlo, cuando no te veo, no puedo dormir. He estado tratando de no verte, pero no pude resistir y te llamé esta mañana. ¿Y tú me tratas asi? ¡Encendiendo la calefaccion en pleno verano!”

Esther fruncio el ceño y dijo, Pedro, no puedo controlar lo que piensas de mi, pero debes tener algunos principios. Soy una mujer casada y madre, lo que estas haciendo no está bien!”

Pedro, sin embargo, la atrapó entre sus brazos y dijo: “No me importa. No me importa lo que digan los demás, solo te quiero a ti. No me importa como te consiga, siempre y cuando pueda, no me importa intentarlo”

Esther, finalmente perdió la paciencia, le propinó una patada y le dijo, “Lo siento, no puedo soportarlo más. En teoria, no debería ser violenta con un socio de negocios, pero Sr. Pedro, tus palabras son demasiado ofensivas. Te aconsejo que no las repitas, especialmente frente a mi. Cada vez que las oiga, te golpeare‘

Pedro se agarró la zona que Esther habia golpeado con fuerza, gruñó de dolor y luego se echó a reir despreocupadamente, “Esther, Esther, me doy cuenta de que me gustas cada vez más, ¿qué debo hacer?”

Esther miró su risa despreocupada y sintió un escalofrio y dijo, “Sr. Pedro, ¿tienes alguna tendencia masoquista?”

Pedro se levantó de un salto, cogió su camisa y se la puso mientras hablaba, “No para los demás, pero para ti, realmente hay algo. Cuanto más me maltratas, más interesas siento por ti, todo se vuelve más emocionante y divertido para mil

Esther torció la boca y dijo, “Entonces realmente estás un poco mal de la cabeza, ive al centro de psiquiatria y pide cita! No puedo curar tu enfermedad

¡No! Puedes curarlo, tú eres mi remedio!”

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