Heredera divorciada Novela de Juliany Linares -
chapter 79
chapter 79
Acosador.
Mi madre propuso un brindis, ni bien nos vio volviendo al jardin, las palabras de mi madre meconmovieron y por poco suelto unas lagrimas al frente de todos los invitados.
Sarah es la luz de mi vida, es mi sueño hecho realidad. Desde el primer momento que la tuve en misbrazos, supe que sería una
mujer fuerte, capaz y lo ha venido demostrando con su esfuerzo por ser una buena hija, una buenamadre y una gran empresaria,
aunque muy testaruda y orgullosa eso no se puede negar. Es su esencia y no podia estar másorgullosa de ser su madre, su amiga y su
apoyo incondicional. Estoy agradecida de tenerte de vuelta y gritar a los cuatro vientos, Sarah Doineles mi hija. ¡Salud! sonrei de oreja
a oreja por las palabras de mi madre y rápidamente, entre todos tintineamos nuestras copas dechampagne unas a otras.
Cuando mi copa llegó con la de Alexander, lo miré mientras recordaba la conversación con mi padre,cada una de sus palabras.
resonaron en mi cabeza y no fui capaz de sostener la mirada mientras mi pulso se descontrolaba sinpoder evitarlo.
Me aleje rápidamente seguir brindando con los demás y cuando llegué con Jack me felicitó por micumpleaños y me pidió unos
minutos para conversar.
-Hay un pequeño inconveniente de último momento con la reservación del avión privado. Disculpe, séque es su cumpleaños y no
deberia molestarla con asuntos de trabajo, pero ha planeado viajar mañana y necesitaba avisarlecuanto antes para buscar una solución.
-Jack me informó con el rostro preocupado y solo para mi, él sabia que no queria que nadie seenterase sobre esto, el único que lo sabia
era Vincent y en este momento estaba con sus hermanos y con Abby que hablaba animadamente conBastian.
Miré a mi alrededor, cerciorándome que nadie estuviera cerca para escuchar nuestra conversación.
Jack, ¿qué ha pasado con la reserva? ¿No lo habias hecho ya? -pregunté disimuladamente mientrastomaba despreocupada de mi copa y mis ojos se fueron casi en automático a aquel hombre de ojoscolor miel que me miraba de reojo sin dejar de prestarle
atención a Tristan.
Desde luego que si, es solo que sus padres tenian una reservación para viajar a Londres y lo hanadelantado para mañana y como usted me dijo que esto tenía que ser bajo perfil, no quise discutir elasunto. -miré confundida rápidamente a Jack cuando soltó aquella
información y volvi la vista hacia Alexander,
¿Mis padres viajan mañana y no me han avisado?-pregunté para mi misma, aunque no me extrañabaen lo absoluto, seguramente estaban esperando para celebrar mi cumpleaños y tener unas pequeñasvacaciones para ellos. -Qué más da. Gracias por avisarme a tiempo, Jack, en ese caso, compra un
ticket de avión en primera clase, el primero que salga por la mañana. -bajé la voz cuando me di cuentade que la asistente de Alexander pasó muy cerca de nosotros.
-Cuente con ello, lo arreglaré enseguida. -dijo a punto de retirarse, pero se detuvo para mirarme dearriba abajo y luego mirar hacia el pelinegro junto a mi hijo. -Lucen muy bien, me refiero a usted, el Sr.Lancaster y Tristán, si no conociera la situación entre ustedes, pensaría que son una familia feliz, almenos eso me ha parecido. Con permiso. -con aquello finalizó dejándome sin palabras y lo vi alejarsede mi sin darme oportunidad a responderle.
¿Una familia feliz? Estamos a anos luz de serlo.
Me quedé de pie por unos segundos más, sin dejar de repetir aquella frase en mi cabeza y de prontocai en cuenta que no podia apartar mis ojos del padre de mi hijo. Bebi de un solo trago lo que quedabaen mi copa y caminé apresurada hasta los invitados mirando
a cualquier otro lado que no fuera él.
No queria creer que las palabras de mi padre me habian ablandado, pero lo que si creia es que esaconversación hizo que algo
cambiara en mi y en la forma de ver las cosas.
Pero eso no significaba que iba a cometer un error del que probablemente me arrepienta. Imposible.
Vincent se habla quedado en la villa la noche anterior y aprovecho para ayudarme a empacar miscosas, aunque no era la gran cosa,
solo iria, hal ria con Rachel y volveria.
Tristan estaba profundamente dormido en su habitación, pero no fue impedimento para despedirme deél sin ser capaz de despertarlo, lo iba rañar, pero estaria las mejores manos, con Vincent.
Antes de salir de su habitación, el regalo de Alexander llamó mi atención y después de meditarlo unpar de veces, tomé la bolsa y la guardé en mi maleta, aprovecharia este viaje par dejar el par deanillos en el lugar que debería estar.
Mi primo me llevó hasta el aeropuerto y no había dejado de burlarse de mi-desde el momento quesalimos de la villa, pues habia decidido ir lo más cubierta posible, con gafas y gorra con miedo de quealguien me reconociera y se diera cuenta que estaba por tomar
un vuelo a New York.
Avisame cuando llegues, yo te estaré informando de todo por acá y no te preocupes, si preguntan porti, diré que has recibido tus treinta años totalmente ebria y no puedes ni levantarte de la cama. -dijoVincent con una sonrisa divertida en su rostro y no pude evitar
soltar una carcajada por sus ocurrencias.
De tantas excusas que pueden servir, tenías que pensar en esa. Vale, solo no me difames demasiado.-dije cuando mi risa ceso y él asintió como si fuera a acatar la orden al pie de la letra. Y otro favor,införmame sobre el viaje de mis padres y si preguntan por mi, inventale algo mejor.
-Como diga la Sra. Doinel. Cuidate mucho. -asenti con mi cabeza y le di un rápido abrazo antes deabordar el avión.
Al llegar a mi asiento reservado, solté un largo suspiro con los ojos cerrados, en serio esperaba queeste viaje funcionara, necesitaba
que Rachel confesara, ella seria testigo clave para desenmascarar a los Dubois y le den los añossuficientes de cárcel como para no volver
a verlos nunca más en mi vida.
-¿Vas a escapar?-apreté mis ojos con fuerza al escuchar esa voz. No sé qué estaba pasando por micabeza como para tener que imaginar que Alexander era el que hablaba en el asiento contiguo. Sal yade mi cabeza. – No recuerdo que tuvieras sueño profundo, te quedan lindas las galas. -abri mis ojosde inmediato a la vez que me quitaba las gafas al volver a escucharlo y miré hacia el lugar donde
provenia esa voz, encontrándome con ese hombre.
Dios mio, no puede ser, no estaba alucinando. -murmuré para mi misma y de inmediato lo miré con elceño fruncido,
sintiéndome molesta por tener tan mala suerte en la vida. -¿Qué estás haciendo aqui?-preguntécabreada y Alexander golpeteó el
reposabrazos con sus largos dedos.
Tomando un vuelo, lo mismo que tú. -respondió tranquilo y le lancé una mirada de pocos amigosporque sabia perfectamente
que esa no era la respuesta que esperaba. -No pensarás que dejaré que visites a Rachel sola. – misojos por poco se salen de orbita
cuando soltó aquello, sin saber como es que se enteró de que iria por Rachel, solo lo sabiamos trespersonas y estaba cien por ciento
segura que Vincent no fue.
Jack…
Asi que Jack te lo ha contado, ¿cómo lo has convencido? -pregunté directamente y sin rodeos, por susonrisa supe que había
dado justo en el clavo.
–
Entre asistentes se entienden, le doy todo el crédito a Cristina. -me rei sin gracia al recordar que lanoche anterior su asistente
pasó por nuestro lado justo cuando estaba hablando sobre mi vuelo con Jack, pero, ¿cómo es posibleque Jack lo haya soltado todo?
No le regañes, en realidad no ha dado información directamente, Cristina ha escuchado que viajarias yuso sus métodos para sacar pistas
yatar cabos.
Vale, no estaba tan molesta con Jack, pero si lo estaba con el hombre a mi lado, ¿quién se ha creidopara sacar información y
seguirme?
-Entonces, me estás acosando. aquello. Más que una pregunta era una afirmación y Alexander negócon su cabeza.
No diria que es acoso, yo lo veo de otra manera. Si tu te lanzas de un puente, yo estaré abajo paraatajarte. -su metáfora volvió a
dejarme sin palabras y no quise seguir hablando con ese hombre, no tenia sentido iniciar unadiscusión, si queria ir conmigo, pues lo
dejaria.
Desde este instante, no iba a perturbarme más por él, en algún momento se cansará de lo que seaque estaba haciendo.
Gracias al cielo, Alexander entendió que no diria una palabra más y mucho menos mantendria unaconversación con él, no habia
nada de qué hablar, si queria hacer el papel de guardaespaldas, pues adelante.
Al llegar a New York, intenté irme por mi propia cuenta, pero Alexander se adelantó a tomar mipequeña maleta, lo mirė inexpresiva
y alcé mis manos, resignada antes de caminar hacia la salida en busca de un taxi. Este viaje seria losuficientemente estresante y
complicado como para agregarle una discusión de nunca acabar con el acosador.
-El chofer de Atexis nos está esperando, nos dejará en la cárcel y llevará nuestras maletas en casa. alescuchar la última palabra, detuve mis pasos haciendo que él también se detuviera y me mirara conconfusión. ¿Qué pasa? ¿Has olvidado algo? -preguntó como si nada y tomé una bocanada de airepara no perder la paciencia que tanto me estaba costando conservar.
—
-La maleta se queda conmigo. -informé decidida, él no tenia porque tomar decisiones por mi, este viajese suponia que debía
hacerlo sola.
-Como digas entonces. -asenti con mi cabeza volviendo a estar en calma, aunque no podia negar queme resultaba muy extraño
que Alexander aceptara sin rechistar.
Si tan solo hiciera lo mismo con todo lo demás.
En todo el camino a la cárcel nos mantuvimos en completo silencio, lo cual agradecia y con las gafaspuestas, podia pasar desapercibida en cualquier lugar, de no ser porque Alexander no traia consigo niel más minimo accesorio para camuflarse, solo met
quedaba rogar porque nadie me reconociera y me relacionara con el acosador a mi lado.
Por poco no nos dejan visitar a Rachel porque no era dia de visita, pero después de que Alexander yyo tuviéramos una extensa
conversación con el guardia de seguridad, nos dejaron seguir con la condición de que seria solo diezminutos.
Eso era suficiente para hablar con ella de mujer a mujer e intentar convencerla de que confesara.
Cuando estuve a punto de llegar a la puerta donde deberia estar esperando Rachel, Alexander medetuvo tomándome del brazo, lo
miré de la misma manera que lo vengo haciendo desde que llegamos, sin ninguna expresión en elrostro, esperando que soltara el
motivo por el que nos detuvimos a pocos metros de encontrarnos con Rachel.
–
Sarah, entiendo que has venido por un tema importante que no solo pone en riesgo tu seguridad, sinola de toda tu familia.
comenzó diciendo con sus ojos clavados en los míos, asenti con mi cabeza, haciéndole entender queestaba en lo correcto y esperé que
soltara el pero. Pero, durante todo el camino he estado dándole vueltas al asunto y creo que seríabueno que aclarásemos lo que ha
pasado hace años. Quiero pedirte que confirmes con la mismisima Rachel, que ese dia, al igual quelos seis meses antes, ella y yo no
hicimos nada. Y si, nos pillaste de una manera comprometedora, pero en ese momento estabapidiendo una señal para saber si estaba haciendo lo correcto para mantener tu vida a salvo, entoncesllegaste y te perdi.
Lnarqué una de mis cejas al escuchar su absurda petición y me liberé delicadamente de su mano quede pronto quemaba en mi
brazo.
Alexander, ya no importa, lo hecho, hecho está, nada puede cambiar lo ocurrido. No lo haré.
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