EI Centímetro -
EI Centímetro 216
Capítulo 216
Lilia era su hermana, pero también se podria decir que fue como una hija para él. Ese profundo cariño era lo que hacia que Jorge, siendo tan fuerte como el hierro, se comportara con tanto cuidado y precaución. Lilia me contó muchas anécdotas sobre ella y Jorge, también me habló de ese pequeño patio que Jorge construyó con sus propias manos, ladrillo por ladrillo Incluso mencionó que cuando Jorge estaba, solia pescar y preparar pescado asado para ella, dicindo que cocinabal delicioso, todo para alimentarla y cuidarla
A través de las historias que Lilia compartia conmigo, llegué a entender mejor a Jorge, y eso me causaba compasión. Resultó que toda su peculiar manera de ser había sido moldeada por la responsabilidad y la soledad.
Mientras Lilia hablaba, se quedó dormida y de repente tuve muchas ganas de llamar a Jorge, quería decirle que en adelante yo cuidaria de él, en vez de dejar que él siempre cuidara de los demás. Pero ese impulso fue efímero, y no lo hice. Algunas cosas que no eran necesarias decirlas, se demuestran con acciones.
No llamé a Jorge, pero si a Virginia.
“¿Dónde te metiste?” Virginia me preguntó con voz cansada.
Noté algo raro en su tono: “¿Qué pasa? ¿Acabas de salir de cirugía, estás cansada?”
“Estoy enferma. Las dos palabras de Virginia me tomaron por sorpresa.
Pero pensándolo bien, con todo el tiempo extra que trabajaba, parecia lógico. Las personas no son máquinas, incluso los médicos se enferman.
“¿Qué pasó? ¿Tomaste medicina?” Le pregunté preocupada.
“Ya tomé, no es nada grave, solo es agotamiento.” Virginia luego me preguntó: “Tú todavía no dices a dónde fuiste. ¿No te habrás llevado otro golpe, verdad?”
Me reí: “¿Acaso me ves como alguien que huye cuando las cosas se ponen difíciles?”
“No.” Virginia me conocía bien.
“Virgi, necesito pedirte un favor. Le conté lo de Lilia, pero Virginia tardó en responder.
Pensé que le resultaba dificil: “¿Qué pasa? ¿No tienes amigos que puedan ayudar?”
Si” Tando en responderme con esa sola palabra “Y según lo que me cuentas. debería ser posible”
“Entonces te agradezco mucho, Virgi. No me di cuenta de algo inusual en su voz.
“Pero no quiero contactar a esa persona. La respuesta de Virginia me sorprendió.
Me quedé pensando por un momento: ¿Qué, tienes algún problema con esa persona? ¿O es algo personal?”
Virginia se rio por lo que dije: “No, no es eso.”
“¿Entonces qué? ¿Es algo sentimental?” Cuando dije eso, de repente recordé que Virginia habia estado enamorada en secreto de un compañero de estudios durante su juventud
Ese amor no correspondido marcó toda su adolescencia. Pero nunca se lo confesó, ni dejó que él lo supiera.
La razón, según Virginia, era: “Él tenía a alguien que le correspondia.”
Virginia sabia amar, pero siempre con limites.
“¿Ese compañero tuyo se casó ya?” Pregunté nuevamente.
Virginia guardó silencio por unos segundos: “No sé, después de graduarnos nuncal volvi a saber de él, solo he visto sus publicaciones, ya es un experto de nivel mundial en cardiología.”
Al escucharla decir eso, sentí más esperanza para el corazón de Lilia, asi que le dije:
“Virgi, solo pregúntale, salvar a una persona es más valioso que construir siete. niveles de pagoda.”
Fue la primera vez que la presioné, que la puse en una situación difícil. En realidad, tenía un motivo egoísta, pensaba que tal vez ese compañero no estaba con su supuesta pareja y que, gracias a lo de Lilia, Virginia podría tener una oportunidad con él.
Virginia suspiró: “Camila, siempre poniendo el amor por encima de la amistad.”
Al escucharla decir eso, supe que había aceptado.
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