Capítulo 488

Después del desayuno, Violeta salió del comedor llevando de la mano a Nona.

At ver que Rafael, que habla terminado de comer antes que ellos, estaba sentado en el sofa con la corbata ya puesta y

el saco del traje reposando en el brazo del sofa, y al oir pasos, les hizo una señal con el dedo.

Violeta, sin poder contenerse, soltó la mano de Nono y se acercó preguntándole, “¿Qué pasa?”

Rafael la atrajo hacia él y le dijo, ‘Hoy Lamberto recibe el alta del hospital.”

“Ah, ya le dan el alta?” Violeta se sorprendió.

“S[ le respondió Rafael. “Se recupero bien despues de retirarle los puntos, pero tendrá que hacer visitas de seguimiento al hospital con frecuencia y continuar con el tratamiento médico.”

Violeta asintio

Rafael paso su brazo alrededor de los hombros de ella y le preguntó con una sonrisa, “Vivi, ¿quieres ir a recogerlo del

hospital? Si quieres, yo te acompaño.

“Mejor no,” decidio Violeta después de pensarlo un poco y rechazó la idea, “Con una llamada es suficiente.”

Las dos veces anteriores que se habian visto, Melisa siempre la quería evitar, probablemente no se sentiría muy bien al respecto, y ademas, recibir el alta significaba volver a casa, donde su esposa e hija también estarían presentes. Ella preferia no entrometerse

“Mmm, Rafael sonrió

Por otro lado. Lamberto regresó a casa después de recibir el alta.

Melisa lo apoyo durante todo el proceso, y los sirvientes los recibieron en la casa, yendo y viniendo atareados.

Lamberto, que había sufrido un desmayo súbito en casa y pasó varios dias en la UCI, ni siquiera queria pensar si podria volver a casa. Ahora que estaba recuperandose de una enfermedad grave, estaba lleno de emociones y mirando a su esposa, le dijo sinceramente, Melisa, has trabajado duro durante este tiempo!”

Amor, ¿qué dices? Eres mi esposo, ¿para qué necesitamos esas formalidades? Melisa sonrio dulcemente.

Lamberto asintió y luego llamó a su hija, “Bianca, ¡ven tú también!”

Cuando Bianca también se sentó en el sofá, Lamberto se puso serio y comenzó a hablar, “Melisa, Bianca, quiero discutir algo con ustedes.”

“Papá, ¿de qué se trata? Bianca rara vez veía a su padre tan serio y le preguntó confundida.

Melisa frunció el ceño, presintiendo algo malo.

“Ustedes saben sobre mi nueva relación con Violeta, Lamberto hizo una pausa, su voz llena de culpa y remordimiento, “Le he fallado mucho a lo largo de los años, ni siquiera sabia de la existencia de mi hija, y ahora solo puedo tratar de compensarla lo mejor que pueda. Por eso, he decidido añadirla al árbol genealógico de la familia. Ya he contactado a los funcionarios correspondientes y todo el material necesario está arreglado

Melisa y Bianca se pusieron pálidas.

Esto no sonaba como una discusión en absoluto

¡Era obvio que ya habia tomado una decision y todo estaba preparado; simplemente les estaba notificando!

Melisa estaba furiosa y le preguntó con sarcasmo, “Amor, ¿vas a llevaria a vivir a nuestra casa tambien?”

Lamberto negó con la cabeza y dijo con el ceño fruncido, “Respetare sus deseos.

Aunque queria reconocer a su hija y también le gustaria vivir juntos, sabia que seria problemático para su esposa e hija, y además, ambas hijas hablan estado involucradas con el mismo hombre, lo que haría que la relacion fuera incómoda, Además, Violeta vivia ahora con Rafael y tenían un hijo en común, por lo que era poco probable que ella se mudara

aqui

uchar las palabras de su esposo, Melian casi lo da un infarto de la rabia.

Suberon al piso de arriba, donde madre e hija entraron en la habitación de Blanca. Una vez cerrada la puerta con llave, Stance octalló, Mama ¿Violeta me odiaba en una vida pasada? ¡No solo me quitó a mi hombre, ahora también quiere quitarme a mi papa!”

El rostro de Melisa también estaba frío como el hielo, y no solo estaba perdiendo a su marido.

Mama, ¿qué vamos a hacer ahora? ¡Realmente la odiol” Blanca se derrumbó en el regazo de Melisa, llorando en la

cabecera de la cama.

“¿De qué sirve hablar de eso ahora? Desde que ella corrió a donarle el hígado a tu padre, supe que las cosas se pondrían feas, que llegaría este momento”, le dijo Melisa con una mirada fría y dientes apretados.

Durante todos estos años, había estado soportando que su marido guardara a otra mujer en su corazón, viviendo una vida que para los demás parecia armoniosa y respetuosa, pero solo ella conocía el sufrimiento. Aquella mujer habia muerto hace muchos años, y quién iba a pensar que aún podria causar tanto revuelo.

Melisa apreto los puños, y con una mirada amenazante dijo. “Lo que más lamento es haber sido tan blanda para permitir que ella dejara a su hijo”

La noche cala tenue

Rafael, que acababa de regresar, empujó la puerta del dormitorio y vio a su mujer acurrucada en el sofá junto a la ventana, abrazando sus rodillas y con la barbilla apoyada en ellas, perdida en sus pensamientos.

Se acercó y le dio un leve golpecito en la frente.

“¿Qué haces despierta a estas horas, en qué estás pensando?”

L

Con un sonido agudo, Violeta de inmediato se cubrió la frente con la mano y lo miró, Terminaste con el trabajo, Rafael?”

Aunque preguntó eso, al mismo tiempo tomó su chaqueta y la olió una y otra vez, asegurándose de que no olía a

alcohol antes de sentirse tranquila.

Al ser levantada por él y sentada en sus rodillas, Violeta rodeó su cuello con los brazos, “Hoy mi papá me llamó, dijo que el viernes van a tener una fiesta en su casa y quiere que yo, como su hija, también asista…”

“Ya sé lo de la fiesta. Rafael alzó una ceja después de hablar, ¿Ya aceptaste ir?

Violeta asintió suavemente y le dijo con los ojos bajos, “No quiero decepcionarlo.

En realidad no queria ir, pero pensando que Lamberto acababa de someterse a una cirugía y que los dos recién se habian reconocido como padre e hija, no quería estropear el ánimo de ninguno de los dos, así que después de mucho pensarlo, aceptó

Violeta levantó la vista de nuevo, mirándolo con ojos suplicantes, “Rafael, ¿tienes planes para ese día? Vendras conmigo, ¿verdad?”

“Ni siquiera sabes si quiero ir y ya decidiste por mi, le dijo Rafael, levantando una ceja y hablando con calma

Al oír esto, Violeta se sintió un poco decepcionada, pero no insistió.

De pronto, apareció una caja frente a ella, y preguntó con curiosidad, ¿Qué es esto?”

“Abrela y verás, le dijo Rafael con una sonrisa.

Violeta obedeció y abrió la caja, dentro había un vestido blanco. Con sorpresa y alegría, exclamo, ¿Lo compraste para

“Mmm” Rafael asintió, “Necesitas un vestido para ese tipo de eventos, pruébatelo para ver si te queda bien

Violeta mordió su labio, mirándolo con coqueteria.

Resultó que todo había sido un juego, no era que no quisiera ir, ya habia preparado hasta el vestido

calor en sus labios y escuchó su voz tranquila, “No te preocupes, no importa cuando ni donde, siempre estere

atulado.

Violeta se sintió dulce y cálida por dentro, cogió el vestido y entró al vestidor. Cuando se lo probó y se colocó frente al espejo, Rafael, que había entrado sin que se diera cuenta, estaba detrás de ella. Ella se giró rápidamente para

preguntarie, ¿Qué te parece, me queda bien?”

Te queda muy bien, le dijo Rafael con voz ronca, “Tengo ganas de rasgarlo en pedazos.”

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