Despidiéndose de mi amor
Capítulo 104

Capítulo 0104

-Lo siento mucho.

Adrian siempre fue muy discreto, y esa vez le recordó a Julio porque no quería que se arrepintiera más adelante. Él era quien mejor conocía los cambios bruscos en la vida de Julio durante los cinco años que Silvia estuvo desaparecida.

Julio no lo culpó, y después de que se fue, regresó a la habitación.

Silvia acababa de recibir una llamada de Viviana, quien le dijo que había sido liberada en la madrugada

-Silvia, ¿fuiste a ver a Julio?

Viviana sospechaba que algo no andaba bien, ya que llamó a Silvia anoche y ella no le contestó.

-Sí, hablé con él sobre ese asunto ayer -Silvia no lo negó..

-¿Te causó problemas? -Viviana estaba muy preocupada.

-No.

Silvia vio a Julio regresar y le dijo: -Hablamos luego.

Silvia colgó de inmediato el teléfono,

Julio entró apresurado: -¿Quién te llamó?

-Es Viviana.

Silvia se levantó y miró a Julio: -¿Dónde está Juan? Quiero verlo, él siempre ha sido muy frágil y necesita atención médica constante.

-En donde vive hay un equipo médico.

Lo que implicaba que ella no podía verlo.

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-Es mi hijo, ¡necesito verlo!

Silvia sabía muy bien que pedirle era inútil, ya que él no lo aceptaría.

En realidad, ella también estaba muy asustada. Temía que Julio no creyera lo que decía y decidiera hacerse una prueba de paternidad con Juan, lo que revelaría su mentira de que Juan realmente no era su hijo.

-Si te quedas en casa y te comportas, te dejaré verlo. ¿No tienes. nada más que decirme aparte de él?

Silvia lo miró con total incredulidad.

-¿Qué has hecho estos años en el extranjero? ¿Por qué elegiste regresar?

Julio no entendía por qué ella apareció en la subasta benéfica y luego fue a colaborar con el grupo Ferrer. En realidad, no creía en las coincidencias.

Una mentira suele requerir muchas más mentiras para sostenerse,

-Te lo dije, quiero empezar una nueva vida. En cuanto a regresar

Silvia levantó la cabeza y miró directamente a sus profundos ojos: Si te digo en verdad que volví porque no me podía quedar tranquila, ¿ me creerías? No podía quedarme tranquila después de haberte dado tanto, y tú no te preocupabas nada por mí. Po eso volví, para ver tu actitud.

Pensó que esa explicación podría convencer a Julio, ya que era tan arrogante que nunca pensaría que alguien se alejaría de él o dejaría de quererlo.

Julio la miró con total curiosidad: Sólo por eso?

-Si-lo afirmó Silvia.

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Julio se sintió bastante incómodo. No por las palabras de Silvia, sino por su mirada.

Después de tantos años en los negocios, podía saber muy bien si alguien estaba mintiendo. Pero en los ojos de Silvia, no vio ningún rastro de insatisfacción hacia él...

Julio tragó saliva: -Olvidemos todo el pasado y empecemos de nuevo. Vivamos bien a partir de ahora.

Después de decir eso, salió de la habitación. En el fondo, él eligió engañarse a sí mismo.

Aunque Julio le pidió a Silvia que se

quedara en la villa Oasis, ne le m restringió su libertad de movimiento. Eltá podía ir a donde quiera. The

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Después de salir de la villa, el coche de Eduardo salió lentamente de su escondite: Señorita Orellana.

-¿Está bien? -le preguntó Eduardo con gran preocupación.

Ayer, cuando Silvia llegó a la villa

Oasis, todos los dispositivos de

om

escucha que llevaba fueron bloqueados, así que Eduardo no

pudo escuchar nada en lo absoluto y no sabia qué le pasó.

Silvia afirmó con la cabeza: -Sí. Estoy bien.

-¿Volvemos a la mansión? -le preguntó Eduardo.

-Vamos a la casa de Viviana.

-De acuerdo.

Durante el viaje, Silvia miraba por distraída la ventana, recordando todo lo que sucedió anoche...

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