Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria por Joana Del Río -
Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria Capítulo 249
Capítulo 0249
-¿Perdiendo… el qué?
En los labios de Morgan se dibujó una sonrisa: -No solo no m pagas ahora, ¿tampoco me darás intereses?
Su mirada se posó en sus labios.
Él quería besarla.
…Si quería Besarla, que lo haga. Pero al mirarla de esa maner pretendía?
Cira mantuvo la calma y después de unos segundos respondió: -¿ solías tomar lo que querías por ti mismo, señor Vega?
-Solía hacerlo, pero ahora prefiero verte actuar por iniciativa propia.
Cira sintió que él la estaba provocando cada vez más, y apretó los labios: -Estamos en público.
Morgan bajó la sombrilla, cubriendo a ambos: -Así, ya no nos ven, ¿ verdad?
En resumen, él estaba decidido a que ella lo besara.
Los dedos de Cira se apretaron dentro de las mangas.
Suspiró y, bajo la mirada intensa de él, finalmente se puso de puntillas y depositó un beso en la comisura de sus labios.
Un contacto fugaz.
Los ojos de Morgan se oscurecieron. Cuando ella intentó alejarse, él la abrazó directamente por la cintura, giró la cabeza y selló sus labios
con los de ella.
¿Eres una estudiante de primaria? Un beso de adulto, como mínimo,
debería ser así.
Él introdujo su lengua en la boca de Cira sin darle espacio para
esquivarlo, su aliento masculino la envolvía de manera dominante y autoritaria.
Cira casi se sentía abrumada, sin poder respirar.
Ella instintivamente agarró fuertemente la camisa en el pec emitió un suspiro apasionado. Morgan la abrazó con firmez
cintura.
Su beso duró varios minutos, ni demasiado largo ni demasiado Justo antes de que alguien pudiera notarlos, él se separó de e regañadientes.
Cira bajó la cabeza para recuperar el aliento. Su voz sonaba ronca cuando él dijo: -Sube.
Inusualmente, Morgan pronunció palabras amables: -Espero que la operación de tu madre mañana salga bien.
Cira recuperó la respiración y respondió con un suave “hmm”, luego se dio la vuelta y entró en el hospital.
Morgan la observó alejarse hasta que desapareció de su vista. Luego apoyó el mango del paraguas en su hombro, caminó casualmente y bajó las escaleras.
Cuando el conductor lo vio acercarse, salió rápidamente del coche y abrió la puerta para él.
Morgan le entregó el paraguas y se sentó en el automóvil.
El conductor, al ver la expresión tranquila de Morgan, supo que la cena con la secretaria López fue bastante agradable.
Guardando el paraguas, subió al automóvil. El conductor accionó los limpiaparabrisas, eliminando las gotas de lluvia del parabrisas, y
halagó: -La secretaria López ha estado en el hospital estoy seguramente no ha comido bien. Es realmente considerado que el señor Vegas la lleve a comer algo sabroso para compensar.
Morgan recordó cómo esa mujer insistía en quedarse en el hospital con su madre, como si temiera que esta cena requiriera algún tipo de pago carnal. Solo sonrió irónicamente.
¿Su impresión en la mente de ella era tan vulgar?
¿Por qué estaría tan ansioso en este momento? Todos los d vendrían serían suyos.
El conductor continuó hablando: Cuidar de un paciente es l agotador, no solo mentalmente, sino también físicamente. El año pasado, cuando mi madre estuvo hospitalizada, me senté en esa si de plástico. Al día siguiente, tenía dolor de espalda y lumbares, cas perdí la mitad de mi vida…
Morgan recordó que frente a la UCI solo había sillas de plástico, incómodas de por sí.
Miró por la ventana, al otro lado de la calle, una tienda de suministros médicos tenía un letrero que decía “Venta de camas de acompañamiento”.
Cira regresó a la UCI y se disculpó con su cuñado: -Me encontré con un amigo, salí a cenar con él y volví tarde.
El cuñado adivinó: -¿Es el amigo que encontró a esos médicos extranjeros para nuestra madre? Un hombre, subió, dio una vuelta y luego se fue, ¿fue a buscarte?
Cira hizo una pausa y dijo: –Si.
El cuñado habló apresuradamente: -Deberías invitarlo a comer. He oído decir que todos son expertos y profesores que vinieron del país
Terranova. Invitarlos no solo requiere dinero, sino también contactos. ¿Quién es este amigo tuyo? ¿Es muy poderoso?
-No sé muy bien -Cira pasó rápidamente sobre el tema. Cuñado, vete a casa. Yo me quedaré aquí.
El cuñado dijo: -Ya te quedaste toda la noche ayer. ¿Por dejas hacerlo hoy?
Cira le respondió: -No hay problema, no estoy cansada. Solo mi hermana mañana temprano.
El cuñado solo cumplió con las formalidades y, dado que ella aprovechó la oportunidad y se fue.
Cira se sentó de nuevo en la silla de plástico, pensando en enviar u mensaje para preguntarle a Marcelo si habían terminado su trabajo y si habían regresado a Sherón.
Desde anteayer hasta ahora, no se había comunicado con Marcelo En cuanto a si Marcelo le había enviado mensajes a través de WhatsApp, al iniciar sesión en WhatsApp en su nuevo teléfono, no se sincronizaron los mensajes anteriores y no pudo verlos.
Justo cuando estaba a punto de escribir el mensaje, escuchó a alguien llamar: -Secretaria López.
Cira levantó la cabeza.
Era el conductor de Morgan.
–
Llevaba una cama plegable a sus espaldas y se acercó a ella: – Secretaría López, el señor Vegas me pidió que le entregara esto. Le dijo que descanse bien.
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