Capítulo 31

Odalys habla bebido, y su reacción era más lenta de lo normal, hasta que Bruno llamó a ‘Gerson‘, ella pudo asociar esa voz burlona con la cara del hombre, no sabia por qué él habia vuelto de repente, pero ella sabia que no queria que Bruno escuchara lo que él le diria a continuación.

Casi por reflejo, ella se levantó de su asiento y camino hacia Gerson, pero se levantó tan rápido que, bajo la influencia del alcohol, sus pasos eran inestables y terminó tropezando en los brazos del hombre.

Gerson no se movió, dejando que la mujer cayera en sus brazos, su rostro guapo solo mostraba frialdad. Ella sentia las piernas débiles y tenia que agarrar los brazos del hombre para mantenerse en pie. ¡Se arrepintió de haber bebido tanto!

Ella levantó la vista hacia Gerson y con una voz que solo ambos podían escuchar dijo: “No, no lo digas“, su voz llevaba un tono coqueto y herido sin darse cuenta.

La mandibula de Gerson estaba tensa, su perfil era frio y amenazador: “¿Qué pasa, temes que él se entere de que le diste algo en su bebida? ¿Que arruine la imagen de la doncella pura e inocente que tiene de ti?“.

Odalys trunció el ceño, claramente molesta, y para Gerson, esa molestia era casi una admisión tácita: sus emociones se agitaron violentamente. Sin embargo, la mujer borracha no notó su enfado, sino que se quejó con impaciencia: “¿No te habias ido ya? ¿Por qué volviste?“.

Gerson sonrió con sarcasmo: “¿Te molesto?“.

Odalys, frunciendo el ceño, respondió indiferente: “Piensa lo que quieras, me voy“.

Ella se estabilizó y soltó su mano, y de inmediato se despidió de Bruno: “Me voy, no tomes en serio lo que dije antes, te invitaré a comer otra vez cuando tenga tiempo“.

La última frase era claramente de cortesia, pero quien tenia interés la tomó en serio.

Bruno asintió: “Ten cuidado en el camino“.

“Adiós“, Odalys se dio la vuelta para irse, ignorando completamente a Gerson. Al pasar por su lado, frunció el ceño con incomodidad y sus pasos se tambaleaban ligeramente por el alcohol. Era la segunda vez que Gerson la vela borracha, con las mejillas sonrosadas y los labios rojos, y una mirada seductora en sus ojos.

La primera vez fue aquella vez; Gerson miró la silueta que se alejaba, sus labios estaban apretados y una sombra oscura se gestaba en sus ojos.

Odalys bajó las escaleras y se detuvo al lado de la carretera para tomar un taxi. Era hora pico para los taxis y esa zona era de alto tránsito peatonal y vehiculas, apenas se veían taxis y mucho menos libres. Sin importarle la imagen que daba, se sentó en un bordillo y abrió la aplicación de transporte en su teléfono: entrecerrando los ojos y acercándose para ver mejor la pantalla, su brazo fue agarrado con fuerza, levantándola del bordillo. No necesitaba mirar para saber quién era, el aroma del hombre era dominante e invasivo, con una fuerte agresividad..

El brazo de Odalys dolia, ella frunció el ceño y se resistió: “Suéltame…”

Antes de que pudiera terminar la frase, Gerson ya la habla empujado con fuerza dentro del coche. Sancho, el conductor, se sobresaltó por el alboroto repentino en la parte trasera y al girarse, vio a su jefe presionando a la señora en el asiento trasero como si fuera un pollo.

Odalys luchaba resistiéndose, la mujer estando ebria no tenia ni un ápice de debilidad, decidida a liberarse del hombre con más fuerza que un toro, incluso más descontroladamente que cuando estaba sobria. Al menos la Odalys sobria jamás se atrevería a arañar a Gerson.

El cuello del hombre mostraba un rasguño profundo y muy visible, se notaba que ardía con dolor, y Gerson

pesaba que si no fuera porque su cabello era demasiado corto para que ella lo agarrara, seguramente lo habeta hecho como una pelea desentrenada.

Otatys… con el rostro trio, el sujeto las manos agitadas de la mujer contra el asiento, arrodillado a su lado wa una posicion dominante, presionandola a medias. Esa postura ambigua y violenta era excitante para iquiera que la viera, pero para Sancho, el unico espectador, era una pesadilla, él tenía que la señora enjara al joven maestro y que la abandonara en la carretera para que se las arreglara sola.

Odalys, mordiendose el labio, miraba la cara hermosa del hombre frente a ella, y de repente parecia desinflarse. Ya estaban en proceso de divorcio; no habla necesidad de hacerlo más desagradable, ¿qué más podia hacerte Gerson?

Al darse cuenta de que la mujer habla dejado de resistirse, Gerson la soltó con el rostro frio: “Vuelve a Oasis Sereno,

Se tocó el cuello donde había sido arañado, notando rastros de sangre en la punta de sus dedos, pasó su lengua por su mejilla con un leve sonido de disgusto.

Odalys se movió al otro lado, acurrucandose contra la puerta del coche, su voz cansada y un poco débil aún se podia escuchar: “Sancho, déjame en un buen lugar para tomar un taxi, por favor“.

Ella queria volver a su alquiler, pero sin molestar a Sancho para que diera un rodeo. Pero Sancho no se atrevió a responder, observando a Gerson por el espejo retrovisor. Al ver la cara severa de éste, no dijo nada. Después de tantos años a su servicio, el podia entender todo con solo una mirada, entonces sin responderle a la mujer, aumentó la velocidad, dirigiéndose hacia Oasis Sereno.

Odalys truncio el ceño, pero como no conocia bien las calles, decidió abrir el GPS en su teléfono.

Gerson, al ver el teléfono de ella, la miro de arriba abajo con una mirada sarcastica: “¿Realmente crees que con ese cuerpo esquelético tienes que preocuparte de lo que yo harla?“.

Odalys replicó con sarcasmo: “No, por supuesto que no. Después de todo, el gusto del Sr. Borrego es único“. Aunque no tenia un 90-60-90, su figura era proporcionada, con curvas donde debía y esbelta donde era necesario. Noelia, aunque bailaba todo el tiempo y tenía una figura y un aire excepcional, no tenia las curvas de ella. Pero estaba claro que a él no le importaba que Noelia fuera plana, pero si le molestaba que Odalys no tuviera “ni dos libras de carne“. ¿Era esa la diferencia entre un primer amor y una esposa de tantos años? Odalys se canso de escucharlo y se dirigió al hombre del asiento delantero: “Sancho, por favor llévame al Apartamento 7“.

Sancho le dio una mirada de disculpa por el espejo retrovisor y siguió adelante. La navegación del teléfono emitió una alerta mecánica: “Ha salido de la ruta, recalculando…

Odalys frunció el ceño, reprimiendo su frustración sin decir nada, con cada advertencia de desvio y sin rutas alternativas por delante, finalmente se envalentono: “¡Sancho, detente aquí al lado!“.

Gerson la miró friamente: “¿Quieres volver a buscar a Bruno?.

Odalys: “…”

¿No querer estar en su coche significaba que quería volver con otro hombre? ¡Qué lógica más extraña! Al ver que ella no respondia, Gerson, con una sonrisa burlona y mirando su cara descontenta, insinuó: *¿Crees que fue una coincidencia encontrarte con él esta noche? Estaba en una cita a ciegas, a esta hora. Levantó la muñeca para mirar la hora: “Probablemente tendrías que buscarlo en un motel de amor ahora mismo“.

Odalys soltó una risita, claramente Gerson estaba buscando pelea. Se inclino hacia él, desafiante y dijo algo

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que nunca se atrevería a decir normalmente: “Entonces sería una molestia para ti averiguar cuál motel, pero considerando la figura y el fisico de Bruno…”

Se acercó al oido de Gerson, susurrando algo que jamás diria en circunstancias normales: “Seguro que él no tendría problema con un trio“.

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