Después de colgar el teléfono.

Leandro meditaba en su interior.

Había pensado que no volvería a su país en los próximos años.

No importaba lo que ocurriera, él no cruzaría la frontera.

La única razón que lo haría regresar sería Tomeo Rivera.

Leandro reflexionó un momento y le ordenó a un subordinado—Haz los arreglos que hagan falta, necesito volver. —

Su subordinado parecía preocupado—Señor Reyes, pero…—

—No hay peros, se busca fortuna en el peligro, y este viaje es imprescindible para mí. —

Leandro, inexpresivo, añadió—Pero hay que andarse con ojo con la Familia Da Silva, tienen dobles intenciones, y también con Farel, él probablemente quiera verme muerto ahora mismo. —

El subordinado asintió—Entiendo. —

—Solo que, esta vez la mercancía se ha mojado un poco más de lo normal, me temo que puede ser una trampa. —

Leandro sonrió levemente—He sobrevivido a tiros y balas tantas veces, no necesariamente esta vez se volteará el barco. Tomeo está a punto de morir, por eso debo recuperar personalmente lo que me debe. —

—Bien, tendremos todo listo para cooperar con el Señor Reyes en el país. —El subordinado hizo una reverencia respetuosa.

Leandro asintió y ordenó con voz serena—Prepara unas flores, voy a ir a la iglesia a rezarle a Dios. —

—Como diga. —

Evrie regresó a su apartamento.

Ya casi era de noche.

Quedaban dos días para empezar a trabajar, y Valerio le había dicho que descansara esos dos días. El séptimo día debería presentarse sin falta.

Él seguía yendo al hospital para cuidar a su madre.copy right hot novel pub

Según él, su madre mostraba nuevas reacciones cada día y despertaría en cualquier momento.

Esperaba ansiosamente cada día.

Mientras ingresaba la contraseña del apartamento.

La puerta del ascensor se abrió y se oyeron pasos acercarse lentamente.

Evrie, por instinto, giró la cabeza y vio a Farel vestido de negro, caminando tranquilo hacia ella.

Sus rasgos eran excepcionales, con un cuerpo esbelto y estilizado, una camisa blanca, una chaqueta negra y manos bien definidas que transmitían cierta sensación de abstinencia.

Evrie apartó la mirada y abrió la puerta.

Justo cuando intentaba entrar, la voz fresca y tranquila de Farel se escuchó desde atrás.

—¿Tan distante te has vuelto? ¿Ahora ni siquiera me saludas al verme? —

Evrie se detuvo y se giró, diciéndole con cortesía—Señor Haro, buenas noches. —

Su borrachera se le había pasado, su mente ya estaba clara.

Pasó de nuevo de llamarlo ‘Dr. Farel’ a llamarlo ‘Señor Haro’.

Farel sonrió levemente—¿Estás enojada, estás evitándome a propósito? —

Evrie frunció los labios—Supongo que sí. —

—Dime por qué.

Una y otra vez lo llamaba Señor Haro.

Qué distante sonaba.

Farel levantó la vista y la miró con un dejo de diversión—¿Estás celosa? —

—Aceptar la realidad. —Farel repitió en voz baja, mirándola—¿Recuerdas lo que me prometiste una vez? —

—¿Qué? —

—Un año, espérame un año, en ese tiempo no te enamores de nadie y no me dejes. —

Evrie se quedó paralizada, mirándolo de frente.

—¿Y si te casas, también debo esperar por ti? —

—¿Resignarte a qué? —

—A no casarme nunca. —

La cabeza de Evrie zumbó.

Todo sonaba ensordecedor.

¿Qué había dicho él?

¿Era el significado que ella entendía literalmente?

Farel se giró y con una mano ingresó la contraseña de la puerta de su apartamento. La última frase antes de entrar fue para ella.

—Pronto, llegaremos a la conclusión. —

Tip: You can use left, right keyboard keys to browse between chapters.Tap the middle of the screen to reveal Reading Options.

If you replace any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.

Report