Chapter 10

Batalla ganada.

Todo lo malo de estumo cuando vi las primeras imágenes de mi bebé, la verdad es que no sedistinguia nada, aún era muy diminuto

como una semilla, pues apenas tenia cuatro semanas de gestación, pero la emoción de saber queestaba creciendo en mi vientre, que

tenia vida dentro de mi, nadie me la iba a quitar, ni porque inventen mil rumores en linea.

Ese es mi hijo,

– Estoy cien por ciento segura que será una niña y será igual de hermosa que la tia Abby. -mi amigadaba sallitos sin ocultar la emoción en sus ojos.

Ella, al igual que mis padres, no se perdieron ni lo más minimo en mi primer chequeo, mi madrederramo algunas lágrimas mientras

me tomada de la mano y mi padre, aunque estaba con su expresión neutra, sabia que también queriaderramiar una lágrima de felicidad.

A pesar de haber compartido ese momento tan único con las personas que más quiero en el mundo,me hubiese gustado ver la expresión de Alexander al ver a su primogenito, pero esfume aquella ideade mi cabeza tan rápido como llegó.

Nunca vería su expresión, porque nunca sabrá de la existencia de mi hijo.

– Por supuesto que no, será un niño, el consentido de la casa, como sea, no importa, será un Doinel. -mi madre le siguió la corriente a mi amiga y mi padre soltó un suspiro cansado, antes de soltar a mi

madre quien comenzó a discutir sobre el sexo de mi bebe, y llegó a mi lado, enrollando su brazo con elmio.

– Hija, no queria comentar esto delante de tu madre, pero, he visto las noticias con tu nombre en lostitulares, ¿estás bien? ¿Quieres que me encargue de esto-miré a mi padre con una sonrisa que no mellegaba a los ojos, si bien esas noticias me pusieron de malhumor, ya me habia encargado dedesmentir todo y limpiar mi nombre.

– No, papá, ya me he encargado yo misma, puedo resolverlo. Los Lancaster están equivocados sicreen que se meteran conmigo y me quedare sin tomar represalias. – mi padre no parecia muy segurode mirespuesta, sin embargo, asintió con su cabeza.

– Sabes que tienes mi respaldo y et de la empresa, no creas que te dejaremos sola, eres lo másimportante en mi vida. –sonrei

genuinamente y pasé uno de mis brazos por su cintura en un intento de abrazo mientrascaminábamos al estacionamiento.

– Gracias, papá, no sé que seria de mi sin tu apoyo.

– Eres mi pequena Sari, nunca te dejaria sola. Ahora, vamos para que ocupes el lugar que siempre haestado esperando por li. -dijo pasando su brazo por mis hombros y dejó un beso en mi cabeza. Supeque se referia al cargo de vicepresidente de Doinel, no me sentia del todo preparada, pero, al fin y alcabo, habia estudiado para eso, solo que me desvie un poco en el camino y ahora todo volvia a sucurso. Esta noche tendremos invitados especiales. – soltó aquello cuando llegamos al auto, dónde nosesperaba el choler con la puerta

abierta.

– ¿Qué clase de invitados? – pregunte curiosa y mi padre solto una risita.

– Es una sorpresa, no seas tan curiosa, vamos que nos están esperando. -no quede satisfecha con surespuesta, pero no proteste porque se muy bien que no iba a sacarle ni la más minima información.”

Rumbo a la empresa, me tomé el atrevimiento de revisar las r**********.. el apovo de los intern

****. el apoyo de los internautas estaba dirigido a mi desde que la nota de Damien salió a la luz, solounos cuantos seguian departe de la familia Lancaster, alegando que Sarah Petit no tenia estalus, quees una excavadora de oro que solo estaba con el mcjor postui.

Sonrel sin gracia a la pantalla y solté un suspiro.

la única nota que habia en internel, era la de Damien, las nolas de NY Entertainment habian sidoeliminadas en su totalidad lo cual me sorprendió de sobremanera, no esperaba que se rindiera tanpronto, es más, por un momento pensé que haria este escándalo aún

nos grande

No pude seguir leyendo los comentarios, pues Damien me envió un mensaje.

“Querida Sarah, un miembro de la lamilia Lancaster y responsable del inicio de esta guerra, qwerederribar mı nola, piensa que es lo mnds justo despues de haber eliminado las notas de NYEntertainment.”

Alleet scheln, no pude contener la risa y la initada de mis padres se posaron en mi automáucamente,Abby, tenia una sonrisa a mi

lado, pues ella estaba atenta a cada movimiento en mi celular y leyó el mensaje de Damien.

– ¿Todo bien, Sarah? – pregunto mi madre al lado de Abby y asenti con mi cabeza.

– Todo perfecto, madre. -mi padre volvió su vista al frente y aunque mi madre no se veia del todosegura con mi respuesta, siguió

en lo suyo.

-¿Qué le vas a responder? -Abby preguntó en un susurro para que solo yo la escuchara y no dijenada, solo tecleé una respuesta en mi celular.

“Damien, digale al Sr. Lancaster, que debió pensarlo antes de iniciar una guerra de medios decomunicación. No me interesa lo que le parezca justo o no, yo estoy dando mi version, me estoydefendiendo de sus calumnias.”

– Qué lindo dia, ¿no?- dije al clavar mi vista en el camino, el cielo estaba despejado y el sol brillaba ensu máximo esplendor, aún así, no hacía tanto calor.

– Soy tu fan numero uno. – dijo Abby a mi lado conteniéndose de celebrar como ella acostumbra, noqueria hacer tal escena frente a mis padres y menos teniendo a mi madre a su lado.

– ¿Cómo no va a ser un lindo dia? Hoy vimos por primera vez a mi nieto. -mi madre emocionada mequitó la ecografia que tenia en mis manos y la admiró en silencio.

Mi teléfono sono, indicando la llegada de un mensaje. La respuesta de Damien.

“Oh, no, querida, no ha sido el Sr. Lancaster el responsable de esto. La Sra. Amelia Lancaster fuequien dio la orden de publicar las fotos y sacarlas de contexto. El Sr. Alexander Lancaster le ha pedidoque se disculpe publicamente, pero esta reacia, solo pretende bajar minota. Me complace anunciarteque ganaste la guerra.”

Mi sorpresa fue grande al enterarme de aquello. Pero, no, no había ganado la guerra, gané una simplebatalla. Si no hubiese sido yo, si este ataque estuviera dirigido a una mujer que no tuviera los medios

para defenderse, entonces si se consideraria la guerra y algo dentro de mi, me decia que la Sra.Lancaster no se quedaria de brazos cruzados.

Mi amiga no pudo ocultar su impresión al soltar un jadeo, sin embargo, se cubrió la boca con susmanos al darse cuenta que mis padres nos miraban de nuevo esperando que les dijera lo que estabapasando por este lado y se inventó la peor excusa.

-Se me olvidaron las llaves de mi casa. – reprimi una risa burlona que amenazaba con escaparse, esque acaso no se pudo inventar algo más convincente. Lo siento, pueden seguir en lo suyo. – hizo unademán con la mano restandole importancia a su “descuido”, y

volvió a mi para susurrarme. -Esto no pinta nada bien, ese imbécil, poco hombre, está usando a sumadre para lavarse las manos.

Admito que esa idea paso por mi cabeza, pero, conociendo a Amelia, es capaz de inventar cualquierchisme en el que yo saliera mal

parada y su hijo como un santo, como la blanca paloma que no es, lo que no se esperaba es que eltiro le saliera por la culata y yo respondiera a las calumnias, dejando a la vista ante el ojo público loque habia detrás del divorcio del gran CEO Lancaster y la

insignificante Sarah Petit,

“Dejalo un rato más, ellos mismo lo han buscado.” Envié la respuesta a Damien y Abby movió su brazoen señal de victoria.

– la Sra. Amelia ha jugado sucio, espero que aprenda la lección, ni crea que seguiré dejando que mehumille y que yo no mueva ni un dedo para defenderme. – le susurré a Abby sintiendo un alivio en mlpecho.

Esta ha sido la primera vez que me delendía de los ataques y humillaciones de Amelia, se sentia tanbier hacerlo después de dos anos en los que solo callaba y me tragaba sus malos tratos, me enloquéen respetarlos por ser la familia de mi esposo, pero ahora estaba divorciada y no me dejarla intimidarde ella ni de nadie, espero que le quede claro que no seria la primera vez que tomaria

represalias.

llegamos a la gran empresa Doinel y mire el edificio maravillada, lucia más impresionante e imponentede lo que recordaba.

Sra. Dubois, mi chófer la llevará hasta su casa.-mi padre habló serio al bajar del auto y Abby solto unarisita.

Pero qué cosas dlce Sr. Padre, yo quiero estar presente cuando ini mejor amiga se siente en el tronode vicepresidente de Doinel. Abby se engancho en mi brazo y camino conmigo hasta el ascensor delestacionamiento subterráneo, escuché un butido de mi padre,

antes de deurle a mi madre lo impertinente y safada que es mi amiga.

Antes de que llegaran mis padres a nuestro lado, milelefono sono indicando una llamada

F im crtu aldarme cuenta que era un nuniero de New York, pero por más que intentatra hacer mcmoriade ese numCIO ormicu, no lopaba recordar.

C

– Es ese imbécil, te lo aseguro, estoy cien por ciento segura. -dijo Abby al darse cuenta que estabamirando de más la pantalla de mi celular.- Responde y dile que te deje en paz y que siga con la perrade Raquel, Richel o como sea que se llame.

Contesté la llamada, pero no para hablar de la manera en que Abby sugirió, yo no era así, no era mimanera de dejar a la gente en su lugar.

-¿Hola?-contesté con el pulso acelerado, pensando que tal vez Abby tenía razón y que la persona alotro lado de la línea sea

Alexander.

Nadie habló por unos segundos y cuando estuve a punto de colgar la llamada, se dignaron a hablar.

– ¿Sarah7-mi corazón dio un vuelco y la piel de mi nuca se erizó inesperadamente, cerré los ojos alescuchar esa voz que se habia convertido en mi sonido favorito por muchos años y que ahora solo mehacia hervir la sangre de rabia.

¿Acaso Abby es una bruja?

-Sí, habla con Sarah, ¿con quién hablo? —pregunté con la voz gélida y sin una pizca de amabilidad,mientras intentaba recuperar el aliento y la seguridad que amenazaba con abandonarme con soloescuchar de nuevo su voz.

Aunque ya sabia quién era, no quería que supiera que seria capaz de reconocer su voz en cualquierlado y por cualquier medio.

– Alex… Alexander Lancaster.

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