Rechazada
Capítulo 317

Rechazada, pero atrapada por el Rey Alfa

Capítulo 317

Punto de vista de Catherine

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Me desperté temprano por la mañana. Abrí los ojos y vi que Hedwig ya no estaba cerca. ¿Cuándo se despertó?

Entré al baño para lavarme, me cambié de ropa y bajé las escaleras. Escuché las risas de mis hijos provenientes del césped.

Fruncí el ceño y salí. Blake, que se había convertido en un lobo negro, corría detrás de Noah y Hedwig en el césped.

Noah y Hedwig ya habían visto a mi lobo antes, así que no tenían miedo del lobo de Blake, que era mucho más fuerte que el mío.

Noah y Blake estaban persiguiendo un balón de fútbol, y Hedwig corría alrededor de ellos, riendo felizmente.

Suspiré mientras me apoyaba en el marco de la puerta. De alguna manera, estaba fascinada.

Todo en lo que me fijaba eran las sonrisas felices de Noah y Hedwig, y ignoraba por completo al chico alto junto a ellos.

Dowen había ordenado a los sirvientes que prepararan un desayuno suntuoso. Cuando me vio parada en la puerta, dijo con una sonrisa: -Catherine, Su Majestad puede jugar con el príncipe y la princesa durante mucho tiempo. Si tienes hambre, siéntete libre de desayunar.

Sabía que Dowen era una persona amable y educada.

Respondí cortésmente: -Gracias. No tengo hambre todavía. Quiero esperar a los niños.

Dowen miró hacia la distancia y suspiró: -He trabajado para Su Majestad durante más de diez años, pero nunca lo he visto sonreír tan brillantemente. Los niños son el mejor regalo que la Diosa de la Luna le ha dado. Estoy agradecido por tus esfuerzos, Sra. Wyatt.

Me reí. -Dowen, me estás halagando. Vivo aquí solo porque él es el padre biológico de los niños.

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-Lo sé. No es fácil hacer que el Rey Blake se lleve bien con los niños. Si necesitas ayuda, avísame.

Me sorprendí y sonreí. -Gracias, Dowen.

Los niños estaban sudando después de correr. En ese momento, Noah estaba persiguiendo el balón de fútbol, y el lobo de Blake lo seguía lentamente. De repente, Blake se lanzó al suelo y se abalanzó sobre Noah.

Noah se dio cuenta rápidamente de que Blake estaba detrás de él, y rodó para esquivarlo. Sin embargo, el cuerpo alto de Blake seguía por encima de la cabeza de Noah.

Blake bajó la cabeza y usó la punta de su hocico para frotarse contra Noah. Noah soltó una risa encantadora, y Hedwig corrió a abrazar la cabeza de Blake. Sin embargo, el lobo era tan alto que Hedwig solo podía agarrar el pelaje de su cuello.

Noah estaba sudando por todas partes. En ese momento, su cabello corto y ordenado estaba cubierto de sudor. No se veía tan precoz y no era tan animado como debería ser.

Me acerqué y miré enojada a Blake.

-¿Cómo puedes actuar así? ¿No sabes que Noah y Hedwig podrían lastimarse?

Ayudé a Noah a levantarse del suelo y le di palmaditas para quitarle la suciedad de la espalda.

-No te pongas tan nerviosa. Sé lo que estoy haciendo-. Blake sacudió su pelaje y resopló.

-¡No puedes hacer eso! Si no hubieras prestado atención antes, los habrías pisado-. Pensé que nunca había pensado en lo terribles que podrían ser las consecuencias.

-Son los hijos del Rey Lycan y no son tan frágiles como crees. Yo fui entrenado cuando era joven. Recibirán un estricto entrenamiento de combate en el futuro. Deja de hacer tanto alboroto-. Blake parecía no querer discutir conmigo.

-Mamá, papá solo estaba jugando con nosotros. No tienes que preocuparte-. Noah y Hedwig se dieron cuenta de que estaba nerviosa y vinieron a consolarme.

No discutí con Blake. Abracé a Noah y Hedwig para consolarlos, y mi estado de ánimo nervioso se calmó gradualmente.

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El lobo de Blake corrió de regreso a la villa y volvió a su forma humana, luego se cambió de ropa y salió.

Solo entonces me di cuenta de que Blake todavía era muy joven. Aunque tenía una identidad poderosa, no era tan viejo. Después de verlo jugar con los niños, encontré en él un temperamento masculino de un chico grande.

-¡Ven aquí y límpiate el sudor antes de desayunar!– Le pedí a Dowen que preparara una toalla antes de acercarme.

Las caras de los niños estaban rojas y calientes, pero mostraban la vitalidad de los niños.

Limpié suavemente el sudor de Hedwig y luego me volví hacia Noah. En ese momento, Hedwig de repente dijo: -Mamá, aún no has limpiado el sudor de papá. ¡Papá está empapado!

Cuando Blake escuchó las palabras de Hedwig, sus ojos sombríos se iluminaron.

Sin embargo, él no fue tratado como mis hijos. Le lancé una toalla.

Dije sin emoción: -¡Hazlo tú mismo!

Asustó a mis hijos. ¡No lo serviré!

Caminé hacia el comedor con un niño a cada lado, y detrás de mí, Blake se limpiaba el sudor de la frente.

-Su Majestad, después del desayuno, podemos ir a la escuela. Hemos informado al director de la escuela de hombres lobo. Ellos te visitarán a las nueve en punto-. Dowen se acercó a Blake y le informó sobre el horario.

-De acuerdo-. Blake respondió despreocupadamente, luego se acercó a la mesa y se sentó. Me dijo: -He encontrado una escuela para Noah y Hedwig. Vamos a echar un vistazo después del desayuno.

Me sorprendí. No esperaba que consiguiera una escuela de hombres lobo para los niños tan rápido.

-¿Por qué no vas allí con los niños? Mi presencia no importará-, dije pensativamente.

Blake frynció el ceño. -¿Por qué? ¿No quieres ver en qué ambiente estarán los

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niños en el futuro?

-¿Puede algo dado por ti ser malo?– Ridiculicé.

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Blake se volvió orgulloso. -Les daré todas las mejores cosas, pero no olvides que tú eres su madre, así que debes preocuparte por las cosas relacionadas con ellos.

Exhalé. De hecho, alrededor de las seis en punto, me desperté y no pude volver a dormir. Estaba pensando seriamente en algunas cosas.

Desde que Blake había mencionado este tema, tenía la intención de expresar mis opiniones.

-Blake, tengo algunas reglas. Si estás de acuerdo, podemos vivir juntos en paz-, lo miré con calma.

-¿Algunas? ¿Por qué crees que voy a estar de acuerdo?– Blake tomó elegantemente un sorbo de café.

A un lado de Blake, Noah tosió suavemente. La mano de Blake que sostenía la taza tembló ante este sonido, y el café casi se derramó.

-Bueno, adelante. Me gustaría escuchar cuáles son-. Blake cambió su actitud.

Pensé que Noah se había atragantado con la comida, así que extendí la mano para darle palmaditas en la espalda y dije con preocupación: -Tranquilo. No te atragantes con la comida.

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