Cariño eres multimillonario by Lyra Paramés ( Lyra Paramés ) -
Capítulo 219
Capitulo 218: ¿Entonces, a Quién Viniste a Ver?
Si hubiera sido cualquier otra persona, Lucia ya estaria enfadada. Pero ante esta persona, al pesar del embarazo, se vio obligada a mantener su sonrisa.
-Si, Lucia Valenzuela. Mi abuelo es don Raul…
Lucia no retiró su mano, sino que continuó presentándose. Parecía creer que, al saber que era la nieta de don Raúl, incluso Diego, el presidente de Consorcio Industrial Mexa, debería mostrarle respeto.
Pero antes de que pudiera terminar, Diego interrumpió:
-¡Una nieta de don Raúl recogida del orfanato no cuenta para nada!
La asistente de Diego, Silvana, también se quedó sin palabras. Su jefe siempre tenía un lado mordaz cuando estaba de humor, y si no fuera por el respaldo de Consorcio Industrial Mexa, probablemente ya lo habrian acabado.
Parecía que Lucia finalmente no podía mantener la compostura. Silvana rápidamente intervino:
-Señorita Lucia, lo siento, señor hoy… está de mal humor, no te lo tomes a mal…
Diego le lanzó una mirada fría a Silvana. ¿Quién dijo que estaba de mal humor? ¡Se sentía bastante bien! Pero al ver la sonrisa en el rostro de Silvana, decidió no decir más, y sin prestarle más atención a Lucía, se fue.
Lucia apretó los puños con frustración. Silvana, sintiendo su molestia, se disculpó nuevamente y siguió a Diego.
-Jefe, los Valenzuela son nuestros anfitriones hoy, no estuvo bien lo que hiciste -Silvana aún sonreía, tratando de aconsejar amablemente.
-No vine por los Valenzuela -dijo Diego despreocupadamente.
Incluso si se tratara de la familia Mendoza, no le importaría, y mucho menos los Valenzuela.
-¿Entonces, a quién viniste a ver? -preguntó Silvana.
Diego no respondió, pero de repente, Silvana pensó en don Mendoza de la familia Mendoza…
¿Podría ser él? El jefe había mencionado que don Mendoza… era interesante.
Silvana miró a Diego incrédula, sin poder sacudirse el mal presentimiento.
Lucia, ignorada por Diego, aún no se daba nor vencids Dornan di
los movimientos de Diego, lista para acercarse nuevamente.
Mientras tanto, Valentina estaba arriba. Alonso ya habia bajado a recibir a los invitados, y
Valentina, desde la ventana, vio una figura abajo, sorprendida, y luego, cuidadosamente evitando
ser vista, bajo para acercarse a esa persona por detrás.
-¿Luna no te ha molestado más?
Esa persona no era otra que Michael. El abuelo Raúl habla dicho que solo se habia invitado a gente del sector al cóctel de bienvenida. No esperaba que la familia Bennett también estuviera
presente.
Michael se giró y vio a Valentina, con un destello de admiración en sus ojos:
-¿Luna? Ah, te refieres a ella, ese día…
Estaba a punto de mencionar cómo la vio patear a Luna al estanque de los deseos, pero de repente recordó que había visto esa escena en secreto. Para no delatarse, cambió rápidamente
de tema.
-Después de ese día en el hospital, no la he vuelto a ver.
Valentina se sorprendió visiblemente. Luna, que había puesto sus ojos en Michael o, más
en su estatus, parecía haberse rendido tan fácilmente.
hien.
Eso no era propio de Luna. Y ella tampoco había visto a Luna en un tiempo. Para ambos, Luna no era importante, así que rápidamente dejaron de pensar en ella.
Valentina se percató de que Michael se había hecho un piercing en la oreja. Llevaba puestos los pendientes que ella le había regalado la última vez, que ya de por sí lo hacían ver muy atractivo, pero ahora desprendían un aire de rebeldía.
Valentina no tuvo tiempo de elogiar su propio buen gusto, cuando escuchó la voz de Alonso
resonar….
-Valen, ya va a comenzar la fiesta.
Alonso lucia hoy un traje blanco, que realzaba aún más su aire distinguido y culto. Al ver a Michael, Alonso asintió con cortesía.
Cuando su mirada se posó en Valentina, se tornó aún más tierna.
-El abuelo ya bajó, deberíamos irnos también.
Mientras hablaba, Alonso le hizo señas a Valentina para que tomara su brazo. Dada la ocasión, siendo ella la nieta de la familia Valenzuela y Alonso su hermano, Valentina no se cohibió y, al
tomar el brazo de Alonso y girarse, le dijo a Michael:
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-Vamos, acompañanos.
Michael miró a Alonso, soltó una risa y dijo:
-Prefiero quedarme un tato más en calma.
Observando como Alonso y Valentina se alejaban, Michael encouló los hombros.
Aquel dia, en casa de la familia Bennett, algo habla incomodado a Valentina, aunque no se habló
abiertamente, el intuia la razón,
Pensaban que Valentina y Alonso tenían una relación demasiado cercana, teniendo que Valentina estuviera obstaculizando el camino entre su hermana y Alonso. Pero, en su opinión, las cosas no eran asi. Valentina era abierta y honesta con Alonso, pero la mirada tierna de Alonso-
no parecia inocente.
-Parece que mi hermana sueña despierta con estar junto a Alonso–murmuró Michael, tocando instintivamente el pendiente en su oreja.
De repente, como recordando algo. Habla notado que Valentina aún llevaba aquel diamante rojo
que tenia el dia de aquel incidente.
El esposo de Valentina
En una ocasión como esta. ¿vendría el esposo de Valentina?
Michael habia pensado en mantenerse apartado, pero la curiosidad creciente lo impulsó a
dirigirse hacia donde estaba la acción.
En la fiesta, Alonso empujaba la silla de ruedas de don Raúl, con Valentina de pie al lado de don
Raúl, rodeados de innumerables personas que venían a brindar.
-Don Raúl tiene mucha suerte, con una nieta tan hermosa y talentosa
-Si, todavía recuerdo esos dos premios de diseño de joyas, el Grupo Valenzuela tiene una directora tan formidable, don Raúl tiene buen ojo…
Casi todos los que venían a brindar no paraban de elogiar. Elogiando a don Raúl, y también a la nueva directora de joyería del Grupo Valenzuela.
Todos sabían que al permitirle asumir ese cargo, implicaba mucho más que el cargo en sí.
Con la familia Valenzuela teniendo un gran patrimonio, y con la salud de don Raúl decayendo, si don Raúl falleciera, seguramente habría una lucha por el poder.
El papel que jugaria la nueva directora de diseño del Grupo Valenzuela, y su posición en ese
+15 BONOS
escenario, era incierto.
Pero incluso una pequeña parte del Grupo Valenzuela seria suficiente para que la gente presente
buscara ganarse su favor.
Entre la multitud, Valentina sonrela de manera radiante y apropiada.
Sus ojos vagaban hacia la entrada, como esperando la llegada de alguien.
Pero después de un rato, sin ver esa figura, el rostro de Valentina mostraba una creciente decepción, incluso sin darse cuenta de que sus dedos jugueteaban inconscientemente con aquel
diamante rojo.
Sin embargo, Diego captó su gesto.
Con su aguda percepción, captó algo al instante.
-Escuché que la Corporación Mendoza adquirió recientemente un diamante rojo de primera calidad -comentó Diego, como si fuera un comentario casual.
-Si, ese diamante rojo es extremadamente raro, incluso más grande que el tuyo -respondió
Silvana.
Silvana también notó el anillo que Valentina llevaba. ¿Sería posible que el anillo fuera aquel diamante de la Corporación Mendoza?
Esta suposición hizo que Silvana observara a Valentina más detenidamente. De repente, como si Diego recordara algo, preguntó:
-Dijiste antes que alguien quería comprar mi diamante a un precio alto, ¿quién era?
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