Diario de una Esposa Traicionada por Rocio H. Gómez -
Capítulo 473
Capítulo 473
Daba pasos rápidos y largos, justo cuando estaba a punto de
llegar a la esquina, senti cómo una fuerza me agamaba fuertemente la muñecal
Me llevé un susto, piré la cabeza y me encontré con los ojos marrones de Camilo, solté un surpro stendoso. “Me asustastel”
Camilo arqued ligeramente las cejas, “¿Por qué caminas tan rápido? ¿Viste algun fantasma?”
“Si, un fantasma!”
Le lancé una mirada, “Un fantasina que me acusaba de ser tu amante”
Camilo fruncid el ceño. ¿Qué quieres decir?”
Wcabo de encontrar a alguien en la entrada del edificio bloqueandome el paso.”
Tomé su mano grande mientras caminabamos hacia el ascensor, continuando con mi queja, “De la nada, pensando que era tu amante, incluso dijo que tu interés en mi no duraria mucho y que no deberia ilusionarme con entrar a la famila Galindo…”
En cuanto a lo que Vicente me aconsejó sobre volver con Isaac, no lo mencioné,
Después de todo ello que Camilo tuvo que enfrentar esta noche con la familia Galindo, ya tenia suficiente, no había necesidad de añadir más a su molestia
Sabia qué camino tenia que tomar de ahom en adelante, y eso era suficiente.
Sin embargo, mientras me quejaba, Camilo, distrado con su teléfono, apenas prestaba atención, solo captó las últimas palabras, “Entonces, ¿lo deseas?”
“Desear qué?”
Pregunté sin pensar.
Camilo sonrio de forma burlona, “¿llusionarte con casarte conmigo? ¿Lo deseas?”
Le lancé una mirada de reproche, “Esto es una propuesta de matrimonio?”
‘No lo es.”
Camlo negó rápidamente, luego, no muy gentilmente, revolvió mi cabello, “Una propuesta no puede ser tan precipitada. De cualquier manera, debería ser yo quien sacara el tema primero.”
El malestar que Vicente habla causado en mi corazón se disipó con sus palabras, mirándolo, sonrei y dije: “Al menos eres consciente de eso,”
El me rodeó con su brazo mientras entrábamos al ascensor, “Siendo tan consciente, hay alguna recompensa?”
“¿Qué quieres? Siempre y cuando no me hagas gastar todos mis ahorros, puedo complacerte.”
“Bésame.”
Señaló su mejilla derecha.
Instintivamente mire hacia la cámara de seguridad en el techo, frunci el ceño y dije: “Hay cámaras!”
“Oh
Camilo respondió con desgano, y al segundo siguiente, aprovechando su altura y longitud de piernas, extendió su brazo, cubriendo la cámara con su mano, mirándome famente, “¿Y ahora?”
Temerosa de que hiciera otra cosa, me puse de puntillas y rápidamente le di un beso en la cara, bajando su mano de un tirón, “Ya está, ¿contento?”
“Supongo que si.”
Camilo levantó una ceja, luciendo no del todo satisfecho.
El ascensor se detuvo en el quinto piso, lo apuré, “Este es tu piso.”
Él vivia en el quinto piso, yo en el sexto
Camilo sonrió medio en broma, “Y 10 no?”
“Bueno, yo no…
Tardé un poco en reaccionar, antes de poder terminar la frase, me levantó en brazos y me sacó del ascensor
Las puertas del ascensor se cerraron detrás de nosotros
Me apoyo contra la puerta de entrada, mirándome profundamente, “Aqui no hay cámaras.”
“Eh?”
Antes de que pudiera reaccionar, escuché su voz baja recordándome, “Ahora al que podemos empezar a besarnos.”
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