Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria por Joana Del Río -
Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria Capítulo 283
Capítulo 0283
Sí.
Al mediodía, Cira no pudo acabar con la sopa que le había servido a sí misma, y Morgan la bebió por ella. Su expresión en ese momento era como si hubiera visto un fantasma.
Ahora, también parecía haber visto un fantasma. Morgan levantó directamente su ropa, la sensación de sus labios y lengua se
extendió por todo el cuerpo de ella, y Cira se puso piel de gallina al
instante.
En su desesperación, ella soltó las palabras: -Señor Vega, espera un momento, ¡me ha llegado mi período!
Morgan fríamente se burló de repente: -Esta tarde has ido a las aguas termales, y ¿Ahora mismo estás teniendo tu período?
Cira apretó los dientes y dijo: -No me he sumergido en el agua, solo estaba sentada a un lado remojando los pies. Si el señor Vega no me cree, puede preguntarle a la señorita Zavala.
Morgan sonrió en la comisura de los labios, pero sin ninguna
diversión. Sus ojos estaban extremadamente fríos: -Ya que no quieres hacerlo, hablemos del contrato. ¿Ha respondido Isabel at mensaje?
Cira se atragantó y levantó la mano para apartarlo: -Todavía no he revisado mi correo electrónico. Voy a verlo ahora… ¡Mmm!
Justo cuando ella estaba a punto de levantarse de la cama, ¡Morgan la agarró sin dejar espacio y la presionó fuertemente contra el
cabecero!
El omóplato de Cira chocó inesperadamente contra el relieve tallado
en la cabecera de la cama, causándole un dolor inesperado.
+25 BONUS
Morgan ya lo había notado: -Cira, ¿me tomas por tonto? Ni siquiera has enviado el contrato a Isabel. No quieres firmar, no quieres volver al grupo Nube Celeste, no quieres volver a mi lado, y tampoco quieres estar conmigo.
-Fingiste aceptar mi propuesta para engañarme y conseguir que le buscara un médico a tu madre para la operación. Ahora que está
curada y fuera de peligro, ¿quieres librarte de mí, verdad?
Cira lo miró, viendo la clara ira en su rostro, conteniendo la
respiración.
-¿Crees que en este mundo hay cosas tan fáciles? -él movió la mano de su hombro a su cuello, apretándolo ligeramente sin aplicar fuerza. Aunque no estaba apretando con fuerza, tenía el punto vulnerable en sus manos, el rostro de Cira palideció de inmediato.
Morgan le preguntó en tono bajo: ¿Cuántas vidas crees que tienes para jugar conmigo?
Cira apretó los labios. Dijo palabra por palabra: -Cuando dije que me había llegado el período, es porque realmente me llegó. No tengo razón para inventar ese tipo de mentiras. Si no te importa, y qui continuar, hazlo. No te lo impediré.
Morgan retiró la mano y se sentó en la cama mirándola: -Quítate ropa tú misma.
Cira se quedó momentáneamente rígida.
¡Una abrumadora sensación de humillación surgió de su interior en ese instante!
La mirada de Morgan no era la de alguien mirando a una persona a la que debía respeto, sino más bien como si fuera una herramienta de placer que podía manipular a su antojo, sin ninguna expresión: –
+25 BONUS
Quítatelo todo.
Cira casi perdió la respiración. Su constitución era tal que cuando llegaba al límite de la vergüenza, su cabeza se calentaba. Se mordió el labio, reprimiendo con fuerza las lágrimas que habían aparecido en
sus ojos.
Después de unos segundos, se levantó y comenzó a quitarse la ropa.
Ella era friolera y vestía varias capas: suéter, chaleco tejido, camisa, y finalmente la ropa interior. Se quitó todo, sin dejar nada para ocultar.
Morgan simplemente la observaba, con los ojos mostrando
emociones desconocidas.
Llevaba pantalones ajustados. Desabrochó el botón y comenzó a quitarse los pantalones. Su piel era clara y pálida, sin imperfecciones visibles, excepto por una pequeña marca de nacimiento en el lado derecho de la cadera, justo en forma de una pequeña luna creciente.
Cira apretó el borde de la ropa interior, su cuerpo temblaba
ligeramente, ya sea por el frío, la vergüenza, la ira o la humillación.
Morgan miró fríamente hacia abajo y vio los trozos de papel blanco. Eran prensas.
-¿Todavía quieres quitártelo? -la voz de Cira cambió ligeram temblorosa-. ¿Quieres ver la sangre?
Morgan no quería ensuciarse, no tenía ese tipo de preferencias. Agarró la ropa que ella se había quitado y la arrojó directamente
sobre ella.
-Cira, mejor no tengas otras intenciones.
Luego, se dio la vuelta y salió de la cama.
No pasó mucho tiempo antes de que Cira escuchara el sonido de la puerta principal cerrándose.
+25 BONUS
Él se había ido.
Cira perdió instantáneamente toda la fuerza que la sostenía, se desplomó en la cama. Su cuerpo seguía temblando sin control, con las manos apoyadas en el colchón, convertidas en puños apretados.
Morgan siempre fue así, siempre lo fue.
¿Cómo podría ella no odiarlo? ¿Cómo podría contenerse y no vengarse de él?!
Morgan salió de la habitación, sintiendo una sequedad en el pecho.
Levantó la cabeza y vio a alguien parado allí.
Estela le preguntó: -Morgan, ¿quieres dar un paseo?
Morgan fue hacia ella sin dudar.
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