Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria por Joana Del Río
Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria Capítulo 362

Capítulo 0362

La empleada quedó sorprendida por un momento: -No pasa nada, todos estamos bien aquí.

Cira soltó un suspiro de alivio. Su madre acababa de someterse a una cirugía cardíaca y no debía sufrir sobresaltos. Apretó los labios y advirtió:– Últimamente, si recibes alguna llamada extraña, cuélgala directamente si te parece sospechosa. No aceptes cosas de remitentes desconocidos. Si notas algo extraño, llámame o llama a la policía directamente.

La empleada, asustada por su tono serio, tartamudeó: -Sí, sí, entendido… Señorita López, ¿te ha pasado algo? ¿Por qué suena como si estuvieras en problemas?

Cira respondió:

lleve a

No pasa nada, no le digas nada a mis padres. Estoy ocupada con el trabajo y no volveré este fin de semana. Le pediré a mi hermana quel mi madre a su revisión postoperatoria.

Ah, está bien, bien.

Tras colgar, Cira volvió a su escritorio algo desconcertada.

La asistente Cortés puso una caja de cartón en su mesa: -Secretaria López, tienes un paquete en recepción, lo recogí de paso.

Cira esbozó una sonrisa forzada: -Gracias.

Con un cúter, cortó la cinta adhesiva.

Pensaba que era un difusor de aromas sin fuego que había pedido hace un par de días, así que lo abrió sin más, ¡pero lo que había dentro saltó hacia ella!

Fue tan repentino e inesperado que Cira, asustada, gritó y lanzó el objeto lejos.

El objeto cayó al suelo con un estruendo, atrayendo a todos sus compañeros: ¿ Qué pasa? ¿Qué pasa?

Cira estaba asustada, palideciendo, retrocedió varios pasos mientras dos asistentes se acercaban para ver.

Vieron en el suelo una cabeza de esqueleto de juguete, de la cual salía lentamente un líquido rojo desconocido junto con una risa siniestra, jera extremadamente espeluznante!

-¿Qué es esto? ¿Una broma?

-Secretaria López, ¿quién te envió esto?

+15 BONOS

Cira no lo sabía. Se acercó rígidamente y recogió la caja del paquete, la dirección del remitente era claramente falsa.

Al acercarse, Cira olió el líquido rojo, tenía un olor a sangre.

Los otros compañeros también lo notaron: -Esto no será sangre de verdad,

verdad?

-Parece sangre de pollo…

-¿Será obra de esas personas de internet? Vi que publicaron información sobre la secretaria López, dijeron que le darían una sorpresa.

-Decirlo en internet es una cosa, pero enviar algo así para asustar a la gente es demasiado, secretaria López, deberías denunciarlo.

Cira observaba fijamente la cabeza de esqueleto ensangrentada en el suelo, pensando que, si no fuera una broma y realmente quisieran hacerle daño, poniendo algo afilado dentro, ¿estaría ya en problemas?

Se preguntaba si a partir de ahora tendría que vivir siempre con tanto cuidado. Apretó los dedos con fuerza.

El alboroto atrajo la atención de Osiel en su oficina, quien abrió la puerta, frunció el ceño ligeramente y luego dijo: -Es solo un juguete, limpialo. Secretaria López,

entra.

Cuando él habló, la gente dejó de mirar y Cira entró en la oficina con pasos rígidos.

Osiel, al ver su palidez, le sirvió personalmente un vaso de agua y se lo entregó.

Cira lo recibió con ambas manos, diciendo con voz ronca: -Gracias, señor

Sánchez.

Osiel no la reprendió: -Me enteré de lo que te está pasando, sé que no lo hiciste at propósito.

Cira dijo: Lo siento, señor Sánchez, mis asuntos personales están afectando al trabajo.

Osiel respondió: -Antes de ir a la capital, Marcelo me pidió en varias ocasiones. que me ocupara de ti, pero tu estado actual no es adecuado para seguir trabajando bajo mi supervisión.

Cira levantó la cabeza de repente: -¿Me va a despedir?

Osiel reflexionó un momento: Tomarás una licencia por ahora, cuando hayas resuelto tus asuntos, podrás volver al trabajo. Transfiere tus tareas a la asistente

  • IS SONOS

Cortés.

Cira salió aturdida de la oficina del presidente, la asistente Cortés ya había recibido la instrucción y se acercó para coordinar la transferencia de tareas.

La cabeza de esqueleto y el líquido rojo ya habían sido limpiados por el personal de limpieza, pero Cira, sentada en su escritorio, todavía podía oler débilmente ese hedor a sangre.

Se sentía nauseabunda, con ganas de vomitar, ya no podía más, rápidamente terminó de transferir sus tareas y luego, con su bolso en mano, huyó de la oficina, entró en el ascensor y se acurrucó en un rincón.

o

Cira no podía mantenerse en pie, su espalda apoyada contra la pared, encorvada, con las manos en las rodillas.

Podía sentir que su estado era muy malo, peor que nunca.

En ese momento, su único pensamiento era volver a casa, junto a su madre, porque solo su familia podía darle una sensación de seguridad.

Pero rápidamente recordó que estaba restringida, no podía dejar la ciudad, no podía irse.

Cira cerró los ojos, sintiendo como si un enorme peso presionara su pecho, tan pesado que le costaba respirar, y no pudo evitar agacharse, respirando con dificultad.

El ascensor llegó al primer piso, las puertas se abrieron lentamente y ella levantó la cabeza sin esperanza.

Entonces vio a Morgan fuera del ascensor.

Él apareció sin previo aviso, como un pilar de estabilidad.

Cira se puso rígida y sus ojos se humedecieron repentinamente. Al segundo siguiente, sin pensarlo, corrió hacia él.

Capítulo 0363

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