Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria por Joana Del Río
Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria Capítulo 320

Capítulo 0320

Eva sugirió: –Al menos deberíamos invitar a todos a una cena, ¿no?

Invitar a cenar no era gran cosa, y Cira asintió: -Está bien, no estoy familiarizada con los restaurantes de la ciudad de Xoán. Ustedes

elijan el lugar y la hora, y luego me avisan.

Como el trabajo de ese día no era mucho y todos podrían salir a tiempo, Eva se acercó al escritorio de Cira, entusiasmada: Secretaria López, ¿qué tal si aprovechamos hoy para concretar esa cena? ¡Ya le avisé a todos los compañeros!

En ese momento, Cira ya no tenía fiebre ni mareos, pero su garganta todavía le dolía un poco y no se sentía muy cómoda con la idea de una reunión social.

Sin embargo, al ver la expectativa en los rostros de sus compañeros, decidió aguantar: —Está bien.

Llegaron al lugar en dos coches, un total de siete personas, y se dirigieron a un club cuyo letrero decía Sueños Efímeros.

La decoración del club no era inferior a la de Palacio del Oeste de la ciudad de Sherón, y Cira, con su perspicacia, no necesitó entrar para saber que el consumo en ese lugar no sería barato.

Los demás compañeros también se sorprendieron: -¿Sueños Efímeros? Este lugar es demasiado caro, ¿no? Es probablemente el club más caro de Xoán. No tienen salón principal, solo salas privadas. Escuché que incluso la sala más sencilla cuesta más de tres mil.

-Exacto, y eso sin contar bebidas y frutas, que se cobran por

separado. Una comida aquí podría costar al menos dos o tres meses de salario.

Cira se detuvo y miró a Eva.

Eva era la asistente que ese día había incitado a Cira a aceptar las propuestas de Fermín.

Con una actitud como si fuera lo más normal, Eva dijo: —Para

nosotros podría ser muy caro, pero para la secretaria López, ¿no sería solo un gasto menor? Ella es la secretaria principal, con un salario alto y muchos bonos.

-Además, fue ella quien dijo que nos invitaría a cenar y que

podíamos elegir el lugar. Yo ya pagué el depósito de la sala privada. Secretaria López, ya estamos aquí, no vas a arrepentirte ahora, ¿

verdad?

Cira ya había superado hace tiempo la etapa impulsiva de ceder a provocaciones y de pretender ser algo que no es. Las palabras de Eva no le afectaron.

-Aunque dije que el lugar lo escogieran ustedes, ¿realmente no tienes idea, asistente Xue, de qué tipo de lugar deberíamos eleg Escoger un lugar que está muy por encima de nuestro nivel de consumo y luego usar mi invitación para sacar provecho?

Eva respondió: -Si tenías un presupuesto en mente, deberías haberlo dicho desde el principio, en lugar de fingir ser generosa diciendo que podíamos elegir el lugar. Ya hice la reserva, y ahora te quejas de que es demasiado caro. ¡Me parece que tú eres quien nos está utilizando!

Cira estaba segura de que Eva estaba buscando problemas sin razón alguna.

Habiendo sufrido ya una desgracia injusta la noche anterior, y aún sin recuperarse completamente, Cira no estaba dispuesta a tolerar más provocaciones de alguien que, después de todo, era su subordinada. -Claramente fue tu idea, no hace falta que digas nosotros como si

todos estuvieran de tu lado. Nadie sabía que ibas a elegir Sueños Efímeros hasta que llegamos aquí.

Eva intentó decir algo: -Es porque…

Cira, sin expresión alguna, replicó: ¿Por qué? ¿Porque estás loca? Ya eres asistente del CEO y aún no sabes medir tus acciones. ¿Qué pretendes, hacerme pasar un mal rato a propósito? ¿Es divertido para ti usar este tipo de tácticas tan obvias?

Ante la inminente discusión, los demás compañeros intentaron mediar: -Este tipo de lugares solo sirven platos que parecen exquisitos pero que en realidad son bastante comunes. Creo que sería mejor ir a comer hotpot.

Exacto, en pleno invierno, deberíamos comer hotpot. Vayamos, vi uno justo antes de llegar aquí, a unos pocos cientos de metros de distancia.

-¿Por qué ir a hotpot? Ya estamos aquí, no tiene sentido ir a otro

lugar.

Una voz despreocupada de un hombre resonó en el lugar, hacien que todos se volvieran instintivamente.

Era Fermín, que aparecía con un traje de color gris plata, con las manos en los bolsillos, acercándose a ellos.

-i… Señor García!

Cira había perdido la cuenta de cuántas veces lo había visto aparecer como caído del cielo.

Con una sonrisa en el rostro y un semblante apuesto que, bajo el

letrero luminoso de Sueños Efímeros, parecía aún más juguetón y seductor, dijo:

-Comamos aquí, yo invito.

Eva, con una mezcla de insatisfacción y sarcasmo, mordisqueó su labio y dijo: -¡Claro! La secretaria Lopez no solo tiene un salario alto, sino que también cuenta con el señor García para pagar la cuenta. ¿ Cómo no va a poder invitar en Sueños Efímeros!

Fermín la miró y respondió: -Por supuesto que puede invitar, la cuestión es si quiere o no. Por ejemplo, hay ciertas personas que buscan problemas intencionalmente, a las que mi secretaria López preferiría invitar a Ricoco a comer antes que a ellas.

Eva, que por primera vez era mirada directamente por Fermín, sintió cómo su corazón se aceleraba y preguntó instintivamente: —¿Quién es Ricoco?

-Mi perro.

Así que, preferiría invitar a un perro a comer antes que a una persona.

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