chapter 92

Almuerzo familiar.

SARAH.

Lo primero que hice cuando llegamos a la Villa, fue dejar a Tristán con Alexander y me encerré en eldespacho de mi padre para llamar a mis abogados y que iniciaran las diligencias en el caso de Rachel,les pedi que llevaran el caso bajo perfil, nadie se podia enterar que Rachel iba a declarar en contra delos Dubois, hasta el dia que estuviera todo perfectamente armado, ni siquiera los abogados Richmanpodian saberlo, habla muchas vidas que corrian peligro y debia ser muy cautelosa con cada paso quedariamos en este proceso.

No podia perder tiempo, tenia miedo de que Rachel se arrepintiera de confesar o que Paul seterminara enterando y le hiciera dario para callarla.

Tras más de media hora de llamada, colgué el teléfono y me senté mientras procesaba todo lo queestaba pasando, no tenia ni la más minima idea de porque Rachel habia cambiado de opinión y queriapensar que estaba redimiéndose, que quería reparar el grave error que cometió, pero algo me deciaque habia algo más detrás de su decisión, de cualquier manera, era una prueba en contra de losDubois, con eso era suficiente para que lo dejaran un buen tiempo en la cárcel, tiempo queaprovecharia para encontrar pruebas hasta de lo más minimo, para que aumentara su condena.

Mi sonrisa se esfumó cuando mis fosas nasales se inundaron de un olor a quemado. Me levanté de miasiento, dejando mis cosas sobre el escritorio y sali apresurada del despacho en busca del lugar dedonde provenia aquel olor, no fue dificil encontrarlo, pues el humo salia de la cocina esparciéndose porel interior de la casa.

El pánico se adueñó de mi, al pensar que se trataba de un incendio y en vez de acudir a la ayuda delos bomberos, lo que hice fue cubrir mi nariz mientras trataba de hacer paso entre el humo agitando mibrazo libre en el aire para adentrarme a la cocina.

No vi fuego por ningún lado, en cambio, me encontré con una escena que por poco me hace soltaruna carcajada.

Alexander abría las ventanas para que el humo se disipara y movia de un lado a otro el paño decocina, mientras el video de alguna receta se reproducia en la tableta que estaba sobre la mesa,pronto me di cuenta de que la llave del lavaplatos estaba abierta y que el humo era producto del aguaque se derramaba sobre una sartén que lucia completamente quemado.

-Alexander, ¿qué estás haciendo?-cuando me escuchó, se exaltó antes de voltear a mirarmeavergonzado, no pude aguantar la risa al verlo con la camisa arremangada hasta sus codos y eldelantal que Maga usaba para cocinar. Dejó de sacudir el paño de cocina en el aire y posó sus manosen las caderas dándole un rápido vistazo al desastre que habia ocasionado y volvió a mirarme con unasonrisa de inocente.

-Queria preparar el almuerzo para mi mujer y mi hijo, pero he confirmado que los negocios se me danmejor que las artes culinarias. dijo antes de acercarse al lavaplatos para cerrar la llave y se acercó ami entre el humo que comenzaba a desaparecer. No podia dejar de reir a la vez que me enternecia,pues Alexander jamás habia cocinado en su vida y se atrevió a intentarlo para nosotros. Lo siento,cariño, queria sorprenderte, estaba siguiendo todo al pie de la letra, pero no sé qué hice mal, al menosse han salvado los espaguetis.

Yme has sorprendido.-dije divertida mirando la sartén en el lavaplatos y Alexander butó antes demorder su labio inferior como si estuviera descontento con él mismo. -Quiero probar los espaguetisque se han salvado. -dije pasando a la cocina, donde había una olla con una cantidad muy grande deespaguetis, con eso podian comer veinte personas.

Alexander llegó a mi lado y me miró dubitativo cuando tomé una pequeña porción para probarlo, paraser honesta, no lucia muy, bien, estaba pasado de cocción. No lo pensé dos veces y lo probé bajo laexpectante y nerviosa mirada de Alexander. Mis papilas gustativas percibieron de inmediato el exceso

de sal y mastiqué con prisa para tragarlo rápidamente, evitando hacer una mueca de disgusto, sinembargo, las ganas de toser me invadieron por completo.

-Sarah, por todos los cielos, no debi dejar que lo probaras. -Alexander no sabia qué hacer, miraba portodos lados en busca de algo que hiciera desaparecer la tos y palmed mi espalda levemente como siesa fuera la solución. Pronto, corrió a servirme un vaso con agua y me ayudó a tomarlo. Esa era lasolución.-Perdóname, mi amor, por poco te mata mi comida, dijo al ver que la tos desaparecia. -¿Sabes? Pediré comida, no quiero intoxicar a nadie.

Negué con mi cabeza terminando de tomar hasta la ultima gota y cuando estuve más calmada y sin elexceso de sal en mi boca, hable.

-No hace falta, quédate y prepararemos el almuerzo juntos. -propuse porque no queria quitarle lailusión de hacer un gesto tan bonito por nosotros.

Los ojos de Alexander se iluminaran, pero negó con la cabeza,

No, de ninguna manera, yo… yo… -dejó la palabra en el aire cuando se dio cuenta de mi mirada, leestaba diciendo con los ojos que no habla excusa válida para negarse, entonces, se pasó las manospor el delantal y dijo: –Arreglaré el desastre que dejé y

comenzamos.

No podia negar que disfruté cada segundo cocinando con Alexander, era la primera vez quecompartiamos un momento como este a pesar de los años que estuvimos juntos, esta nueva versiónde Alexander me gustaba, estaba siendo más dedicado, más atento, una mejor persona y, sobre todo,mucho más amoroso de lo que fue en el pasado.

Maga llegó con Tristán recién bañado y nuestro hijo quiso unirse a nosotros, Alexander lo alzó paraque lo ayudara a pasarme los

ingredientes que le pedia y entre juegos, risas y malos chistes de Alexander, terminamos de prepararespaguetis con salsa a la bolonesa y comimos como una familia, como si no hubiésemos pasado portantos obstáculos, tantos engaños, tantas traiciones.

Lo único que me impedia ser completamente feliz, eran los Dubois.

iciar una

Vincent llegó a la villa justo cuando terminamos de comer, por su rostro serio, parecia que el tema deAbby seguía perturbándolo, pero él era el único responsable de quetas cosas marchen de esamanera, pues sabia que mi amiga estaba dispues relación seria con él y hacerlo sentir querido, sincontratos de por medio.

-Ya estoy aqui, ¿de qué tienes que hablar conmigo?-pregunto con tono frio al sentarse en el sofamientras frotaba sus

Siches,

Alexander y yo nos miramos al mismo tiempo, por el malhumor de mi primo, pues él no solia usar esetono de voz cuando hatilaba conmigo ni mucho menos lucia tan irritado.

No quise prestarte atención, ni immiscuirme en sus problemas, asi que fui directo al grano sacando eltema que tenia más importancia en este momento,

-No quería decirtelo en la empresa porque habia muchas personas, pero quiero que sepas que Rachelva a confesar. -dejó de masajear su frente y me miro como si no pudiera creer lo que acababa dedecir,

Si, parecia irreal que Rachel hubiera tomado la decisión de hablar, pero para nuestra suerte, lo hizo.

¿Me estás hablando en serio? ¿Es seguro que lo hará? ¿No será una trampa? Puede ser que Paul sehaya enterado de que fuiste visitarla para convencerla y nos este preparando una trampa. -ladesconfianza de Vincent me hizo dudar y me quedé en silencio pensando en la gran posibilidad deque fuera cierto, podrian estar jugando con nosotros, con la ultima esperanza que nos quedaba Antesde que pudiera responder con dudas, Alexander sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón y lo dejósobre la mesa de centro,

-Tal vez este es el motivo por el que cambió de parecer. dijo Alexander antes de que una vozproveniente de su teléfono llegara a mis oidos y de inmediato la reconoci, era Paul

“Estás soñando despierta. Te he dado dinero suficiente para que tengas una vida de lujos, no recibirásun solo centavo más de mi parte, estoy haciendo demasiado partial prestarte los servicios de misabogados. No estoy de humor para soportarte… Mira, me importa cinco que no puedas disfrutar deldinero, sabias el riesgo que corrias y aun así aceptaste. Fnise te ocurra amenazarmeo, asi como misabogados te están ayudando, pueden hundirte y tus padres pagarán las consecuencias de siquieramencionar el apellido Dubos. No vuelvas a llamame.”

Miré a Alexander sorprendida por aquella grabación que le hizo a Paul, la cual no habia hechomención sino hasta ahora. Una incómoda sensación se alojo en mi pecho de solo saber que me lohabla ocultado cuando recibi la llamada de Rachel y hasta ahora me enteraba de esto, ahora entendiaporque no estaba tan sorprendido como yo.

Esta es una buena evidencia para la confesión de Rachel. Buen trabajo, Alexander. Aumentaré laseguridad de los Duncan, no, mejor los sacaré del pais, Rachel està arriesgando mucho. -Vincent selevantó del sofá y salio al jardin mientras te marcaba a alguien en su teléfono.

Aproveché que Vincent nos dejo solos y me giré para mirar inexpresiva a Alexander, este evitómirarme al jugar con Tristan que estaba revoltoso sobre sus piernas.

¿Hay algo más que el gran Alexander Lancaster se le haya olvidado decirme?-pregunté con una falsasonrisa, a pesar de que no era un tema que nos perjudicara sino más bien que nos beneficialia, nopodia dejar de sentirme descontenta, se supone que no nos ibamos a ocultar ni lo más minimo y si nohubiésemos sacado el tema seguirla sin mencionarlo,

Alexander me miró en silencio por un momento como si se estuviera debatiendo mentalmente y pudever como su manzana de Adán se movia de arriba abajo al tragar en seco.

-Sarah, no se me olvidó decirtelo, no te lo dije antes porque estaba esperando a Vincent parainformárselo a ambos. -su respuesta no me convencia del todo y su lenguaje corporal me dejalíainquieta. -Lo siento, de haber sabido que te enojarias por eso, te lo hubiese dicho desde el primersegundo que te vi.

-No me enojo, sola me preocupo, ya sabemos como terminó todo por ocultarnos tanta informacionrelevante.-respondi siendo sincera, la falta de comunicación y de confianza fue la que arruinó nuestromatrimonio, no quisiera que se repitiera la historia.

-Lo sé, pero no te he ocultado esta información, no me mires asi, vas a asustar a Tristan.-puse misojos en blanco cuando uso a nuestro hija como excusa y suavicé la mirada cuando se acercó más a misin dejar de jugar con las manos de Tristán.-Vale, lo siento, ha sido mi intención preocuparte. ¿Teparece si olvidamos este pequeño inconveniente con una cena en familia?

Solté una ligera risa al escuchar su propuesta y negué de inmediato con la cabeza.

-Por el bien de todos, no volverás a entrar sin compania a la cocina. -le adverti recordanda que porpoco provoca un incendio y se rio divertido, contagiando a Tristan quien rela sin saber el motivo.

-Se están burlando de mi, estupendo, fingió estar ofendido. -Te tengo buenas noticias, tu cocina estaràa salvo. Los llevaré à un lugar fuera de la ciudad, donde podremos olvidarnos de los problemas,aunque sea por unas horas y de paso me perdonas, o prefieres que me gane tu perdón de otra

manera? -susurró esto ultimo cerca de mi rostro y abri mis ojos con sorpresa por atreverse a deciraquello al frente de Tristán,

-Ya tengo todo arreglado, los padres de Rachel dejarán el pais hoy mismo, estarán muy bienescondidos y protegidos en Londres. – Vincent llegó interrumpiendo nuestra conversación y leagradeci mentalmente, pues no sabia ni qué responderle a Alexander, pues la idea no medesagradaba.

Gracias, Vincent, en verdad espero que todo salga bien sin tener ni una pérdida. -dije alejándome unpoco de Alexander y disimulando que sus palabras me habian puesto los pelos de punta.

Todo va a estar bien, estamos un paso adelante y ellos no lo saben, el panorama está mejorando.respondió Vincent con mejor ánimo que el que tenía cuando llegó, pero se arruinó todo cuando unaAbby de muy buen humor entró por la puerta. Pero no para mi. -Vincent susurró para si mismo, perologré escucharle.

-Hola todos. -Abby saludo con una sonrisa alegre que podia contagiar a cualquiera, menos a Vincent,quien frunció el ceño antes de levantarse de un salto y acercarse a ella fingiendo que por dentroestaba furioso con ella y aclaró su garganta antes de hablarle.

¿Podemos hablar?-le preguntó con la mandibula tensa y ella lo miró con una ceja enarcada antes deasentir con la cabeza y volvió a salir por la puerta con la intención de que Vincent la siguiera. -Conpermiso, es que, necesito….

Anda por ella, no necesitamos explicaciones. -Alexander lo alentó y Vincent se fue después de soltarun suspiro. -Tendré que darle algunos consejos a mi primo.-me giré bruscamente para mirarlo mientrassoltaba una carcajada en su cara.

Que no sean de cocina, por favor,

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