Capitulo 138: La Cara de una Familla de Ladrones

–Abuela Lucinda

Aitana miraba débilmente a doña Lucinda. Al notar el desdén en los ojos de doña Lucinda, Aitana comenzó a arrepentirse de su actuación. Esa mañana, doña Lucinda y Noah habian venido a

visitarla temprano,

Tras enterarse de su aborto, doña Lucinda se mostró aún más fria. Recordando el desprecio anterior en la familia Rodriguez, Altana no podía dejar de sentirse resentida. Aunque no deseaba casarse con Noah, estaba decidida a demostrarle a doña Lucinda su valla.

Asi que hizo que su padre llamara a Valentina, planeando destacar su propia bondad y sensatez a expensas de Valentina. Pero nunca esperó que Valentina se saliera con la suya.

-Doña Lucinda, cuidate mucho, descansa -dijo doña Lucinda de manera indirecta.

Todos, excepto Noah, entendieron el doble sentido de sus palabras. Aitana podría tener hijos en el futuro, pero no necesariamente con Noah.

Aitana se puso pálida al oirlo. Noah, creyendo que estaba afligida por el bebé perdido, la consoló:

-Claro, abuela tiene razón, tendremos muchas más oportunidades de tener hijos.

Valentina solo sonrió sin decir palabra.

Doña Lucinda miró con desaprobación a Noah y dijo:

-Es hora de irnos, Rubén.

Noah, que quería quedarse a cuidar de Aitana, cambió de opinión al notar el disgusto de su abuela y asintió. Antes de irse, advirtió a Valentina con una mirada sombría:

-Si vuelves a lastimar a Aitana, no te lo perdonaré.

Valentina respondió con desdén:

-Estoy esperando.

Poco después de que doña Lucinda y Noah se fueran, Soraya también se marchó. Cuando Valentina pensó que la reunión había terminado, Marc trajo a colación el próximo aniversario luctuoso de su madre.

Marc sacó un documento, exigiendo que Valentina lo firmara para asegurar que el aniversario luctuoso transcurriera sin interferencias. El documento era una transferencia de un millón de

+15 BONOS

-¿La familia Lancaster está tan necesitada de dinero? -preguntó Valentina irónicamente.

Marc, que habla vaciado Starlight Joyas, todavia estaba obsesionado con ese millón.

-No es cuestión de necesidad -explicó Altana, revelando su verdadera naturaleza.

-Ese millón siempre debió ser mio. Tú irrumpiste y arruinaste todo, quitándome lo que me

pertenecia.

Valentina se rio ante la absurda afirmación de Altana.

-¿Un millón de dólares para comprar la paz en la tumba de mi madre? -dijo Valentina fríamente.

-¡Intentalo y verás!-desafió Aitana.

-Bien, lo espero -respondió Valentina, igual de desafiante.

Aitana subió a su habitación, dejando a Valentina sola con Marc y Alicia.

-¿Así es la hija bondadosa y pura que criaste? -preguntó Valentina sarcasticamente.

Marc frunció el ceño, mientras Alicia intentaba justificar el comportamiento de Aitana.

Pero Valentina ya había tenido suficiente de sus hipocresías y se fue corriendo de la mansión

Lancaster.

Valentina corrió, llena de ira y frustración. No podía creer que estuvieran utilizando el aniversario luctuoso de su madre como chantaje.

Al día siguiente, Valentina no regresó a Villa de Los Pinares y pasó las noches en un hotel cercano, después de visitar la tumba de su madre hasta tarde.

Mientras tanto, Santiago seguía a Valentina en secreto.

En otra parte de la ciudad, Alonso y Lucía llegaban al aeropuerto para recibir a un anciano.

Era el cumpleaños de Citlali y, aunque don Raúl no había encontrado a su hija, había decidido visitar Coralia, donde Citlali había vivido, con la esperanza de aliviar su añoranza

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