Capítulo 85: La Malvado No Muestra su Verdadera Cara

Tenía que mantener a Víctor en ese momento crítico, él podría ser de gran ayuda.

La razón por la que no insistí en que todos se quedaran fue porque me dejé una salida. No quería acorralar a Hernán, al contrario, prefería darle una opción de retirada.

Lo que no esperaba era que fuera Alejandro, el padre de Hernán, quien hablara a continuación.

-¿Por qué tienes que traer este asunto a la oficina? ¿No podrías hablar en casa?— Alejandro mostró su autoridad de la familia-. Te estás comportando de manera inapropiada.

Sin rodeos, lo miré y respondí: —Papá, ¿me estás hablando a mí? Quién tiene la razón y quién está equivocado quedará claro en un momento.

—María, ¿con quién está hablando?—Hernán se enojó de inmediato, quizás porque nunca me había oído hablar así desde que nos casamos. Siempre fui tranquila y delicada en mis palabras, y todos estaban acostumbrados a eso.

Me puse de pie de repente y le dije: -Hernán, ¿estás acostumbrado a que hable suave y dulcemente contigo? Estoy siendo educada. No te pases de la raya, no pienses que soy alguien

fácil de intimidar.

Cuando dije esto, mis labios temblaron constantemente, pero sabía que Hernán estaba asumiendo que podía tomar el control del proyecto de la empresa Boreal y eso le estaba

haciendo endurecer su actitud.

Hernán, que solía ser un buen esposo, se estaba comportando de manera muy diferente.

Parecía estar dispuesto a hacer cualquier cosa.

Hernán notó mi cambio y se quedó perplejo, entrecerrando los ojos mientras intentaba entender mis pensamientos.

-María, no causes problemas aquí. ¿Qué he hecho yo? El que permitió que otro hombre te llevara no fui yo, fuiste tú. Tuviste encuentros clandestinos. ¿Tienes el descaro para venir aquí y hablar tonterías?

Sofía, al ver mi actitud firme hoy, me lanzó una mirada nerviosa y luego se volvió hacia Alejandro, diciendo: -Papá, vámonos, no le hagas caso a sus tonterías.

-¡órale! ¿Te quieres ir? ¿Te dio miedo?– Ivanna bloqueó su camino con los brazos cruzados y dijo: Cuando coqueteabas con Hernán, ¿acaso titubeaste? ¿Cómo es que ahora te asustas?

-Atrévete a apartarte, ¿quién te crees para hablar así aquí?– Sofía, a pesar de sus palabras, evitó a Ivanna y se colocó junto a su padre.

-Ivanna, te estás pasando, no creas que por ser amiga de María te dejaré salirte con la tuya. Los asuntos de la familia Cintas no te conciernen, no es tu lugar para entrometerte- Hernán

+15 BONUS

–¿Olvidaron qué fue lo que hicieron?– continué las palabras de Hernán, mirándolo fijamente con ojos gélidos.

-¡Estás diciendo tonterías! – Sofía me insultó airadamente, enseñando los dientes-. Te advierto, deja de inventar cosas aquí. Eres un calumniador.

Ivanna se enfadó instantáneamente y se abalanzó hacia ella, pero la detuve jalandola hacia atrás.

-Sofía, ¿por qué no cuentas por qué me llevaron al hospital?— miré a Sofía.

Sofía, con desdén, dijo sin preocuparse: -Solo vi que estabas acostada en los brazos de un hombre, en medio de todos, ¡y no parabas de abrazar su cuello! Tsk tsk… ¡qué vulgar! Eso es lo que vi, lo demás ni lo noté.

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