Chapter 105

¿Ya vienen los tres infartos?

Me bebi lo que quedaba de vino en mi copa de un solo trago, en un intento por quitarme el mal saborde boca que me dejaba el solo hecho de volver a ver a las viboras ponzoñosas que no extra ba ni unpoco. Ya comenzaba a entender porque Vincent tomaba su whisky

de aquella manera.

Sabia por las expresiones de burla en los rostros de Amelia y Gina, que no venian en son de paz,como si no hubiesen tenido

suficiente con la demanda millonaria en New York, sumándole el castigo del abuelo Lancaster poravergonzar a su familia

públicamente.

¿Cómo es que el abuelo Lancaster las dejó viajar a Paris?

¿Es que no aprenden de sus errores?

¿Cuanto veneno tenian guardado para escupirme?

¿Estás no son las mujeres que detuvieron en el cierre de la semana de la moda en New York? -lapregunta de Vincent estaba

demás, por supuesto que lo recordaba, pero estaba tan pasado de copas, que no pensaba conclaridad, incluso arrastraba las palabras

aún más que antes. -Si son. Mira Sarah, tu suegra y tu cuñada. -le di un codazo a Vincentdisimuladamente para que cerrara la boca,

pero me dejó en evidencia cuando se quejó de dolor.

Tanto tiempo con Abby lo estaba convirtiendo igual que ella, un ser imprudente e indiscreto.

Ja, solo en sus sueños volveria a formar parte de la familia Lancaster. -Amelia no dudo en burlarsedeliberadamente y esbocé una

sonrisa como si estuviera disfrutando de su desagradable presencia.

Fra obvio que no tenia ni la menor idea de que las cosas entre Alexander van mejorando cada vezmás y seguramente les dé el

mismo mal que cuando se enteraron de mi verdadera identidad, en el momento que conozcan aTristán Lancaster, lo voy a disfrutar

mucho.

No sabia de cuanto estaban informadas sobre mi vida o sobre los más recientes acontecimientos, perodisfrutaré de su ignorancia

mientras pueda.

-¿Qué hacen aquí? No recuerdo que estuvieran en la lista de invitados. -no tenía ánimos de iniciar unadiscusión esta noche

todo parecia ir tan bien y mucho menos con ellas, pero si me atacaban, no dudaria en defenderme.

que

Ni siquiera tenia la más minima idea de cómo se habían enterado de este evento o como es quelograron entrar sin invitación y por

un momento llegué a pensar que la invitación venia de parte de uno de los gemelos Lancaster, pero, niAlexander, ni Alexis, tenian buenal

relación con ellas desde el momento que fuimos a juicio en New York, al menos no por parte deAlexander.

Pero, ¿quién se ha creido esta mujer? Ahora se cree mucho porque tiene un apellido importante y esla heredera de una empresa de moda. La que no debería estar invitada a un evento de tal magnitud,es usted, ¿no se ha enterado? Mi hijo, Alexis Lancaster, es accionista de esta marca, no nos hace faltauna insignificante invitación, tenemos derecho de estar aqui. -tuve que aguantar la risa porque solitasse estaban humillando de nuevo, como si estuvieran muy orgullosas de estar en MI lanzamiento y fingiestar impresionada por aquella información, fingi que no sabia que Alexis era el socio de mi marca.-Ahora, le hago la misma pregunta, ¿qué hace usted.

aquí?

– Qué pregunta tan tonta. ¿No ves que està de caceria? Digo, como Alexander no volvió a fijarse enella, no le queda de otra que buscar un nuevo marido rico, solo un ciego podría fijarse en ella. -Gina noparaba de escupir su veneno con desprecio y miré mis uñas despreocupadamente, escuchando cadatontería que salia de sus labios. -Caballero, yo fuera usted y lo pensaria dos veces antes de andar conesa mujer, está divorciada y tiene muy mala reputación.

De verdad que parece una tarea imposible que ese par de mujeres muestren un poco de educación ymodales, solo dan vergüenza ajena que vayan por la vida insultando y presumiendo lo que noobtienen por su propia cuenta, con sus propios esfuerzos.

No iba a malgastar palabras con el par de venenosas, las iba a callar y las pondria en su sitio cuandose den cuenta que están hablando con la dueña de la marca de la que tanto se jactaban y por la quetenian aires de superioridad.

-Qué estupidez estoy escuchando, qué mujeres tan desubicadas, ¿no saben con quién estánhablando? ¿Saben quién es la gran Sarah Doinel? –Vincent sonaba furioso por la manera en la queaquellas mujeres se expresaban de mi, evidentemente, mi primo tenia la intención de defenderme desus ataques, pero lo detuve al levantar una mano en el aire antes de que soltara alguna información.

¿Ya vienen los tres infartos?

La ignorancia a veces puede ser un arma de doble filo y la iba a aprovechar al máximo,

-Calma, Vin. Deja que se desahoguen, que saquen toda la frustración que tienen en su pecho, quedejen salir todo el resentimiento. Solo están demostrando que los dias en la cárcel no le sirvieron denada, siguen siendo unas mujeres sin modales. -dije serena, mostrando una sonrisa que no podiaborrar de mi rostro y dejé la copa vacia sobre la barra del bar antes de terminar de dirigirme a ellas.

-me enganché del brazo de Vincent, como si les estuviera -Les dare una recomendación ustedesverán si lo toman en cuenta o no. dando la razón de que estaba con mi nueva conquista y mirándolascon una ceja enarcada, continué. –Cuiden muy bien sus palabras y a quien van dirigidas, puede serque para la próxima no corran con tanta suerte de conseguir que el abuelo Lancaster responda poruna nueva demanda millonaria y terminen por un buen tiempo encerradas como pasó con Rachel.

No queria compararlas con Rachel porque su caso era diferente y, además, su confesión fue demucha ayuda, pero solo quería que se hicieran una idea de como les iria si segulan jodiéndome sinningún motivo aparente, todo se lo han buscado ellas solas con sus malas

acciones.

La Sra. Amelia me miró como si quisiera insultarme en todos los idiomas, pero se limitó a fruncir suslabios con rabia y Gina, abrió su boca como si estuviera indignada, antes de mirar a su madre contemor en sus ojos.

-¿Está amenazándonos?-preguntó Amelia con voz de desprecio y negué tranquila con mi cabeza.

-Ay, no. ¿Cómo cree que yo la voy a amenazar? No, yo no haria una cosa asi. -respondi fingiendoestar angustiada por la malinterpretación de mis palabras y ambas volvieron a adoptar su postura desuperioridad, perfecto para darles mis últimas palabras, antes de volver a la mesa y seguir disfrutandode esta hermosa noche. -Yo actúo sin previo aviso, tal y como lo hice en la semana de la moda enNew York, supongo que lo deben recordar a la perfección. Más bien, considérense con suerte, lesestoy advirtiendo ahora que

están a tiempo. Qué disfruten del espectáculo, hoy es una gran noche. Vamos, cariño.

Tomé una de las copas de champagne que ya estaba servidas sobre la barra y la levanté en el airecomo seña de brindis, dejándolas atónitas y con fea expresión, antes de caminar junto a un inestableVincent que permanecia en silencio, pero cuando estuvimos lo suficientemente lejos de las Lancaster,soltó una risa mientras se apoyaba en mi hombro y por poco pierdo el equilibrio.

-Creo que no le caes muy bien a tu suegra y tu cuñada, ¿crees que yo le caiga bien a mi suegra y a micuñado?-aunque Vincent no tenia una novia oficial, sabía muy bien que se refería a Abby con aquelloy no pude evitar reir en medio del camino por la lamentable. situación por la que ambos pasábamoscon la familia de nuestras parejas.

-¿Qué dices? Ellas me adoran, ¿no lo has notado? Es su manera de demostrar amor. -respondi conevidente sarcasmo, mientras

tomaba de la copa de champagne que tenía en mi mano. -Margaret y Paul te aman, solo nos quierenmatar y no descansaran hasta vernos hecho polvo, pero no es nada de otro mundo, son pequeñeces. -hice un ademán con la mano, restándole importancia al asunto

y Vincent soltó una risita que nos hizo tambalear de camino a la mesa.

-Al menos me voy a ahorrar la tarea de conocer a la familia de mi primera novia. -asenti con mi cabezadándole la razón y sonrei

enternecida por como comenzaba a llamarle a Abby, pero mi sonrisa se esfumó al ver la escena en lamesa que no le iba a gustar ni un

poco a Vincent.

Podía entender que todo se trataba de una actuación para la exnovia de Bastián, pero en estemomento, no había motivos para tal

escena, no habia motivo para que la pareja falsa se estuviera besando de nuevo como si Janeestuviera presente viéndolos.

Detuve mis pasos enseguida, haciendo que Vincent frenara en seco y me mirara sin saber porque mehabía quedado de pie como

estatua, pero es que no sabia qué hacer, ni qué pensar en este momento, no sabia si era buena ideaque Vincent volviera a presenciar tal

escena, podría volver al bar y beberse hasta el agua de los floreros o armar un escándalo en medio dela presentación.

¿Por qué Vincent se decidió tan tarde a expresar sus sentimientos?

¿Por qué Abby estaba tan cercana a Bastián?

¿Por qué tenia que estar en esta situación?

Vincent…-cuando estuve a punto de pedirle que me acompañara de vuelta al bar, solté un suspiro dealivio al ver que Abby se había separado de Bastián y lo esquivó cuando mi primo intentó darle otro

beso. Dios mio, no queria ver el mundo arder. -¿Estás muy ebrio?-pregunté lo primero que se me vinoa la mente y él negó con su cabeza como si le hubiese insultado, aunque era más que evidente queestaba pasado de copas.

-Qué dices, estoy bien. Vamos a la mesa, quiero estar con Abby y decirle que me encanta como se vecon ese vestido. -Vincent me soltó y se apresuró a llegar a la mesa, no me quedó de otra que seguirlocon los nervios de punta, rezando para que Vin no armara una escena de celos.

¿Ya vienen los tres infartos?

Para mi suerte, lo único que hizo fue arrastrar una silla hasta dejarla en medio de Abby y Bastián,donde se sentó sin importarle que los estaba separando y sin apartar la vista de mi amiga, quienparecia confundida o asombrada por su repentina presencia.

Me senté en mi asiento más tranquila y le dediqué una sonrisa a Alexander, pronto recordé queacababa de encontrarme con su madre y su hermana, entonces mi sonrisa se esfumó de inmediato,

-¿Todo bien, cariño? ¿Era el abogado? ¿Te dieron noticias?-Alexander preguntó a mi lado con Tristánsentando en sus piernas, mi hijo aplaudia emocionado con la vista puesta en las modelos en elescenario, lucia tan hermoso y tierno con su pequeño traje.

-Era el abogado, me dio la noticia que hemos estado esperando por tanto tiempo. Esta pesadilla va aterminar pronto. -le informé a alexander, dejando en segundo plano el tema de las viboras, en estemomento, el tema de Rachel, su confesión y la denuncia de Paul era más importante que la presenciade las Lancaster. –

Alexander sonrió ampliamente y no dudó antes de dejar un fugaz beso en mis labios en modo decelebración, entonces, los aplausos a nuestro alrededor aumentaron y la voz de Jane volvió a sonarpor todo el salón de eventos, llamando mi atención.

-Y cerramos esta presentación con una modelo que muchos de ustedes conocen y de seguro muchosde aqui anhelan tenerla en sus pasarelas. Ella es Britney Bonnet, luciendo los diseños exclusivos deL&J.-Britney apareció con el vestido rojo que dejaba su espalda descubierta, la joyeria en platacombinaba a la perfección con las sandalias altas plateadas que no eran para nada incomodas.

Abby y yo fuimos las únicas de nuestra mesa que nos pusimos de pie mientras aplaudiamosemocionadas, Tristán se emocionó aun más y lo tomé en mis brazos para disfrutar juntos del cierre deBritney que lo hacía de maravilla, desbordando elegancia con cada paso que daba, luciendoperfectamente mi marca.

-¡Esa es mi amigal -Abby gritó desde su lugar, aunque apenas se escuchó por los aplausos y lamúsica. -¿A qué no está preciosa? ¿ Ya la conoces? -de pronto mi amiga se encontraba al lado deAlexis, como si estuviera escapando de los hermanos Lefebvre, el pobre Alexis nego con la cabeza sindejar de aplaudirle a Britney. -¿Cómo que no la conoces? Ah, si cierto que estabas haciendo de Bellodurmiente. Tienes que conocerla, será nuestra modelo estrella y, además, es nuestra mejor amiga ysabes que todos somos amigos, asi

que será tu amiga.

-¡Abby! – le llamé para advertirle que no fuera tan impertinente con Alexis. ¿Cómo le iba a decir queestaba de bello

durmiente?

-Descuida, Sarah, ya me estoy acostumbrando a su peculiar personalidad. -Alexis la defendió con unasonrisa divertida, aunque seguia sintiéndome avergonzada, por cómo se refirió mi amiga a su estadode coma.

-Ha llegado la hora, damas y caballeros. Llegó la hora de presentar a la persona que inició esteproyecto de cero, una persona que muchos admiran, al menos yo lo hago, una persona que es un

ejemplo para seguir, un ejemplo de lucha y constancia, ahora no está pasando por el mejor de losmomentos, pero eso no fue impedimento para que sacara adelante su proyecto, su propia marca y portodo lo alto. Esta persona, es como un ave fénix, renace de sus cenizas. Jane no estaba dandodetalles de mi vida, pues lo único que sabia de mi vida personal era lo que salia por las noticias, sinembargo, me hacia sentir orgullosa de mi misma.

-Esa es mi hermosa mujer. -Alexander susurró en mi oido y fue inevitable sonreir como tonta, mientrassentia una agradable

sensación alojarse en mi pecho. -Aplaude a mamá, Tristán. Se lo merece.-los brazos de Alexander merodearon desde atrás, sujetando

a Tristán con una mano y con su mano libre acariciaba mi cintura.

Tristán aplaudió en medio del silencio, el silencio que se habia creado para escuchar el nombre quesaldria de los labios de Jane. Mi vista se desvió casi en automático y se detuvo en un par de rostrosque me miraban como si yo fuera un espanto. Las comisuras de mis labios se curvaron en cámaralenta, sin apartar mis ojos de las Lancaster, cuando Alexander dejó un beso en mi mejilla.

-Por favor, aplausos para la fundadora de L&J, la responsable de una marca que promete. Démosle labienvenida a Sarah Doinel.-

la voz de Jane resonó por todo el lugar y de inmediato le siguieron los aplausos dirigidos a mi.

El jadeo colectivo de los invitados me hizo sonreir, pues a muchos los estaba tomando por sorpresa,pero, sobre todo, a Amelia y Gina, quienes no dejaban de mirarme con cuchillas en sus ojos.

Al siguiente segundo, pude notar que la mirada de Amelia estaba puesta sobre Tristán que meaplaudia efusivamente y se vio obligada a sentarse en una de las mesas mientras se tomaba una copade champagne como si fuera agua. Le di un vistazo a mi hijo en mis brazos y sonreir al ver su lindo

traje, pero pronto comprendi el ataque que le estaba dando a Amelia, y es que, nadie podia negar queera el clon de Alexander versión mini, son tan parecidos y el traje idéntico no ayudaba de mucho.

Tuve que reprimir las ganas de reir al ver que Gina comenzaba a abanicar el rostro de su madre.

¿Ya vienen los tres infartos?

¿Ya vienen los tres infartos?

o que apenas comenzaba a disfrutar de esta maravillosa noche.

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