Capítulo 116: Si, Te Espero

Santiago, inicialmente algo molesto, pronto esbozó una sonrisa Indulgente.

“Anoche debió haber sido agotador para ella», pensó.

Quizás estaba recuperando el sueño perdido, Interrumpido por el tono insistente de su teléfono.

Sin mirar quién llamaba, lo colgó y continuó durmiendo.

Santiago imaginó esa escena, sonriendo ampliamente con satisfacción.

Miró el reloj y decidió esperar a que ella descansara lo suficiente antes de prepararle un almuerzo y llevárselo.

Mientras, en su camino, Santiago se sentia fresco y animado.

Por otro lado, Lucía tenía un nudo en el estómago.

Había estado alerta, pero al ver el evidente interés de Santiago en esa mujer, comprendió que la

situación no era fácil.

Lucia no insistió más con Santiago.

Le pidió a Dylan que la dejara en el Hotel Coralia y se bajó del auto.

Santiago, quien había estado ocupado en Starlight Joyas y rara vez visitaba la Corporación

Mendoza, recibió una llamada de trabajo.

Últimamente, era Thiago quien le llevaba los documentos al Edificio Bailetti para que los firmara.

Hoy, de buen humor y sabiendo que Valentina aún dormia, decidió visitar la Corporación

Mendoza.

Valentina no regresó a la Villa de Los Pinares.

Justo cuando estaba a punto de entrar a la empresa, divisó una figura familiar.

Alonso, vestido casualmente, parecía estar esperando a alguien.

-¿Señor Valenzuela? ¿Está esperando a alguien? -preguntó Valentina al acercarse.

Alonso, con una sonrisa educada, respondió:

-Sí, te esperaba a ti.

+15 BONOS

Valentina se sorprendió visiblemente.

Alonso, notándolo, sacó dos entradas de su bolsillo,

-Hay una exposición de antigüedades en el Museo Coralia, te interesa?

¡Vaya, claro que si, por supuesto que me interesal

La exposición en el Museo Coralla, con varias piezas nacionales recién recuperadas y expuestas por primera vez, habia capturado el interés de muchos. Las entradas eran dificiles de conseguir.

Valentina, ocupada con los desafios en Starlight Joyas, habla pospuesto la compra y se encontró

con que ya estaban agotadas.

-La exposición es esta noche. Esta entrada extra es para ti. Como agradecimiento, ¿me invitas a almorzar?-propuso Alonso con una sonrisa radiante y dificil de rechazar.

Recordando la comida, Valentina se sintió culpable.

-Señor Valenzuela, debi haberlo invitado a comer ese día, pero….

-El problema fue mio ese dia -interrumpió Alonso, pensando en Santiago con una mirada

compleja que desapareció tan rápido que era casi imperceptible.

Mirando sinceramente a Valentina, agregó:

ara tu

-Perfecto, hoy cuenta como una invitación conjunta. ¡Y no te preocupes por tu cartera, prepara

mente para ello!

-Está bien, no hay problema -aceptó Valentina.

Era temprano aún para el almuerzo, y Valentina subió las escaleras para ocuparse de algunos documentos. Alonso la siguió. Su apariencia impresionante y su elegancia captaron las miradas de muchos en la oficina. La mitad de los empleados de la empresa habían trabajado anteriormente para el Grupo Valenzuela, pero incluso ellos rara vez veían al gran jefe.

-¿Quién es ese? ¡Otro guapo! ¿Qué tipo de encanto tiene nuestra jefa?

Comentaba alguien con envidia. El guapo, aunque estaba en la zona de recepción, no quitaba los ojos de la jefa. Su mirada decia claramente que su relación no era solo de amistad.

-Pero yo todavía pienso que el guapo de hace unas semanas es más atractivo, incluso más que Álvaro. Si ambos están tras la jefa, yo apoyo a él -agregó otro.

-En cuanto a la apariencia, el señor Mendoza de hace un tiempo tenía una ligera ventaja, pero creo que lo importante es la riqueza. Apoyo al que tenga más dinero -dijo alguien más. En un

415 BONOS

De repente, alguien que habla visto a Alonso de lejos en un concurso de joyería y sabia que era su propio jefe, rápidamente buscó la entrada de «Alonso Valenzuela» en Wikipedia y mostró discretamente la pantalla de su computadora a los demás.

Al verla, quedaron boqulablertos.

-¡Señor… señor Valenzuela! ¡Dios mlol ¿Nuestro Jefe está persiguiendo a la jefa Valentina?

Ahora todo tenia sentido. La razón por la que los habían enviado a trabajar a Starlight Joyas era aparentemente para ayudar en este asunto. De repente, todos miraban a Valentina como si fuera

la futura señora Alonso Valenzuela.

Uno de ellos, después de ver la foto de Alonso en Wikipedia, fue al baño. Desde un cubiculo, con

cuidado llamó a Thiago.

-Asistente, el señor Valenzuela está en Starlight Joyas, parece que está esperando a la jefa, tal

vez tengan una cita.

Era uno de los enviados por la Corporación Mendoza y el único que sabía que seguir las órdenes del señor Mendoza era su misión. Aunque nunca había visto al señor Mendoza, sintió que debía

informarle sobre la situación.

Thiago respondió al teléfono, asintió seriamente y colgó. Eran las once. Santiago terminó de firmar el último documento y salió apresuradamente de la oficina. Fue a un restaurante donde preparaban varios platos que a Valentina le encantaban. Miró el reloj; era un buen momento paral llevar la comida a la Villa de Los Pinares. Valentina ya debería haber descansado lo suficiente.

Salió de la oficina canturreando felizmente, pero fue interceptado por Thiago.

-Señor, hay algo importante que debo decirle…

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