Forzada a Enamorarme de Ti ( Sana Aviles )
Capítulo 3

Capítulo 3

Al día siguiente.

En el Colegio Internacional Ciudad Ebano, en la clase experimental de tercer año de secundaria, rodeada por un grupo de estudiantes curiosos:

“¿Esa es la nueva estudiante de intercambio?“.

“He oido que pertenece a la familia Avilés, que la perdió hace dieciocho años y finalmente la encontraron en un orfanato de campo“.

“¿Una campesina eh? ¿Entenderá nuestras clases con profesores extranjeros?“.

“¿Podrá seguir nuestras clases de baile? Y de plano, ¿habrá tocado alguna vez un piano?”

Entre risas burlonas, una voz discordante exclamó: “Pero, hay que admitir que es bastante bonita“.

Todos miraron hacia la última fila del aula, donde una chica estaba leyendo, sentada con obediencia, sus dedos pálidos sujetaban unos apuntes de literatura, su cabello estaba recogido en una coleta ordenada que revelaba su frente suave y blanca, y su uniforme blanco y negro lo llevaba con un aire de erudición, sin expresión en el rostro, sus hermosos ojos se fijaban tranquilamente en el examen, con una neblina en la mirada, unos cuantos chicos no podían apartar la vista de ella.

La mayoria de los estudiantes en un colegio internacional eran descendientes de familias adineradas y estaban acostumbrados a ver todo tipo de celebridades y bellezas, pero una chica tan hermosa como Sana era rara de encontrar,

Viendo a los chicos tan absortos, una chica soltó con agudeza: “Bianca, ¿tu prima no saluda a nadie, es tan arrogante?“,

Al oir eso, Bianca echó un vistazo al guapo chico a su lado y sus ojos parpadearon: “No digas eso, mi prima solo es un poco lenta para reaccionar. Recién llegada, quizás necesite que todos le echen una mano con sus estudios, por favor sean amables“.

¿Lenta para reaccionar? ¡Entonces es una tonta!“.

“¡No es de extrañar que parezca tan aburrida y torpe ja!“.

El delegado de estudios también se quejó: “Si es una mala estudiante, ¿por qué vino a nuestra clase experimental? Hoy es el primer día de clases y tenemos un examen importante, ¿qué pasa si baja el promedio de la clase?“.

La clase A era la élite de la escuela, y los estudiantes que lograban entrar en esa clase eran muy orgullosos.

“¿Por qué vino a nuestra clase A?“.

Alguien de repente soltó: “¿No será por Jaime Cisneros?“.

Al oir eso, todos se giraron hacia el chico más guapo del colegio, Jaime. Se sabía en el circulo social que las familias Avilés y Cisneros tenían un acuerdo matrimonial desde niños, una típica alianza entre familias adineradas, pero como la hija mayor de la familia Avilés se habla perdido, el compromiso por defecto pasó a Bianca. Pero, en ese momento que Sana había vuelto, ¿intentará recuperar a Jaime?

Alguien golpeó el hombro de Jaime: “¿Realmente te vas a comprometer con una tonta?“.

Jaime se sintió cada vez más irritado, apretó la mandibula y, con un tono burlón, dijo: “¿Cómo voy a querer a alguien tan aburrida y torpe como un florero?“.

Capitulo 2

El otro se emocionó de inmediato: “Entonces vas a romper el compromiso?“.

El profesor Aitor de repente entró en el aula y timó los exámenes sobre la mesa, interrumpiendo su conversación. El hombre de más de cuarenta años frunció el ceño y los reprendió: “Unas vacaciones y ya están todos descontrolados! ¿Hablando sin parar, eh? Primero aclaro, los últimos diez de la clase en el examen de nivel, limpiarán durante una semana! Ahora, limpien inmediatamente sus mesas Delegado de estudios, reparte los exámenes!“.

La clase se llenó instantáneamente con el sonido de papeles susurrantes, el delegado de estudios dividió los exámenes en varias partes y los pasó desde las primeras filas hacia atrás. El estudiante sentado frente a Sana le pasó los exámenes: “¡Oyel“.

Dos segundos después, Sana levantó la cabeza, como si no hubiera escuchado las discusiones de todos hace un momento, tomó los exámenes con calma y comenzó a responder.

Jaime, con el examen en mano, no podía concentrarse, irritado, miró hacia atrás. Era un examen de matemáticas, todos estaban escribiendo y calculando en su papel de borrador, pero ella simplemente miraba fijamente las preguntas y cada diez segundos escribía una respuesta, muy metódica y en menos de diez minutos, ya había llegado a la tercera página, media hora después, se levantó y entregó el examen.

Jaime apareció con una fuerte expresión de desprecio, ¿estaba escribiendo al azar?

La familia Avilés la envió al tercer año para obtener un diploma caro y luego enviarla al extranjero, como si después de dar un giro fuera algo importante, esa táctica en las familias adineradas solo se usaba para los jóvenes despilfarradores sin futuro. Él detestaba a esas personas que no tenian ningún mérito. El profesor Aitor, supervisando el examen desde el podio, también se sintió frustrado, la señorita de la familia Avilés, según se decía, había estudiado por su cuenta el currículo de la secundaria y además tenia problemas mentales, que la escuela pusiera a una alumna tan problemática en su clase era un verdadero dolor de cabeza. ¡No se podia ni regañar ni castigar, era exasperante!

En ese momento, ella habia entregado su examen a sólo media hora después de haber empezado, ¿se estaba rindiendo tan rápido?

Suspiró, pensando que, como estaba aburrido supervisando, podría corregir el examen de una vez. Al mirar el papel, notó que estaba limpio y ordenado, con las respuestas de las preguntas de opción múltiple y de rellenar escritas directamente, no sabía cuántas podria haber acertado por suerte, la primera pregunta era la c y estaba bien, la segunda era la b, también correcta, ¿tan buena suerte tenia?

La tercera pregunta, la cuarta…

El profesor Aitor seguía mirando y, de repente, se quedó atónito.

Sana bajaba las escaleras tranquilamente. Desde pequeña, había tenido una memoria fotográfica y se había obsesionado con aprender todo tipo de conocimientos y habilidades. Tal vez, si uno era bueno en algo, tenía que ser malo en otra cosa; ella era bastante lenta para entender las emociones y las relaciones interpersonales, pero no era tonta. Había sentido toda la maldad que sus compañeros le tenian, asi que después de terminar un examen que le parecía demasiado simple, decidió dejar el aula antes que el resto.

Al salir del edificio de aulas, se encontró con una ola de calor que la hizo parar por un momento, lamentándose por haber entregado el examen tan pronto, la escuela estaba lejos de casa y la familia Avilés enviaba un coche todos los días para llevarla a ella y a Bianca. Era una pérdida de tiempo ir y

volver al mediodia, asi que solían comer en la cafeteria de la escuela, pero apenas eran las diez y media, y la cafeteria aún no estaba abierta, miró hacin afuera con sus ojos nebulosos y decidió dar un paseo por los alrededores para familiarizarse con el entorno.

Justo al otro lado de la calle de la escuela habla una serie de viejas casas deterioradas, cruzó la calle y camino por las tranquilas callejuelas. A ambon Indon, cerca de la calle, habla tiendas: papelerías, tiendas de ropa y pequeños restaurantes, pero era muy temprano y, con excepción de los lugares de desayuno, la mayoria aún no habían abierto.

Después de caminar un rato, Sana se sintió un poco sedienta, miró a su alrededor y notó que solo una tienda estaba abierta, asi que se dirigió hacia allá, pensaba que cualquier tienda debería vender agua, ¿no?

Dentro de la tienda.

Un hombre alto barrio con la mirada los estantes, con una expresión sombría y un aura de ira a punto de

estallar

Hugo Corral, a su lado, decia complaciente: “Jefe, usted me dijo que arreglara una tienda aquí para que pudiera observar de cerca, hacer de dueño de una tienda es un poco humillante para usted, pero no puede enojarse, eh……

Uriel le echó una mirada, Hugo continuó como si estuviera presumiendo de su logro: “Incluso investigué un poco, con tantos lugares vendiendo comida y ropa, después de saciarse, la gente siempre quiere un poco de amor, ¡y ahi entramos nosotros!“.

Uriel contenia las ganas de patearlo fuera: “Así que, ¿abriste una tienda de artículos para adultos?“.

Hugo asintió: “¿Quién sabe? Si la tienda tiene éxito, podríamos ganar algo de dinero extra“.

Uriel dijo friamente: “¿Crees que los estudiantes de secundaria comprarían este maldito tipo de productos?“.

Justo cuando terminó de hablar, el timbre de la puerta sonó, y Sana, vestida con su uniforme escolar,

entro.