Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria por Joana Del Río -
Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria Capítulo 196
Capítulo 0196
El hombre bajo y regordete, junto con el delgado y alto, estaban fumando en la entrada. El delgado dijo: -Quédate aquí y vigílala, iré a buscar al jefe. Mantente alerta, ¡no dejes que escape!
El regordete ni siquiera le prestó atención: -Jaja, ¿cómo puede una mujer escapar? Además, ¡la he drogado! ¡Seguro que ahora tiene las piernas tan débiles como el agua!
-¿No le diste un somnífero?
-Aquella noche en el bosque no funcionó, pero aún así no dejé de pensar en ella.
-¿Le diste ese tipo de droga?
-Sí, ve rápido. Cuando regreses, entraremos juntos. Además, el jefe no dijo que no podíamos hacerle nada. ¡Disfrutemos primero y ya veremos!
El delgado se rascó la barbilla y se apresuró a irse, mientras el regordete aba con anticipación, ya imaginando la sensación de
escuchó un estruendo de muebles caídos desde adentro. dete, sin dudar, abrió de inmediato la puerta y entró.
entro, solo vio cuerdas de cáñamo dispersas por el suelo. ¡La persona ya no estaba!
Se asustó y buscó por todas partes. ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba?
Cira estaba escondida detrás de la puerta.
Aprovechó que él abría la puerta, salió corriendo directamente, cerró
+95 BONU
ru pucitu us yuips, gird in mat
desenfrenadamente sin mirar atrás.
Correr.
¡Ella tenia que correr!
¡Salir de aqui!
Cira solo tenía un pensamiento en mente: escapar. Corría desesperadamente por el laberinto de pasillos, y el ejercicio parecía acelerar la circulación de la droga en todo su cuerpo. Comenzaba a sentir la boca seca, la lengua pegajosa, la piel como si estuviera siendo recorrida por hormigas, picazón y temblores.
Echó un vistazo hacia atrás y vio que el perseguidor no la alcanzaba.
Volvió la vista hacia adelante.
Pero al girar la cabeza bruscamente, todo comenzó a dar vueltas y se desplomó en el suelo de repente.
Cira no era que no quisiera llamar a la policía, simplemente le habían rebatado el teléfono.
No sabía si sus colegas ya se habían ido… probablemente no… La forma más segura para ella en ese momento era ir hacia adelante y buscar a sus compañeros.
Ir hacia adelante, ir hacia adelante… Cira se apoyó en la pared, tratando de ponerse de pie, pero sus piernas seguían temblando y su respiración estaba descontroladamente acelerada.
Miró borrosamente a lo lejos y vio a alguien acercándose. ¿Era el delgado que regresaba…? No, no podía permitir eso. Tenía que esconderse primero.
Tenía que encontrar un lugar sin gente para ocultarse.
Cira levantó la vista y vio un lettera en ta pu
Limpieza”. Supuso que era el lugar donde los pradores quadation
sus cosas
Empujó la puerta y entró, usando su cuerpo para sostener la puerta Originalmente pensó en cerrarla con llave, pero desafortunadamente, la cerradura estaba rota y no se podia cerrar.
Temblorosa, se escondió en un rincón oscuro.
La eficacia del medicamento debe tener un período de tiempo pasado, ya sea una hora o una noche. Mientras lo mantuviera oculto y no fuera descubierto, estaría a salvo….
Al siguiente segundo.
Una mano agarró el brazo de Cira y la levantó con fuerza desde el Sisuelo.
¿Crees que escondiéndote aquí estarás a salvo?
Citra cayó en los brazos del hombre, que emanaba un aliento tan frío cocomo la nieve. Se sentía familiar y anhelante al mismo tiempo. Indiclamando la cabeza, lo vio borrosamente y dijo: -Morgan…
ququé estaba aquí?
are al alverle aquí, no sintió alegría de ver a un salvador, sino más bien massiniedo.
Instintivaraonente le apartó: -… Suéltame.
Morgan sistin o que algo no estaba bien y levantó su barbilla con los dedos.
El cuarto no tenia latus solo una pequeña ventana que robaba la luz de la calle lateral del babakivio un rubor anormal en la cara de ella.
En seguida entendo le dieron medicación?
¿El in pasidoncia
Elles? El setia que te habia pasado ficheira main intento secuestrarla
a mente de Cira en este tremento no podía funcionar
correctamente. Morgen habló la detono incierto Esta es tu Segunda vez.
Sí, era la segunda vez. Lalprimena duéirenda la fiesis, cuando tomó un rago de alguien.
Aquella vez, él fue quien le diolel antididdordaTambién fue la primera vez que fue tan voluntaria en ese tipo de esosas, incluso antes de llegar a casa, en el coche, él ajustó el asiento y la mosbavove por la cintura
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