Heredera divorciada Novela de Juliany Linares -
Chapter 61
Chapter 61
Vaso medio vacío.
Mi mirada no se podía apartar del rostro de Alexander, esperaba el momento que me dijera que estababromeando, pero jamás. llegó. Era dificil creer que seria capaz de dejar su empresa tirada, susnegocios, su familia, todo por mudarse a Paris dónde estaria muy
cerca de Tristán.
Después de unos segundos, salté una risita, pues daba por hecho que me estaba gastando una bromay se me hizo realmente tonto
de su parte, pero más tonto es que casi le creo.
-¿A quién quieres engañar, Alexander? No eres capaz de dejar todo lo que siempre te ha importado ypor lo que tanto te has esforzado, para mudarte a Paris. -dije tranquila, como si lo que estuvierasaliendo de mi boca fuera toda la verdad, sin embargo,,
Alexander parecia muy serio.
¿Acaso no es como lo estoy diciendo?
Fue entonces cuando dejé cualquier atisbo de diversión a un lado, para tomar este asunto muy, peromuy en serio y me enfoqué en
sus ojos color miel, que brillaban más que nunca mientras me miraban fijamente.
No quiero engañar a nadie. Las cosas que antes me importaban dejaron de hacerlo en cuanto conocia Tristán, mi hijo, mi heredero, mi sangre. Quiero recuperar nuestro tiempo, que siga llamándomepapá y enseñarle cosas que solo un padre puede enseñar, quiero verlo crecer, no quiero volver a estarlejos de ust… de mi hijo. -una de mis cejas se arqueó casi en automático cuando se corrigió
de inmediato, aunque no pude dejar de sentirme culpable.
Era totalmente mi culpa que ellos no hayan pasado juntos el tiempo que deberia y que, después decasi cuatro años, ambos supieran el uno del otro. Fui una egoista por pensar solo en mi y en el dañoque Alexander provocó hace años. La culpa me carcomia
porque mi pequeño hijo no tenia la culpa de los conflictos de sus padres.
Finalmente, no podia hacer nada más que aceptar la decisión de Alexander y dejar que recupere eltiempo perdido como a él mejor le parezca. Me tragué el disgusto por tener que estar nuevamentecerca de él por un año y acabé con el silencio que se habla creado en
segundos.
–
De acuerdo, espero que no tengas problemas en el futuro. -dije serena y tratando de ser lo máscomprensible posible.
La verdad es que me sorprendia cada vez más su faceta como padre, jamás lo hubiese imaginado deesa manera y sinceramente, me alegro mucho por Tristán, porque Alexander está dispuesto a llevar lamejor relación con él.
Y si los tengo, valdria la pena cada segundo, lo único que me importa ahora es recuperar el tiempoperdido. -las palabras de Alexander me sorprendian cada vez más, lo miré en silencio por unossegundos y me senti inexplicablemente incómoda bajo su mirada escudriñante y el significado que yole estaba dando a sus palabras en secreto.
¿Son ideas mias? O, ¿dijo aquello con doble sentido?
Porque si insinuaba algo más que la relación padre e hijo durante su estadia en Paris, estaba soñandodespierto.
Todo esto es por Tristán.
–
– Entonces, lo veré en Paris, Sr. Lancaster, si no hay más. -me levanté del sofá, después de fingir sercortés con Alexander.
Ya que hablamos llegado a un acuerdo tan rápido y sin tantos rodeos, no iba a quedarme a charlar conél como si fuéramos los mejores amigos, además, si no era de Tristán y de negocios, no habia nadamás que pudiéramos hablar; o eso fue lo que yo crei, antes de que se levantara de su asiento eimpidiera que diera un solo paso para alejarme de él, cuando sus largos dedos rodearondelicadamente
mi brazo descubierto por mi vestido de tirantes.
Me irritaba cada vez que Alexander me tomaba de esa manera, deteniendo cualquier movimiento demi parte, ¿no podia solo decir
que habia más por hablar?
Me liberé de su agarre de un jalón y lo miré completamente seria, esperando que soltarà lo que teniapara decir.
Su cálida mirada se detuvo en mi rostro y abrió su boca para hablar, pero de ella no salia ni una solapalabra, parecia que las palabras
se le hubiesen atascado en la garganta. Enarqué una de mis cejas después de un rato y solo en esemomento se aclaró la garganta y soltó.
–
Sarah, perdóname. -quedé atónita ante aquella palabra tan simple, pero tan poderosa. ¿Perdonarlo?¿A qué se refiere?-Quiero compensar el daño que te he causado en el pasado. Estoy dispuesto ahacer lo que sea por ganarme tu perdón, por favor, Sarah… ¿Al
menos podemos llevarnos mejor, sin que me mires como si fuera el ser más despreciable? ¿Tanto meodias?-sus preguntas me parecieron totalmente ridiculas,
¿No era el Sr. Lancaster el ser más despreciable?
¿No era suficiente con que se haya acostado con Rachel? Sea por el motivo que sea, lo hizo, mevieron la cara de estúpida tantas veces, lo peor es que si yo no lo hubiese descubierto en eseentonces, ni siquiera hubiese tenido los pantalones de contarme lo que estaba ocurriendo y terminarcon ese supuesto chantaje y la amenaza de muerte.
¿No era suficiente con que jamás se haya dado cuenta de los tratos de su familia hacia mi, como si nofuera la Sra. Lancaster, como si fuera una criada? Aunque yo preferi no armar un problema grande porello, ¿era lo suficientemente ciego como para no darse
cuenta?
¿No era suficiente con eso?
¿Eso no lo hacia el hombre más despreciable y repugnante en el planeta?
Si no fuera por Tristán, no tendría nada que ver con ese hombre, ni con su familia, ni su entorno, ninada que relacionado a su
apellido.
¿Cómo no odiarlo? Si me destruyó hace casi cuatro años, me hizo arrepentir de haberlo dejado todopor él. Lo único bueno que salió de todo esto fue ese pequeño de tres años que se convirtió en lapersona más importante para mi, a quien amo con todo mi ser.
Sr. Lancaster, no tengo la intención de que seamos buenos amigos, solo limitese a recuperar el tiempocon Tristán y no se involucre en mis asuntos. Yo solo soy la madre de su hijo, no espere nada más demi, recuerde que estamos felizmente divorciados. El daño ya está hecho, un “perdóname”, no va aarreglar nada. -respondi serena y con cierta indiferencia, como si el tema que estábamos tocando nofuera lo suficientemente sofocante para mi.
La mirada miel de Alexander se volvió triste, hasta podia decir que mis palabras le dolieron tanto,como si miles de alfileres
estuvieran perforando su pecho, lento y doloroso.
Por poco suelto una risa sin gracia por la maravillosa actuación del hombre frente a mi. ¿En quémomento se volvió tan buen
actor?
—¿Felizmente divorciados? ¿Asi te sientes? -preguntó en voz baja después de darle un vistazo aAlexis quien seguia jugando
distraidamente con Tristán en su silla de ruedas.
Mis labios formaron una linea recta, mientras mi expresión se volvía neutra.
¿Para qué hablar del pasado? ¿Algo va a cambiar si continuamos tocando un tema tan irrelevante? Yahe dicho suficiente, pero si
le hace sentir mejor. Me siento plenamente feliz ahora.-respondi con mi mejor sonrisa, dejándole enclaro que estoy felizmente
divorciada. Alexander no podía dejar a un lado aquella expresión de dolor. Su expresión era miserabley no sentia ni un poco de culpa por
ello. -Ahora, ¿puedo retirarme? O, ¿hay algo más? -pregunté con la intención de prevenir que volvieraa detenerme de aquella manera
a la que se habia acostumbrado y que yo tanto detestaba.
– Nada más.-respondió apenas y fue suficiente para dar media vuelta y alejarme de él, pero volvió ahablar cuando di dos pasos. –
Aunque no me lo hayas preguntado. Divorciarme de ti no ha sido motivo de felicidad. ¡Felizmentedivorciados? No sé lo que es ser feliz
desde que te fuiste. Me arrepiento de mucho, de no darte el lugar que merecias como la Sra.Lancaster, de no protegerte de una mejor
manera sin tener que llegar tan lejos, de no ser sincero en muchas cosas. Me arrepiento de no ser nila mitad de lo que fue fuiste. Una
excelente y admirable esposa. Así que no, no estoy felizmente divorciado.
Un amargo sabor se hizo presente en mi boca y una sensación desagradable recorrió mi cuerpo alescucharlo decir aquello frente a
todos, y cuando digo todos, no solo me refiero a Alexis y Tristán. A ellos se les sumaba mi padre, Pauly Vincent, quienes escucharon cada
palabra que salía de la boca de Alexander, parados al pie de las escaleras.
Senti mis mejillas ardiendo de la vergüenza, pues, lo último que queria en la vida, es que mi familiaescuchara un montón de
mentiras de mi exesposo y sobre todo, que dejara en evidencia los principales motivos que hicieron denuestro matrimonio, un completo fracaso y el papel de tonta sumisa que desempeñé durante esetiempo.
Miré por encima del hombro a aquel hombre mentiroso y baje el rostro para reirme entre dientes antesde responder:
-Es una lastima que veas el vaso medio vacio, -dije con una sonrisa, sin ni siquiera darle la cara.
Inmediatamente, retomé mi caminata en dirección a la cocina en busca de un vaso con agua, muylejos de todos aquellos hombres
que no apartaron la mirada de mi, incluyendo a mi propio hija!
No cabe duda que Alexander no tiene ni la más minima verguenza, ¿qué pretendia con decir todoaquello frente a tantas
personas?
¿Qué quiere lograr con escupir tantas mentiras tan deliberadamente?
¿A qué juego piensa jugar?
¿Al exesposo arrepentido? Qué ridiculez.
Si ese es el caso, no me vendría mal seguirle el juego, es más, seria la mejor terapia para matar losúnicos sentimientos por él. El odio y el rencor.
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