Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria por Joana Del Río -
Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria Capítulo 242
Capítulo 0242
No pasó mucho tiempo antes de que Cira dijera: -Bien.
Morgan la miró fijamente.
Las comisuras de los labios de Cira se movieron ligeramente, su v al hablar sonaba un poco ronca: -¿Señor Vega, necesitas actuar ta sorprendido? ¿Todo esto no estaba dentro de las expectativas de usted?
Morgan simplemente resopló de manera indiferente: -Estaba dentro de mis expectativas.
Cira exhaló, luego le preguntó: -¿Cuándo puede venir tu médico? Mi madre solo puede aguantar tres días como máximo.
-Lo que te he prometido, lo cumpliré -Morgan apoyó su frente con la mano y le preguntó casualmente: ¿Puede tu madre someterse á otra cirugía hoy?
-¿Qué quieres decir?
-Si puede soportarlo, la cirugía podría realizarse hoy.
Cira se quedó perpleja, sintiendo que algo no estaba bien: -¿No dijiste que el equipo médico venía de Estados Unidos?
Morgan pensó que ella se veía incómoda bajo la lluvia, se movió hacia la puerta del coche, agarró su muñeca y la subió al coche directamente.
-Ya sabes que todo esto estaba dentro de mis expectativas. ¿Es extraño que los haya traído antes? El equipo médico y las máquinas llegaron a Sherón hace tres días. Si tu madre puede soportarlo, la cirugía puede hacerse en cualquier momento.
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Dentro del coche, con la calefacción encendida y cambios de temperatura, Cira no pudo evitar temblar: -… No sé si podrá someterse a la cirugía. Tendré que preguntarle al médico de mi
madre.
Morgan miró hacia afuera y le dijo a Helena: -Ve a arreglarlo.
Helena entendió y cerró la puerta del coche por ellos.
Cira se giró para bajar del coche, pero Morgan le agarró la mano.
Él dijo: -Ve a la zona residencial Costa Bella.
El conductor asintió y puso en marcha el vehículo.
Antes, solo la llevaba a la zona residencial Costa Bella cuando quería
hacer el sexo.
Cira lo miró y le dijo con contención: -Incluso si prometo regresar, ¿ realmente estás tan ansioso por hacer eso? Mi madre todavía está en la UCI, ¿no puedes mostrar un poco de humanidad?
Morgan se quedó un momento y luego sonrió: -¿Quién está constantemente pensando en eso, yo o tú misma?
Cira frustrada le dijo: -¡No me difames!
Morgan respondió indiferente: -Solo te estoy llevando de vuelta para que cambies de ropa, no tengo tantos deseos insaciables.
Cira se detuvo por un momento y dijo: -Mi apartamento está más cerca que la zona residencial Costa Bella, llévame de vuelta a mi
apartamento.
-Mi equipo tiene que coordinar con los médicos originales de tu madre. Incluso si se puede realizar la cirugía de inmediato, la
planificación tomará dos o tres horas. ¿Por qué tienes tanta prisa? ¿ Esperar allí no es una pérdida de tiempo?
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-Permanecer junto a mi madre, incluso si no hacemos nada, no es una pérdida de tiempo. Personas egoístas como tú, que nunca han puesto a la familia en primer lugar, por supuesto, no pueden entender.
Morgan la miró, sorprendentemente, no respondió con nada.
Cira solía pasar la noche frecuentemente en la zona residencial Costa Bella, así que tenía ropa allí.
No tenía ganas de ducharse, se puso otra ropa y se preparó para irse
Morgan abrió una botella de vino en el mostrador y le dijo indiferente: -Después de hoy, múdate a Costa Bella.
La mano de Cira, que estaba a punto de abrir la puerta, se detuvo y se volvió para mirarlo.
Morgan levantó su copa de vino y tomó un sorbo: -Que hoy no lo quiera, no significa que mañana no lo quiera. Soy directo y no puedes dejarme ser un tonto.
Cira apretó la manija de la puerta por un momento y luego se fue en silencio.
Bajó rápidamente las escaleras y vio al conductor esperándola en la puerta.
-Secretaria López, ¿vas de vuelta al hospital? Te llevaré.
Cira contuvo el aliento y no lo rechazó: -Gracias.
-No hay de qué-dijo el conductor mientras sostenía el paraguas y la escoltaba hasta el coche.
Arriba, Morgan se quedó solo y bebio medio vaso de whisky, sintiendo que algo no estaba bien.
Se tomaba alcohol cuando el estado de ánimo estaba mal. Pero
ahora…
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Su estado de ánimo estaba muy bien.
Cogió su teléfono, pensando en llamar a Ramón, pero pronto recordó que en este momento él todavía estaba en Aguavilla, así que llamó a Enrique.
-¿Quieres tomar algo?
-Está bien, ¿vamos al Palacio del Oeste?
-Bien.
Morgan eligió bien al llamar a Enrique, ya que este último tamb estaba pensando en tomar algo.
La diferencia estaba en que Morgan estaba de buen humor, mientras que Enrique lo hacía porque estaba molesto.
Normalmente, cuando se sentía molesto, buscaba a Ramón. Sin embargo, últimamente su “hermano confidente” había ido a Aguavilla por trabajo y no podía encontrarlo. Ahora, Morgan se le presentaba voluntario, y él simplemente lo aceptó.
-¿Cómo puede haber mujeres como Isabel? Este tipo de mujeres… uf, aparte de mí, ¿quién puede soportarla? -decía una frase y se
tomaba un trago-. En estos días no ha estado en casa, fui a su bufete de abogados y adivina qué pasó…
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