Ni en la muerte -
Capítulo 28
Capítulo 28 Clotilde
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-Cleo!-Benedicto empezó a enfadarse-. ¿No es Helena tu madre? Tu madre biológica falleció cuando eras muy pequeña, y yo estaba muy ocupado con el trabajo. Si Helena no estuviera en casa para cuidarte, icrees que podrias ir con comodidad al colegio todos los días?
Al ver que Clotilde seguia sonriendo con frialdad en silencio, Benedicto intento persuadirla con suavidad:
-A veces Helena dice cosas horribles, pero es que ella es así. En el fondo te sigue queriendo…
Clotilde al final no pudo soportarlo más. Miró con frialdad a Benedicto y le espetó:
-¡No digas que alguien me quiere! Eso es degradar la palabra -amors.
-IClotilde! -Benedicto estaba furioso, pero su personalidad era demasiado suave, por lo que, aunque estuviera muy enfadado, no se atrevía a decir nada en realidad desagradable. Se limitó a poner una
y a decir con voz apagada-: Helena te ha llamado a un psiquiatra.. Creo que
expresion ΑΝΑ
tiene razón, iserá mejor que veas a uno!
Una luz fria brilló en los ojos de Clotilde.
-¿Un psiquiatra? Qué rápido.
En el camino de vuelta, Clotilde compró un teléfono celular antes de que llegaran a la casa. Camila no estaba y Helena abrió ella misma la puerta. Al ver que Benedicto había vuelto, empezó a alborotarlo como una esposa cariñosa, e ignoró por completo a Clotilde. A Clotilde le pareció bien, de todos modos, no necesitaba esa falsa calidez.
Cuando vio que Clotilde se había dado la vuelta para marcharse, un destello de maldad brillo en los ojos de Helena, pero sonrio con suavidad y se acercó a Clotilde.
ole
-Cleo, no te vayas tan deprisa. Ven aquí y saluda al Doctor Luengas. ¡Es uno de los mejores psiquiatras de este pais!
Clotilde sintió un pequeño escalofrio.
El Doctor Luengas? Jonatán Luengas. Jamás olvidaria a ese canalla. Había aparecido antes de lo que ella esperaba..
Clotilde se acercó al salón y vio a un hombre sonriente, con un rostro lleno de amabilidad y cortesia. Este hombre… ien su vida anterior, estaba encerrada en casa y sumida en una profunda desesperación! Entonces Helena también habia encontrado un psiquiatra para ella, iy era este hombre, Jonatán! Era psiquiatra, pero también un famoso pervertido. Intentó seducirla, pero fracaso. Asi que la drogó para violarla. Si ella no hubiera amenazado con saltar de su habitación, él se habria salido con la suya.
Pero esto no fue el final: él estaba confabulado con Helena mucho antes. Helena habia instalado cámaras ocultas en la habitación de Clotilde, y Jonatan ayudó a difundir las imágenes en Internet al dia siguiente, de modo que todos los principales sitios web tenian videos de ella desnuda. El video se titulaba -Heredera de la compañía XX recién salida de un baño y a Benedicto casi le da un ataque cuando se enteró.
Clotilde tenía una cara bonita y una buena figura, así que, aunque Benedicto intentó retirar los videos, éstos no paraban de circular, Jonatán habia tomado el dinero de Helena y habia huido al extranjero, asi que Helena se limitó a fingir que lloraba y a decir que habia juzgado mal su carácter, pero ide qué servía decir eso?
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Ide
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La reputación de Clotilde ya se había ido al garete después de que supuestamente se hubiera acostado con dos hombres en la fiesta de la Familia Farias, y ahora había alcanzado un nuevo minimo.
Innumerables personas empezaron a difundir rumores sobre cómo Clotilde se acostaba con cualquiera que pareciera decente, convirtiéndola en una humillación para los Santillana, y en una despreciable entre las adineradas hijas de Hebe.
Helena estaba decidida a destruir a Clotilde por completo y convirtió el mundo en un lugar horrible que ella viviera, y luego dejó que Clotilde fuera un escabel para su querida hija.
para
Clotilde se enteró de esto porque escuchó por casualidad una llamada telefónica entre Helena y Jonatán, en la que Helena culpaba a Jonatán de no haber tenido sexo con Clotilde, porque si el video era una cinta sexual, entonces Clotilde nunca sería capaz de volver! Fue entonces cuando Clotilde se dio cuenta de lo malvadas que eran en realidad esta madre y su hija….
Y ahora, esta escoria estaba justo delante de ella.
¿Que debía hacer?s.
Empezó a pensar.
-Hola, me llamo Jonatán, su asesor psiquiátrico. -Jonatán era bastante apuesto, rondaba la treintena y tenia una sonrisa agradable, hacia que la gente se sintiera a gusto con él rápido.
Clotilde ignoró la mano que le ofrecía y, en su lugar, resopló con una ceja levantada:
-¿Y quien ha dicho que seas mi psiquiatra?
Helena se acercó rápido a Benedicto y le dijo con cara de preocupación:
-Cleo, no te asustes, el Doctor Luengas es muy bueno. Tu estado actual es muy peligroso, por eso ha venido hasta aqui para ayudarte.
-Más bien mi estado actual la pone a usted en peligro ino? ¿Señora Santillana?
A Benedicto le disgustó escuchar que Clotilde se dirigía a Helena como Señora Santillana, pero Helena lo contuvo y siguió sonriendo con simpatía.
-¡No te preocupes, Cleo puede llamarme como quiera! Cleo, illeva al Doctor Luengas a tu habitación y ten una buena charla con él!
Clotilde sabía que, sin duda, había cámaras en su habitación. ¡Esta madrastra estaba tan preocupada que no podía esperar a que Clotilde se quedara sola en la habitación con un hombre extraño! Clotilde se rio y dijo:
una
-¿Quieres ser mi médico? ¡Claro, ráeme una taza de té!
Benedicto se disgustó al escuchar esto.
-ICleo, eso es muy grosero por tu parte! ¡El Doctor Luengas es un invitado!
Jonatán hizo un gesto con las manos para indicar que no pasaba nada y, tras un discreto intercambio de miradas con Helena, siguió sonriendo y dijo:
-No se preocupe, todas las chicas de esta edad son un poco rebeldes, llo entiendo! -Rápido le sirvió una
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Capitulo 28 Clotilde
taza de té a Clotilde.
Clotilde le tomó la taza y esbozó una pequeña sonrisa:
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Tienes toda la razón. Las chicas de mi edad no sólo son rebeldes, sino también… Imuy temperamentales! -ILe tiró el agua de la taza a Jonatán!
Helena jadeo y Benedicto empezó a gritarle, pero de alguna manera Jonatán no perdió los estribos. Había un destello de ira en sus ojos, pero se las arregló para seguir sonriendo,
-¿Así que ahora puedo ser el psiquiatra de la Señorita Santillana? -Puso cara de cuidado y dijo con seriedad-: En realidad quiero ayudarla.
La mayoría de la gente se habria ablandado al ver que Jonatán tenia una cara tan sincera, pero para Clotilde, ino era más que un ridiculo!.
-Sólo un poco más. -Clotilde curvó los labios en una sonrisa y luego se agachó para recoger la tetera y le salpicó la cara con su contenido. Se sintió mucho mejor cuando vio las hojas de té pegadas a su cara.
Esta vez Jonatán se enfadó de verdad: inunca se había sentido insultado así! Helena se apresuró a ayudar a Jonatán a limpiar, y también le dijo con la boca -Añado dinero. Jonatán se aguantó por esta tarifa. adicional, pero Benedicto no pudo aguantarse.
-iClotilde! Te has vuelto loca?!
Benedicto estaba tan enfadado que el dedo con el que señalaba a Clotilde temblaba. Nunca se habia enfadado tanto.
-Clotilde es demasiado grosera. ¿Quién se atrevería ya a ser huésped en su casa?».
Clotilde permaneció extrañamente tranquila, sonriendo mientras miraba a Jonatán, y luego dijo en voz baja:
-Papa, no lo entiendes, ¿verdad? Pensaba que los consultores psiquiátricos eran capaces de sentir el dolor de sus pacientes. Le eché té en la cara, pero siento un profundo miedo y ansiedad en mi interior y en realidad necesito ayuda. Creo que el Doctor Luengas también puede sentir mi dolor, y por eso no se enfadará, ¿verdad?
-INo estás siendo razonable! -Benedicto estaba rojo de ira.
Con los dientes apretados, Jonatán se las arregló para decir:
-La Señora Santillana tiene razón! Muchos pacientes con problemas emocionales hacen lo contrario de
que en realidad sienten. Puedo entenderlo, ¡y sin duda le ayudaré a recuperarse!
lo
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