Diario de una Esposa Traicionada por Rocio H. Gómez -
Diario de una Esposa Traicionada Capítulo 85
Capítulo 85
Después de que terminó con su tratamiento, la acompañé a casa bajo la oscuridad de la noche.
Preocupada porque ella no se cuidara bien en esos días, decidi quedarme en su casa sin irme.
Al día siguiente, durante el desayuno, Leticia me echó varias miradas furtivas
No pude evitar reime preguntándole: “¿Qué pasa?”
“Ah, es que, es que.
Leticia parecia querer decir algo pero se detuvo, y luego, con seriedad, dijos”Isaac esa noche con la medicina, tu celular se apagó de repente, y después no encontré la oportunidad de preguntarte.”
Confundida, pregunté: “¿Preguntar qué?”
Ella sonrió, acercándose para preguntar: “¿Lo hicieron? Con esa medicina, ¿fue muy intenso?”
Estaba comiendo sopa de pollo y casi me ahogo. Aunque ya sabia que ella tenía una personalidad que buscaba sorprender a los demás, me seguía tomando por sorpresa.
Tosi varias veces, intentando calmarme mientras le decía: “No, no lo hicimos.”
Ella me pasó algunas servilletas, con una mirada de sospecha: “¿En serio no?”
“Por supuesto que no, estoy en los primeros tres meses de embarazo, ¿cómo vamos a hacerlo?”
Me limpié la boca, lanzando la pregunta de vuelta con indiferencia. Sin embargo, al pensar en esa noche, senti mis mejillas calentarse.
Leticia sonrió con insinuación: “Ah, pero si uno quiere, siempre hay manera.”
De repente me sentí culpable sin razón.
“¿Entonces cómo se recuperó? ¿No me digas que un baño de agua fria también funciona en ese caso?”
Leticia murmuraba confundida, y de repente bajó la vista a mis manos, bromeando: “O tal vez, ¿lo ayudaste con la mano…?”
Aunque solo estábamos nosotras dos en casa, ella bajó la voz, susurrando las palabras con misterio.
“¡Leticia!”
Inmediatamente me sonrojé, corriendo a cubrirle la boca: “¿Qué estás diciendo, ya no te comportas como una mujer?”
“Ja, ja, ja, ja…!”
Leticia se reia sin poder controlarse, mirándome como si lo supiera todo: “Vamos, dime, ¿fue eso?”
“¡Vamos a comer
Eso significa que si!”
Hermana! ¡Ni comiendo puedes callarte!”
Le meti un pedazo de calabaza al vapor en la boca, y ella, reprimiendo su risa, dijo: “Está bien, está bien, me equivoqué.
Después de tragarse la calabaza, de repente comentó; Pensandolo bien, Isaac tiene su lado bueno.”
“¿Por qué?
“Prefirió volver a casa y que tu lo ayudaras con la mano, en vez de ir con Patek Philippe a tener un
encuentro
Leticia analizaba seriamente la situación y dijo. “Dicho esto, definitivamente el niño no es suyo. Sĩ él no quiere ni tocar a Andrea, ¿cómo podria ella estar embarazada de su hijo?”
No pude enfrentar su primer comentario, pero el segundo si captó mi atención
Sin embargo, esas no eran cosas de las que debiera preocuparme Me recorde a mi misma verlo como a un ex prometido y no dejarme afectar por él
“No sabes, Andrea ya fue condenada al infierno
Leticia se acercó, mostrándome el grupo de chismes de la empresa “Ahora mucha gente sabe de su embarazo, y lo que dicen no podria ser más ofensivo, pero cada palabra describe acertadamente quién es ella Mira
“Dios, y yo que pensé que podría ser la esposa del presidente, ahora resulta que es la otra y encima embarazada”
“Cloé de verdad que da pena, su esposo pertenece a otra, y encima ahora tiene un hijo bastardo que heredará la fortuna.
“Ay, lo dije desde que llegó a la empresa, con esa cara de santa, ¿cómo iba a casarse con un rico?”
“¡Qué asco, en esta vida lo que más odio son las amantes que destruyen familias!”
“Conocer que eres la tercera y aún así serlo, que bajo.
En el grupo de quinientas personas, todos la criticaban sin parar.
If you replace any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.
Report