Diario de una Esposa Traicionada por Rocio H. Gómez -
Diario de una Esposa Traicionada Capítulo 90
Capitulo 90
Era asi de nuevo. Cuando no podía ganarme en una discusión, simplemente sellaba mis labios. El hombre agarraba mi barbilla, besándome con fuerza y urgencia, sus manos calan sobre mi cintura, haciendo que temblara con sus caricias. Sabia que si dejaba que eso continuara, cuando saliera por esa puerta, no podria mirar a nadie a la cara. Pero, no tenia elección. El era dominante y autoritario en esos asuntos, y la diferencia de fuerza entre hombres y mujeres era abismal.
Incapaz de resistimme, sabia que Isaac respondia mejor a la suavidad que a la fuerza, asi que levanté la cabeza y le rogué en voz baja: “Isaac, por favor, no hagas esto, si no, no podré ver a nadie despuéës…
“¿Ver a quién? ¿A David?”
J
Hablaba mientras me besaba, su voz resonando extrañamente ronca y atractiva desde entre sus labios. En ese momento, naturalmente no iba a contradecirlo, solo podía aceptar forzosamente sus besos mientras trataba de explicar cuando encontraba la oportunidad: “Yo, yo y el realmente no tenemos nada… solo es por el concurso de diseño, eso… este…”
“¿Así que lo estás utilizando?”
Su manera de pensar era realmente única, pero podia notar que ya no estaba tan irritado.
Solo quería escapar de alli, asi que segui su razonamiento: “Si asi lo entiendes, está bien…
-El hombre me soltó ligeramente, dándome espacio para respirar. Su mirada era peligrosa y sugerente,
su pulgar acariciaba mis labios, y luego se deslizaba hacia mi pecho, cintura, y entre mis piernas, diciendo con voz grave: ¿Desde cuándo dejó de gustarte?”
Realmente no sabía cuando había empezado a gustarme David. Antes de que David regresara al pais, no nos habíamos visto en tres años. No sé con qué ojos Isaac pensaba que me gustaba.
Frunci el ceño y le dije: “No hay nada entre él y yo.”
Pensando en la última vez que lo llevó a un bar para emborracharlo, tenía que explicarle las cosas claramente esa vez. Si no, volvería a arrastrar a David en eso.
Bajo la vista y me preguntó: ¿En serio?”
“¿Qué más podría ser? ¿Crees que todos son como túy Andrea, en una situación ambigua e indefinida?” No pude evitar ser sarcastica.
Me miró seriamente y le dije: ‘Yo tampoco tengo nada con ella.”
“¡lsaac! ¡Isaac!
Justo cuando terminaba de hablar, una voz que ambos conocíamos demasiado bien sonó desde afuera. Aproximándose, acompañada de golpes en la puerta. Buscándolo de cuarto en cuarto, como si atrapara a un infiel en el acto.
Miré a Isaac con sarcasmo, diciendo amargamente: ‘Ella conoce todos tus movimientos, ¿y tú dices que no hay nada entre ustedes?”
Vagamente recordaba el segundo dia de nuestro tercer aniversario de boda, cuando Andrea habia ido a declarar su territorio claramente.
Isaac todavia podia mirarme, sin cambiar su expresión, diciendo que solo le había dado ese collar a Andrea como consuelo porque acababa de divorciarse.
Capitulo 90
Igual que en aquel momento, sin ninguna credibilidad
“Isaac Sal afuera!”
La voz de Andrea se acercaba más, Isaac fruncia el ceño con irritación y su expresión se volvia temible.
“No le he dicho nada.”
“Entonces sal ahora y hazla irse.” Lo probé a propósito.
Quizás las mujeres somos así, sabiendo que no hay esperanza, pero aun así queriendo intentarlo.
Isaac apretó los labios, sin moverse, y yo no quería parecer la otra en una relación a escondidas, lo empujé para abrir la puerta yo misma.
“¡Cloé!”
Me agarró de repente, deteniendo mi movimiento y dijo: “Yo saldré.”
“¿Y yo?”
Pensó por un momento con una expresión sombría: “Espera un poco antes de salir.”
Al oir eso, quedé completamente atónita, no pudiendo creer lo que oia.
Un sentimiento amargo me subia por la nariz, y aunque queria reirme, la risa era algo incómoda mientras le preguntaba: ¿Qué, qué dijiste?”
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