Capítulo 375

Evrie estaba confundida: -¿Qué asunto serio?–

-Algo que puede atarte a mi para toda la vida.-

-¿?–

Veinte minutos después, Evrie se encontraba en una joyería, contemplando una deslumbrante variedad de anillos.

Recién comenzaba a darse cuenta.

¿Se refería a un anillo de compromiso?

-Señor, señora, estos modelos son exclusivos de nuestra tienda, únicos en su clase, y los diamantes son de alta calidad. Por favor, échenles un vistazo.-

La vendedora, hábil en su oficio, captó de inmediato la distinción en Farel y les mostraba solo los productos más caros. Con solo un vistazo, Evrie pudo ver los precios en el mostrador.

Esa cantidad era más de lo que podría pagar incluso con todos sus ahorros.

Era realmente exorbitante.

-Elige el que te guste y no te preocupes por el precio. Solo te casas una vez y yo puedo pagar lo que desees.-

La voz de Farel llegó a sus oídos, impregnada de la arrogancia de los ricos.

Parecía captar cada una de sus dudas con precisión.

Evrie movió su mirada a otro mostrador y se fijó en un par de anillos de compromiso de plata sencillas.

Señaló hacia los anillos y dijo: -¿Qué tal estas?

Como arquitecta, trabajando a menudo en obras, no podía ser demasiado ostentosa.

Además, Evrie era pragmática y no tenía mucho interés en los diamantes.

Un precio tan alto podría ser mejor invertido en algo más tangible, como una casa.

-Entonces compraremos dos pares, uno para el uso diario y otro para ocasiones especiales.-

Farel, con un gesto generoso, no dudó en su decisión.

Evrie intentó detenerlo: -Sr. Haro, no es necesario…-

-Es necesario. -Farel tomó su mano,-Dicen que los anillos de diamantes son el mejor amigo de una mujer. Puedes no quererlo, pero no puedes carecer de ello. Si no, en las reuniones sociales dirán que soy un tacaño.-

Evrie se quedó atónita.

-¿Tenía que integrarme a tu círculo social, no? Bueno, la primera regla es gastar dinero sin mirar.-

El mundo de los ricos era realmente emocionante.

Y de alguna manera, tenía sentido.

A menudo, cuanto más ocioso es un grupo, más importancia le dan a las apariencias.

Evrie, con un nudo en la garganta, señaló un par de anillos de diamantes al azar.

-Entonces, que sean esas joyas. Algún día pueden aumentar su valor.-

Farel sacó una tarjeta y con eficiencia dijo: -Por favor, envuelva ambos pares de anillos.-

-Claro, en un momento.-

EX

La vendedora tomó las medidas de sus dedos anulares y rápidamente empaquetó los anillos.

Al salir de la joyería, al lado había una tienda de vestidos de novia.

Farel la llevó directamente hacia dentro.

-Ya que tenemos los anillos, también deberíamos conseguir el vestido de novia.-

Evrie apenas podía creer en su eficiencia.

No solo trabajaba rápido, sino que también preparaba todo para la boda con la misma eficacia,

La vendedora del vestido de novia también se acercó a mostrarle diferentes estilos, buscando la opinión de Farel.

-Señor, por favor, eche un vistazo…-

Farel se sentó en la zona de espera, sonriendo cortésmente: -Ese tipo de decisión no me corresponde, déjala elegir.-

-Después de todo, ella es la novia.-

La vendedora se derritió ante sus palabras.

Miró a Evrie con admiración: -Señorita, qué envidia tener un prometido tan maravilloso. Su futuro esposo es el hombre más caballeroso que he conocido. Les deseo una eterna felicidad.-

Evrie sonrió discretamente.

-Gracias.-

Miró detenidamente la fila de vestidos de novia y señaló uno.

-Entonces, que sea ese.-

Era un vestido de corte imperio, blanco puro.

Ni muy caro, ni muy barato.

Justo lo necesario.

En el fondo, aún conservaba el deseo de ahorrar.

Era una noción básica que le había inculcado su familia.

Farel no dijo nada, se dejaba guiar por ella.

-Perfecto, tomaremos el que has elegido.-

Tomaron sus medidas, pagaron el depósito, y ahora solo quedaba esperar a que estuviera listo el vestido.

El cielo empezaba a oscurecer.

De camino a casa, Evrie miraba la caja con los anillos de plata, sencillas, limpias, bonitas.

Realmente le encantaban.

-Gracias, la cita de hoy estuvo bien, me divertí mucho.-

Farel, con una mano en el volante, giró levemente la cabeza mientras aparcaba el carro.

-Oh, ¿quieres agradecerme? Sería mejór algo más práctico.-

-¿Como qué?

-Por ejemplo… cambiar de lugar esta noche, aprender algunas posturas, ¿y cooperar un poco conmigo?

Capítulo 376

Capítulo 376

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