Ella todavía tenía en sus manos el aroma fresco del detergente, era una fragancia sutil a durazno que era muy agradable al olfato.

Farel extendió su brazo, atrapándola en un abrazo para que Evrie se sentara en sus piernas mientras su barbilla reposaba en la cavidad de su hombro, y sus manos largas y definidas empezaron a moverse con descaro.

Evrie le echó un vistazo y vio que sobre la mesa había un grueso libro de medicina.

La tapa era de cuero, las páginas eran amarillentas, dándole un aire de antigüedad.

Junto a su colorido cuaderno de notas con dibujos animados de construcciones, parecía un objeto de otra época.

Evrie lo hojeó y vio que la letra era cursiva, las frases demasiado rebuscadas para entenderlas.

—Dr. Farel, ¿esto es un libro de chamanes? —le preguntó.

—Mmm. —

—¿Y aún estudias sobre chamanes antiguos? —

—Sé algo sobre ese tema. —

Los ojos de Evrie brillaron con curiosidad—Dicen que eso es todo un misterio, que incluso pueden predecir el futuro de los pacientes, ¿es cierto? —

Farel la miró con una sonrisa ambigua, deslizando los dedos bajo el dobladillo de su ropa, pellizcando su piel suave y sedosa.

—¿Ah, sí? ¿Y qué te gustaría predecir? —

Evrie extendió su muñeca hacia él.

—Entonces mírame, ¿qué puedes ver sobre mi futuro leyendo mi pulso? —

Farel, con una mano acariciaba su cuerpo y con la otra tomó su pulso, fingiendo una reflexión profunda, y luego le dijo muy seriamente:

—Desequilibrio endocrino, falta de hombre. —

Evrie se quedó en silencio.

—Pero no te preocupes, tienes frente a ti un remedio muy eficaz, yo me encargaré de equilibrar ese desbalance de yin y yang. —

Al terminar de hablar, Farel la llevó a la cama.

La luz tenue de la lámpara de noche iluminaba el libro de medicina, mientras la cortina se movía suavemente, ocultando esa escena de pasión.

El tiempo pasó rápido.

Una semana más tarde, Olivia Da Silva recibió un paquete del interior del país.

El collar brillaba dentro de su elegante caja, intacto, con el recibo y el certificado incluidos.

Olivia levantó el collar con una mano, mirándolo sin mostrar ninguna emoción.copy right hot novel pub

Tenía muchas joyas, y un collar de moda como este ni siquiera merecía estar en su joyero.

Olivia acomodó el collar en la caja, tomó algunas fotos con su cámara, asegurándose de incluir el recibo y el certificado, y luego publicó las imágenes en sus redes sociales con una nota sentimental.

Farel acababa de terminar una cirugía y, mientras se relajaba mirando su teléfono fuera del quirófano, vio la publicación de Olivia.

Le echó un vistazo rápido y siguió desplazándose, pero algo sobre ese collar le resultó familiar. Volvió a ver la imagen para asegurarse.

Olivia había capturado cada detalle, incluso el código grabado en el cierre del collar era claramente visible.

Farel se quedó mirando ese código, y sus ojos se oscurecieron un poco.

0099.

Era un número fácil de recordar.

Incluso si tuviera mala memoria, no podía olvidar ese detalle.

Era el collar que había puesto alrededor del cuello de Evrie hace una semana.

Farel cerró el teléfono con una expresión indiferente, pero en el fondo de sus ojos había un frío creciente.

Esa noche, después del trabajo, Evrie salió de la empresa con una sonrisa, y de inmediato vio a un conocido Range Rover negro estacionado no muy lejos de donde estaba.

La ventana estaba bajada a la mitad, mostrando a medias el rostro de perfil distinguido de Farel.

No esperaba que él fuera a recogerla.

El corazón de Evrie latió más rápido, estaba nerviosa y con un pequeño regocijo escondido en su interior.

Miró a su alrededor para asegurarse de que nadie la viera y corrió hacia el coche, abriendo la puerta del copiloto para entrar.

—Dr. Farel, ¿qué haces aquí? —La sorpresa en su voz era evidente.

Farel no le respondió. En lugar de eso, pisó el acelerador y condujo hacia un área verde poco transitada.

Evrie estaba confundida, pero no le dijo nada. Simplemente se abrochó el cinturón de seguridad y se mantuvo en silencio.

Era mejor no perturbarlo cuando parecía estar de mal humor.

—Dr. Farel, ¿no vamos a regresar? —

Farel le echó una mirada de reojo a Evrie, fijándose en su cuello desnudo y con un tono de voz frío, soltó la pregunta.

—¿Dónde está tu collar? —

El corazón de Evrie dio un vuelco y sintió cómo el sudor brotaba en sus manos.

¿Habrá notado algo?

Con un nudo en la garganta, Evrie intentó sonar calmada y le dijo: —Lo dejé en la oficina. —

Farel la observó con indiferencia. —¿Ah sí? Voy contigo a buscarlo. —

—Sí, es urgente. —

Farel la miraba fijamente, una sonrisa fría se dibujaba en sus labios. —¿Lo vas a buscar tú o prefieres que vaya yo personalmente a tu oficina? —

Evrie no esperaba que él insistiera tanto, sin darle oportunidad alguna de esquivar el asunto.

Bajo la intensa mirada de Farel, no le quedó más remedio que admitir con los labios apretados:

—El collar no está en la oficina, se… perdió. —

—¿Se perdió?—

Tip: You can use left, right keyboard keys to browse between chapters.Tap the middle of the screen to reveal Reading Options.

If you replace any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.

Report