Ella no tenía idea de que Farel tenía una falla cerebral.
Se apresuró a explicar—Es para seguir estudiando, aprender, la empresa siempre tiene plazas para estudiar en el extranjero, y no soy la única que va, una compañera de la universidad también va. —
Farel entrecerró los ojos, mirándola con desagrado.
— ¿Sabes para qué es ir al extranjero? ¿Entiendes lo que significa estar en tierra desconocida, ir a ciegas a estudiar?—
Evrie pensó que sus preguntas eran un poco absurdas.
¿Qué se hace en el extranjero? Obviamente, seguir trabajando con la empresa.
—La empresa se encargará de todo. —Ella explicó.
—No te permito ir. —Farel no le dio la oportunidad de intentarlo.
Evrie se quedó atónita por un segundo, encontrando a este hombre cada vez más increíble y demasiado autoritario.
Ella guardó sus libros, se volteó para mirarlo—Aunque te haya seguido, aunque entre nosotros haya alguna relación de negocio, no tienes derecho a impedir mi libertad, ¿cierto?—
— ¿Libertad? Qué bien suena. —Farel se rio fríamente—Tú sabes que me has seguido, que compré tu libertad, ahora soy tu patrocinador, ¿alguna vez has visto a una mascota desobedecer a su dueño?—
Evrie sintió que era el colmo.
— ¡No soy tu mascota!—
—Ah, ¿entonces qué eres, un juguete, una amante?—Farel tiró de su labio con frialdad— ¿Acaso importa cómo se llamen esas cosas?—
—…—
Evrie tomó una profunda respiración, sin ganas de discutir.
—No tengo muchas oportunidades. —Ella intentó mantener la calma—Ahora mismo soy solo una practicante, y si quiero acelerar el aprendizaje, tengo que aprovechar la oportunidad en el extranjero, practicar y estudiar, de lo contrario, no ganaré quinientos mil ni aunque trabaje tres años más. —
Farel sonrió sarcásticamente, sus ojos se estrecharon y sus músculos de la mandíbula se tensaron.
—Así que ese es tu verdadero objetivo, ¿quieres ganar suficiente dinero para pagarme?—
— ¿Qué más va a ser?—
Evrie lo miró fijamente—No quiero vivir en deuda, ¿crees que quiero ser para siempre tu mascota, tu juguete, tu amante?—
— ¿Qué hay de malo en eso? ¿Te he tratado mal?—La voz de Farel se volvió más fría.
Evrie mordió su labio, devolviéndole la mirada con firmeza.
—Si en el futuro tienes una hija, ¿realmente esperarías que ella, debido a la pobreza y la desesperación, se convierta en el juguete de un hombre por quinientos mil, sin permitirle la más mínima oportunidad de mejorar, condenada a pudrirse en el fango sin ver la luz del día?—
Farel mantuvo los labios apretados, sin hablar.
Pero se podía ver cómo la vena en su mano que sostenía el volante se destacaba, claramente sofocando alguna emoción.
—Evrie, te has vuelto muy hábil con las palabras. —
Pasó un buen rato antes de que él lograra decir esas palabras entre dientes.
—Solo estoy exponiendo los hechos. —Evrie se volvió para mirar el cinturón de vegetación que pasaba por la ventana, su voz se calmó mucho.copy right hot novel pub
—Dr. Farel, sé que hasta que no pague tu dinero, te pertenezco, pero en cuanto a mi carrera y mi trabajo, te ruego que me des algunas oportunidades. —
—De lo contrario, el resultado de quedarme a tu lado no será diferente a salir de nuevo a vender óvulos. —
—La primera vez me salvaste para disuadirme de vender óvulos, ¿no?—
El rostro de Farel se tensó, ya no se podía adivinar ninguna emoción.
—Bien, muy bien, ahora no solo sabes jugar sucio, también sabes cómo chantajear moralmente. Evrie, con el tiempo, cuando triunfes, sin duda me harás morder el polvo. —
Evrie podía escuchar el tono burlón en sus palabras.
Pero ella no podía preocuparse por eso ahora, no era una persona que se dejara llevar por la corriente, estaba destinada a avanzar a toda velocidad.
Más rápido, y luego aún más rápido.
El auto se detuvo en el garaje del Barrio El Magnético, Evrie agarró la mano de Farel.
Farel se giró irritado, solo para quedarse congelado en su lugar.
La mujer tenía los ojos rojos, brillando con lágrimas, sus ojos húmedos parpadeaban con luz, mirándolo con una súplica, esa mirada era frágil e indefensa.
Se veía extremadamente lastimosa.
Era como si las patitas de un gatito rasguñaran su corazón, cuanto más rascaba, más suave se volvía, haciéndole imposible resistirse.
La nuez de la garganta de Farel se movió, y su mirada se oscureció profundamente.
Esta mujer, mostrando su naturaleza astuta de gatita salvaje una vez más.
¡Y él justo caía en esas tretas!
Farel se volteó, la presionó contra el asiento del copiloto, sus ojos ardían intensamente.
—Compláceme. —
— ¿A… aquí?
—Sí, justo aquí.
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