Capítulo 31 Yo también le había preguntado a Renán, por qué, por qué tenia ese derecho: y él me dijo:“Porque comes de mi comida, bebes de mi bebida y vives en mi casa! ¡Por la bondad que mi familia teha mostrado, nunca podrás pagarla en toda tu vida! Solo es una plaza de intercambio estudiantil, ¿quéderecho tienes para alzarme la voz?“. Ese dia, me senté derrotada en el suelo como un perro callejeroabandonado. Y. Juan, abrazando a la hermana de Yuria, esa mujer que me robó mi lugar, se parófrente a mi y pisoteó mi dignidad con las palabras más venenosas del mundo. Ella me dijo: “Nayra,realmente eres patética, solo mi hermana merece a Renán, ¿tú crees que una mujer tan vil como tú esdigna? Eres solo una mancha en la vida de Renán“. Juan me dio una patada y me dijo: “Dijo que loque más lamenta en la vida es haber permitido que Teresa te acogiera“. Me quedé sentada alll, micuerpo endureciéndose poco a poco. “Nayra, si te atreves a hablar mal de mi, te haré la vidaimposible“, me amenazó Juan descaradamente, siempre le gustaba amenazarme en secreto. “Ay,aunque ella hable, Renán nunca le creerá a una mujer asi, ¿cómo alguien podría creerle?“, la hermanade Yuria, triunfante, se alejó con el bolso que Renán le había dado a Yuria, con el que podría gastarcientos de miles con solo una pasada. Él siempre decía que yo le debía, que le debía a la familiaHierro. Pero lo que yo habia gastado en la familia Hierro en todos esos años, sumando los gastos devida y la matricula, apenas si llegaba a unas decenas de miles. Yo tenia una beca, y una vez que entréa la universidad, casi no tenia que pagar matricula, la beca cubria mis gastos diarios. Prefería trabajara media noche en una tienda de conveniencia abierta las 24 horas arites que seguir gastando el dinerode la familia Hierro. Lo que le debía a Renán eran los gastos del funeral de mis padres cuandomurieron, y él pagó la deuda que mi familia tenia por incumplir un contrato con socios, pero lacompensación para los trabajadores la pagué con el dinero del seguro por la muerte de mis padres yvendiendo la casa donde hablamos vivido. Sabia que le debía mucho dinero a Renán, pero incluso esono se comparaba con lo que él gastaba en Yuria y en la gente cercana a ella a lo largo de todos esosaños. Recuerdo que, en mi tercer año de universidad, me enfermé, tuve encefalitis y fiebre alta, y medesmayé en el campo de deportes de la escuela. Ese día, con fiebre alta, Renán me obligó a ir a hacerla prueba fisica en lugar de la hermana de Yuria, le dije que tenía fiebre, que me sentia mal, pero no le

importó: “Nayra, si no estás muerta, ve“. No tenía fuerzas para discutir, y siempre recordaré esaspalabras: “Nayra me lo debes‘. Supuse que le debía y tenia que pagar; así que me levanté de la cama,tambaleándome, y fui al campo de deportes. Ese día, solo corri la mitad de los ochocientos metrosantes de desmayarme, me rasgué los brazos y la frente, y el ardor era insoportable. El médico dijo queestaba loca, que con una fiebre de cuarenta grados y aun asi hice la prueba fisica, era como siquisiera morirme. Por ese incidente, la hermana de Yuria fue descubierta por haber pagado a alguienpara que hiciera la prueba por ella y perdió su oportunidad de ser estudiante de intercambio. Ese diaen el hospital, Renán entró furioso a la habitación, casi arrastrándome fuera de la cama: “Nayra, nuncasupe que eras tan maliciosa, ¿solo porque la hermana de Yuria obtuvo la plaza de intercambio, laestás saboteando?“. Cada palabra suya decia que yo era maliciosa, que yo era una calculadora, perono mencionó ni una palabra sobre mi fiebre o la encefalitis que me habian llevado al hospital, esaencefalitis casi me habia costado la vida. Necesitaba dinero para el tratamiento hospitalario, de locontrario, podria morir, pero mi dinero para 1/2 Capitulo 31 ese mes ya no era suficiente para cubrir loscostos médicos exorbitantes. Entonces, le rogué a Renán que me prestara dinero para que pudiera sertratada y una vez que me recuperara, le pagaria con el dinero de mi trabajo. Pero él solo me miró condesprecio: “Aún en este momento sigues fingiendo. Nayra, es una pena que no seas actriz“. Medesplomé en el suelo, con un dolor de cabeza insoportable. “Si quieres dinero, a ver hasta dóndeestás dispuesta a llegar por él“, Renán se burló, agarrándome del cabello. “Antes le pedias dinero aJuan, ¿qué le diste a cambio? ¿No te dije que si necesitabas dinero me lo pidieras? ¿Por qué eres tansucia?“. Lo miré, confundida, e intenté explicarme: “Yo no le pedi dinero, no…” “¡Sigues mintiendo, esaboca tuya siempre ha estado llena de mentiras desde pequeña!“, Renán me empujó y se recargó en lapared, mirándome desde arriba con desdén. “Si lo que quieres es dinero, pues deja el teatro y venconmigo, aqui no me interesas“. Bajé la mirada mientras las lágrimas ardian en mis ojos, sabia lo queél queria hacerme. Por un lado, decia que yo estaba sucia, mientras que, por otro, una y otra vez,tomaba y desahogaba su furia en mi. Aquella noche, con una fiebre que no cedia, me desplomé en elbaño del hotel, con la nariz sangrando por ambos lados. Fue la señora de la limpieza quien meencontró al dia siguiente y me llevó al hospital, si hubiera sido un poco más tarde, quizás aquel dia

hubiera muerto, y él ni siquiera me habia dado el dinero. Desesperada, llamé a Helda. Ella llegócorriendo al hospital desde su casa, rogándole a su papà, ese que nunca la había cuidado después dedivorciarse, que le diera cinco mil pesos. Por esos cinco mil pesos, tanto ella como yo sacrificamosnuestra dignidad. Nos sentamos en la habitación del hospital llorando y riendo, sin decirnos nada más,yo sabia que solo me quedaba ella. El dia que me dieron de alta, me topé con Renán en el hospital, élse veia cansado, entrando y saliendo del área de hospitalización.

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