Capítulo 455

Además, el dia anterior cuando fue a la casa de Camilo, tampoco había escuchado que él y Cloé se hubiesen reconciliado. Después de aclarar sus pensamientos, Lucas negó con la cabeza firmemente: “Imposible, Ander, ¿acaso o no conoces blen a Camilo…?*

Ander ya no queria hablar. Los pensamientos de Camilo, los conocía demasiado bien. Una persona que podía esperar a alguien más de veinte años sin ninguna esperanza, no podía simplemente cambiar de objetivo. Y más cuando Leticia, esa amiga intima, ya había llegado a Villa del Mar. Cloé, con toda seguridad, también debía estar allí. Pero el día anterior, cuando escuchó que Leticia estaba en Villa del Mar, no mostro ni la más mínima sorpresa. ¿Qué significaba eso? Significaba que ya lo sabía, que seguía empeñado en el mismo camino y que Lucas iba a tener problemas.

Al ver lo ingenuo que era Lucas, Leticia, que disfrutaba del drama, dijo: “¿Qué te parece si hacernos una apuesta?

Lucas pregunto: “¿Apostar qué?”

“Apostar… si la novia de Camilo es realmente nuestra querida Cloé.”

“Bien, apostemos…”

La voz de Lucas se elevó y luego se detuvo abruptamente: “Espera, ¿sabes algo? ¿Camilo realmente cayó en la trampa de tu amiga?

“¿Qué trampa? Mejor cuida tus palabras, no sea que te toque tragártelas…

“Pues si, una trampa.”

Lucas se mostró indiferente: “Para que Camilo volviera con ella, no quiero ni pensar cuánto tuvo que suplicar y llorar tu amiga…”

Cuando Camilo y yo llegamos a la puerta del salón privado, él empujó la puerta y lo primero que escuchamos fue esa frase. Me quedé un poco sorprendida.

Camilo me miró con una sonrisa irónica y luego dijo: “Les presento a mi novia, Cloé.

Al escuchar eso, el chico que había hablado se quedó atónito. Miraba de Camilo a mí y de vuelta, hasta que su vista se detuvo en nuestras manos entrelazadas. Como si le hubiera caído un rayo.

“Un gusto, Cloé. Soy Lucas Benítez, puedes llamarme Lucas si quieres.”

Al instante siguiente, dio una palmada en la pierna y se levantó de un salto, sonriendo radiante: “Así que la novia de Camilo eres tú, sabía que solo tú éras digna de él. ¡Que Camilo esté contigo es una bendición caída del cielo!”

Le sonreí ligeramente diciéndole: “Hola, soy Cloé.”

Lucas era muy hábil con las palabras: “Cloé, no es de extrañar que Camilo no te haya olvidado en todos estos años, ustedes son la pareja perfecta, están hechos el uno para el otro.”

Leticia negó con la cabeza repetidamente diciéndole: “Lucas, no decías eso hace un rato…”

“¡Leticia!”

Lucas rápidamente se volteó hacia Leticia diciendo: “Quieres la tienda, ¿verdad? Mañana mismo vas y eliges. Si te gusta otra tienda y tengo que pagar la penalización para que la marca se vaya, lo haré por ustedes.

“¿En serio?

“Lo juro por Dios.” Lucas prometió.

Leticia arqueó una ceja y le dijo: “Bueno, viendo que has sido tan considerado, olvidaré esto por esta vez.

Camilo me ayudó a sentarme y luego tomó asiento a mi lado.

Elías se deslizó del sofá y corrió hacia nosotros con sus pequeños pasitos: ¿Tía! ¿Puedo llamarte tía a partir de ahora?

“Eso…”

Lo levanté en mis brazos y miré a Camilo, sonriendo suavemente: “Dependerá de cómo se comporte tu tío.

Al escuchar eso, el pequeño miró a su tío seriamente, como un adulto pequeño, y dijo: “¡Tío! Tienes que esforzarte, yo no quiero cambiar de tía

“Si ya estoy esforzándome.

Camilo sonrió, extendiendo su brazo sobre mi hombro, con una sonrisa encantadora: Nunca me he esforzado tanto como ahora.

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