Heredera divorciada Novela de Juliany Linares -
Chapter 95
Chapter 95
Plan Richman.
En la Villa Doinel.
Tras informarle a Vincent y a Abby del encuentro con Paul y la abogada en el restaurante fuera de laciudad y ponerlos al tanto de lo que planeábamos hacer con la foto, llegamos a la conclusión que seriauna tarea dificil llegar hasta el abogado Richman, teniendo en cuenta que estaba al tanto de todos losdelitos que estaban relacionados con el apellido Doinel y el apellido Lancaster.
Abby se levantó de la silla en la que estaba sentada en el despacho de mi padre y posó sus manossobre el escritorio con el rostro iluminado con una sonrisa de oreja a oreja, la misma que esbozabacada vez que se le ocurría una de sus alocadas ideas.
No sé qué harian ustedes sin mi. Soy una Dubois, por lo tanto es mi abogado, me contactaré con élpara pedirle ayuda con una demanda a los Doinel. Claro, no piensen que será una demandaverdadera, será la excusa perfecta para encontrarme con él, será una buena encerrona. -miré a Abbycon ojos preocupados.
Por supuesto que aquella idea pasó por mi cabeza, pero no queria que Abby se involucrara demasiadoen el tema, nos estaríamos arriesgando a que el abogado no acceda a nuestros planes y terminecontándole todo a su familia y teniendo en cuenta que los Dubois son unas escorias, no dudarian endañar a su propia hija por estar de mi lado.
No, pero claro que no, es muy arriesgado y no. Hallaremos otra solución, ¿cierto? -me neguérotundamente y me dirige a los demás en busca de su apoyo para que descartaran aquella idea, peroAlexander y Vincent se quedaron callados como si no tuvieran más opciones.
La mirada decidida de Abby estaba sobre mi y levantó sus cejas cuando supo que los demás estabande acuerdo con ella.
Sé to arriesgado que es esto, Sari, pero debo hacerlo. No. No debo hacerlo. Quiero hacerlo, despuésde ti, soy la más interesada en que mi familia pague por todo lo malo que han hecho, asi mi vidadependiera de ello. -Abby estaba segura de lo que decia y la entendia,
pues ella no era igual que su familia, para ella, lo más importante eran los valores y la lealtad, siempreestuvo en contra de las malas acciones y sabia que era una traición para ella que su familia estuvieraen malos pasos, perjudicando al prójimo. -Hagamos algo, que se decida en una votación.-propusomirando al par de hombres que estaban sentados en el sofá y volvió a mirarme con una sonrisa deoreja a oreja. Tomé una bocanada de aire y asenti estando de acuerdo, aunque ya presentia que losdemás apoyarian su decisión.- Levanten la mano lo que no estén de acuerdo con que me encuentrecon el abogado Richman. -no lo pensé dos veces antes de levantar mi mano, siendo la única queestaba en contra de aquella idea tan arriesgada. -Uno. Ahora los que están de acuerdo. -como lodeduje, Alexander, Vincent y Abby alzaron su mano, teniendo como resultado tres votos contra uno. -Tres. Entonces, me comunicaré con el
abogado.
– Sarah, es la mejor opción, debemos actuar rápido para hacerlos caer, tenemos una prueba muypoderosa y no voy a negar que es arriesgado, pero no solo para Abby, sino para todos. -Vincent selevantó de su asiento para acercarse, en un intento por convencerme, pero, aunque no estuviera deacuerdo, no podia hacer nada, por mayoria de votos, Abby contactaria al abogado.
Ya lo sé, estoy consciente de eso, pero no quiero que Abby esté en la lista negra de su familia. -dijedesanimada por mi amiga y
ella soltó una risa sin gracia, antes de alejarse cuando sintió que Vincent estaba muy cerca de ella.
– Querida, para tu información, estoy en la lista negra desde el momento que dejé Doinel y me fui dela casa, no tengo nada que perder, pero si mucho qué ganar. Llamaré a mi abogado para que me
ayude con la denuncia por agresión física de parte de Sarah Doinel. ¿Creen que le guste escuchar eseapellido tan mencionado? Creo que se le saldrán los ojos de órbita. -Abby sacó su celular del bolsillode sus pantalones y casi de inmediato recibió una llamada que la hizo sonreir, ganándose una miradade un inquieto y alarmado Vincent, que cambió su expresión por una de irritación cuando alcanzó aleer el nombre en la pantalla de su celular.-Atiendo esta llamaday me pongo en contacto con elabogado.
Abby se alejó al otro extremo del despacho, a una distancia donde podia hablar sin interrupciones yrespondió la llamada sin borrar la sonrisa de su rostro.
Bastián, qué estás haciendo. -escuché el murmuro lleno de irritación de Vincent cuando la siguió conla mirada y tuve que reprimir la risa que me causaba los celos de mi primo.
Eso significaba una sola cosa, las cosas con Abby seguian mal y conociéndola como lo hago, seguiráhaciéndolo sufrir hasta que se sincere con ella y le declare su amor.
-Vincent, dejando este tema a un lado, quiero hablar sobre L&J.-le hable para llamar su atención ydejara de mirar a Abby como si
quisiera comérsela viva. Alexander, quien estuvo todo este tiempo sentado en el sofá, se acercó parasentarse en la silla al frente del escritorio despreocupadamente, con la atención puesta en su celular. -Teniendo en cuenta la magnitud de las proyecciones del primer
lanzamiento, nos hace falta dos socios para la empresa, voy a reunirme con Julián quien estáinteresado en asociarse con L&J, ¿podrías.
ayudarme a conseguir el socio que nos hace falta? Que sea confiable, ya sabes. -pregunté jugandocon el boligrafo en mi mano y pude
sentir la mirada de Alexander sobre mi.
-Por supuesto, tengo el candidato perfecto que estaria más que encantado de trabajar contigo. Le voya marcar ahora mismo. –
respondió con su teléfono en la mano y miró disimuladamente a Abby antes de acercarse hasta ellamientras hacia la llamada.
–
-No tendrías qué buscar a otro socio si me tomaras en cuenta.-Alexander llamó mi atención y fije mimirada en él, quien seguia
con los ojos clavados en el celular.
Alexander, ya te dije el motivo por el que no puedo aceptar asociarme con Lancaster Collection, en unfuturo relacionarán la
imagen de L& con la empresa de mi exesposo y no quiero eso. -negué con mi cabeza, dejando elboligrafo sobre el escritorio cuando
Alexander por fin me miró.
– Vale, entiendo, dijo no muy convencido mientras guardaba su celular y su mirada vacilante se posósobre el escritorio por unos
segundos, antes de volver a mirarme a los ojos. Entonces, ¿ya me dirás lo que pasó en ese crucero? -solté un suspiro cansado cuando
Alexander volvió a tocar ese tema, era la tercera vez que me preguntaba y no queria responderleporque detestaba recordar aquel beso
de Judas, pero más que todo, porque en ese momento, crei que comenzaba a sentir algo minimo porese desgraciado.
Decidi soltarle todo a Alexander porque en algún momento se lo iba a contar y prefería aclarar tododesde un inicio y no ser tan
doble moral para reclamarle por ocultarme la más minima información, cuando yo estaba haciendo lomismo, aunque lo que pasó con
Paul fue antes de mejorar mi relación con Alexander.
Me invitó a un crucero en New York, tomamos unas copas de Champagne y luego me besó, solo eso,no pasó nada de lo que él
insinuó, resumi toda la noche en unas cortas palabras y a pesar de que fue en el pasado, antes de quePaul se quitara la máscara, la
noticia parecia molestarle a Alexander.
–
Te besó. -repitió aquellas palabras que me producia asco, como si intentara procesarlo. Se removióincomodo en la silla mientras
allojaba el nudo de su corbata, por su expresión, parecia querer decir algo y después de unossegundos de silencio, se decidió por
soltarlo. Y a ti… ¿sentiste algo con ese beso?-preguntó dubitativo, mientras se frotaba los dedos en lafrente con los ojos
cerrados.
Me quedé en silencio evitando su mirada, sintiéndome avergonzada conmigo misma al recordar queme permiti sentir algo por ese
ser tan despreciable, por más minimo que haya sido.
Alcé la mirada hacia el rostro de Alexander, que parecia saber la respuesta a su pregunta, peroesperaba que se la dijera yo
misma.
Bueno, si, si Alexander, en ese momento despertó algo en mi, me gusto, no te lo voy a negar, peroahora de solo recordarlo me
provoca náuseas y no sabes cómo me arrepiento en este instante de corresponder a su beso. Quéestúpida fui. -dije esto último
mientras escondia mi cara avergonzada entre mis manos, sin atreverme a mirar a los ojos aAlexander.
En el siguiente segundo, senti unas manos rodeandome a la vez que el aroma de su perfume secolaba por mis fosas nasales.
Tranquila, no eres una estúpida, no es tu culpa, él tenia un solo propósito contigo y no lo consiguió,deberias estar orgullosa de ti
misma por no caer en su trampa, solo fue un beso, nada más. Ya no tocaré ese tema si te incomodahablar de ello, ¿vale? No volveré a
presionarte. –un comprensivo Alexander susurro con voz dulce en mi oido y asenti con mi cabeza,mientras pensaba en el cambio tan
drástico de Alexander y no hablo de su reacción o de la conversación, hablo de él como persona,como pareja.
Los pequeños detalles, me haclan dar cuenta que no estaba cometiendo un error al darle unaoportunidad, se lo estaba ganando a
pulso..
Alexander sacó mis manos que seguían cubriendo mi rostro y giró la silla hasta que quedara al frentede él, quien se inclinó lo suficiente para mirar mis ojos con una mirada tierna.
-Yo… no sé, estaba confundida, crel que… -intentaba buscar las palabras exactas para justificar lo quesenti en ese momento, porque detestaba admitirlo, detestaba recordarlo, me sentia tan ridicula, peroAlexander siseó en mi rostro haciéndome callar. Entonces, cerré mis ojos cuando eliminó el espacioque separaban sus labios de los mios.
Sus labios se movieron con delicadeza sobre los mios, me besaba como si fuera un frágil cristal quepodria quebrarse en cualquier momento y aquella sensación, de nuestros labios casi rozándose, mehizo erizar la piel cuando un hormigueo me recorrió por toda la
espalda, haciéndome olvidar de la vergüenza que sentía por mi misma.
Se separó de mis labios solo un poco para mirarme de nuevo a los ojos, dejándome con ganas deseguir besándole, pero con más
intensidad.
-Te haré olvidar ese desafortunado momento con cada beso que te dé. -susurró sobre mis labios y misojos se fueron automáticamente a sus labios que hoy lucian más apetecibles que cualquier otro dia.
Si él me queria hacer olvidar, estaba haciendo un gran trabajo, por poco me olvido de que noestábamos solos en el despacho de mi padre, de no ser por la voz de Abby que nos interrumpio.
-¿No les da vergüenza comer delante de los pobres?-preguntó mi amiga con tono divertido y me giréinmediatamente con la silla para poder mirarla.
-Ni tan pobre. -respondi señalándole a Vincent con la mirada, quien seguia hablando por teléfono en ellugar que Abby abandonó.
Ja, no me hagas reir, cuando eso pase yo ya tendré cinco hijos, dos nietos y estaré casada porséptima vez, que se tome todo el tiempo que quiera, pero no estaré esperando toda la vida a que sedecida, yo valgo más que la firma de un contrato. Me siento como la pobre Anastasia, de verdad, niGrey se atrevió a tanto. -solté una risa por la loca comparación, aunque no estaba muy lejos de larealidad. -Ya hablé con el abogado, esperemos a Vincent Grey y lo suelto todo.
Mi risa aumentó al igual que la de Alexander que acariciaba mis hombros desde atrás, al darle aquelapellido a mi primo. -Yo iré por tu Grey. -dijo Alexander antes de alejarse de nosotras y llegar hastaVincent e interrumpir su llamada diciéndole quien sabe qué.
No te burles de mis desgracias, tú me ves normal, pero por dentro, tu primo me tiene muydecepcionada. Creo que mejor me voy haciendo la idea de que no es para mi, no creo que llegue eldia que admita que siente algo por mi. -dijo Abby después de sentarse desmotivada y tomé sus manossobre la mesa para que supiera que tenia todo mi apoyo.
-Dale un poco de tiempo, nunca ha tenido una relación que no sea por medio de contratos, se notaque le interesas, todos se dan cuenta menos él. -Abby asintió mirando nuestras manos y se encogióde hombros como si le restara importancia. -¿Y que hay de Bastián?-pregunté en voz baja para que elpar de hombres no me escucharan, aunque en este momento estaban conversando casi en secreto,
después de que Vincent finalizara la llamada. -No me digas que si no es con Vincent es con elhermano, pero de que te quedas en la familia, te quedas.
–
Ay, no, cómo crees. Bastián solo me pidió un favor y Vincent se enfureció. -Abby echó un vistazo haciaatrás y volvió a mirarme antes de acercarse más sobre el escritorio como si me fuera a contar unsecreto. -Bastián me pidió que lo acompañara a la fiesta de compromiso de su exnovia, fingiendo sersu novia. Creo que ese favor también me favorece a mi, digo, está bien sacarle un poco de celos aVincent, aunque él sabe que solo vamos a fingir, la sola idea lo vuelve loco. -Abby me confesó aquelloy soltó una risita en voz baja, burtándose del comportamiento de Vincent desde que Bastián apareció.
No pude evitar reirme del mismo modo con complicidad, sin embargo, me apresuré a hablar al ver queel par de hombres se acercaban a nosotras.
-Solo te diré una cosa, ten cuidado de no confrontar a mis primos, no vaya a ser que de novia dementira pases a ser la novia de verdad y termines en una situación más complicada entre doshermanos. -le adverti en un susurro y ella negó con su cabeza estando segura de si misma.
Eso no va a pasar, confia en mi, sé lo que hago. -fue lo ultimo que alcanzó a decir, antes de queVincent se sentara en la silla que estaba al lado de Abby, logrando que se espantara con su repentinapresencia y posara una mano en su pecho donde deberia ir su corazón. #
Entonces, ¿en qué quedaste con el honorable abogado? -preguntó Vincent a su lado con tono serio.
Alexander volvió a posarse detrás de mi y con sus manos comenzó a masajear mis hombros quehasta ahora me daba cuenta de que estaban totalmente tensos por tantos problemas que teniaencima.
Abby aclaró su garganta cuando estuvo más calmada y por fin habló estando todos presentes.
No fue dificil que el abogado aceptara tomar mi caso, por supuesto que siendo una Dubois y que lademanda sea en contra de una Doinel, él accedería sin rechistar. Por eso, le he citado mañana parallevar a cabo el plan Richman, la reunión será mañana a las nueve de la mañana en el apartamentoque la empresa Doinel le asignó a mi cuñado, el gran Ales. -mis ojos se abrieron de par en par desorpresa por dos razones.
La primera, porque no imaginé que la reunión fuera tan pronto, por un momento pensé que el abogadoiba a consultarlo con la familia Dubois antes de tomar una decisión, pero al parecer, estaba dispuestoa tomar cualquier caso que desprestigiara mi
apellido.
Y la segunda, porque Abby no se tomó la molestia de consultar antes, si podiamos hacer uso delapartamento que Alexander estaba ocupando, aunque él estuviera viviendo en la villa.
-¡¿Qué?! -dijimos los tres al unisono.
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