La Alfa Raven de Esclava a Reina by Luna Nova
Chapter 8

008

Raven

-¡Jefa, venna acolla iläntopptizándorne seriamente.

-Yo no…no lo robe…eso.no estaba cuando yo fui a buscar jabón…- pero mi voz se fue haciendomss ocquena al recordar que había dejado sola la cesta de repo.. cuando me alejé un momento.

Con los ojos abiertos de incredulitiaad nité a las chicas a mi lado, sobre todo a la verdadera ladrona perro saio apartaron sus ojos y se hicieron las desentendidas.

Una vez más habia caido en la transpordiseñada por otros. El chivo expiatorio, sería yo.

Acabas de llegar y ya te atreviste naccressto? Escuché que nuestro Alla te salvó, ¿cómo puedes sertaamaalagradecida?! – me escupio en la cara con furia y sus ops canniannda de color por lo cerca que estaba su loba.

Sena en mi interior grunia intentando defenders speara como siempre, rerala más indefensa de la manada.

Sciencra, yo no lo robé, salí un momento a busconjacoon y

Bregrese eso estaba en mi cesta.

Homielaty y verá que no es mi olor el que está ahi apossadoedia resioionopore mi, la miré de frente y me defendi. Ya bosta de baj alexey vaguantar.

¿Estágisesegura de so? Porque si me estás mintiendo en mmppropia ara, puerimo asegurarte que el castigo io tomare en mi propia anaoo- e acerco y marurund, indicandole a otra que le diera la comissa.

Estoy segura.yomo la robé pero al olerla, tampoco se puddo

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suavizante perfumado, eliminando todo rastro.

Muy inteligente ¡Agárrenla y tráiganla!

-¡No, no, no, yo no hice nada, no fui yo, puede decirle quién fue, sé quién lo hizo! – no dudé ya en delatarla, a la vez que dos lobas me agarraban cada una de un brazo y me arrastraban a la sala de

castigos.

-¿Ah sí?, dime, ¿quién lo hizo?, te daré la oportunidad de confesar- mandó a detenernos de repente y me miró fijamente

– Dime quién fue.

Señaló con la cabeza al grupo de mujeres que seguían formadas y yo tragué un nudo en mi garganta, girando también la cabeza.

Mis ojos se posaron sobre la culpable y a pesar de que no estaba en mi naturaleza delatar, ella no dudó en echarme el agua sucia arriba, para salvarse.

– Fue ella- la señalé generando un murmullo alrededor.

Ella llegó con la prenda y dijo que la había robado, yo soy nueva y ni siquiera sé de quién es esa camisa o quién la lava.

-Me fui un momento a buscar jabón y al regresar, ya estaba de mi cesta…

– ¡Mentira! ¡Ella miente! Sabe muy bien que la camisa es del Alfa todas sabemos aquí quién lava las prendas del líder…

¡Ella la robó y ahora me quiere culpar! – enseguida se defendió muy digna, mirándome con los ojos llenos de rabia contenida.

Por supuesto, no me quedé callada y se hizo una algarabía mientras ambas discutíamos.

-¡Cállense las dos! ¡Maldicion! ¡Díganme ustedes, las demás! ¿Quién

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mada; ju luuuJ TOOIDITUITUI vuaniyo, juotua pvi povuvviU9;

pensse por un segundo que la verdad saldría a la luz, que por fin

apreccona justicia en este mundo podrido.

Una vez.rmss, equivocada.

Eliadod izcb una me señaló

-Fue a nueval Como eres tan descarada de acusar a Mildre?

-¡Tooasseavimos cuando llegaste con algo escondido! ¡Ladrona!

-Chivata meetriosa Malagradecida!

Volvi a sentirme como cuando ia manada me gritaba insultos que no me merecia. essayez todas se pusieron de parte de su compañera,

ecmo deci suuoner.

laqueano

Yo era la nueva, la que enorme llevaba con nadie y, por lo tanto, la

culpable ideal.

-Suéitenme, soy inoccereenno roge nada, suéltenme! – por mucho que roqué, forcejee y supiue, al final fui arrastrada a una vieja casa y arrojada al suelo de rodillas..

n el

-¡Abranie la blusa, yo mismadde dage et castigo! Aprenderás hoy que conmigo no se juega- aquantada suelo, senti cómo rasgaban poria sonido que me hacía estremecer de

Chas! ¡Chas! ¡Chas!

pordos dos brazos, somej sppalda mi blusa y luego e cdo rompió el aire.

Cada latigazo que caía en mi espalda abbrendome la piel, iba dire

pa mi alma.

Soto pensaba, que a penas me habia recuperaddo y sufría una humiliación más, lo débil y patética que sequiasiendo.

Peero esta vez no lloré.

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preté los dientes comoddio y resentimiento y aguanté, a pesar de que entia un dolor para desesgan antar como demente y de ver solo >mbras oscuras frentele minis ojos a punto del desmayo.

o les iba a dar el placer de te verme llorar ni suplicar más.

e destroce los labios mororereinlolos para acallar mis gemidos de jonía y solo miraba al frente a la la nada, a la puerta abierta.

¿Qué está sucediendo aquoque mane voz profunda y dura resonó en

entrada.

do el ambiente se quedó paralizacao quando subí mis ojos npañados, to volví a ver.

se hermoso rostro, frío e indomatis, e, seserenorme y robusto cuerpo in cicatrices visibles en sus brazos y susus ojos azules agudos, que : se separaban de mi cara.

dos en su presencia bajaron la cabeza, apipastatos por el enorme der de este hombre.

ansé antes de desmayarme, este es el maldici Aala que quiero para Ces et hombre que me llevará a la cima de la gloriaria.

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