Secreto de amor novela por ursula suarez -
Capítulo 50
Capitulo 50 ¿Por qué estás celoso?
-¿Celoso?-, pensó Alejandro y se sorprendió. Luego, le presionó los labios con el dedo y dijo con
voz grave:
Y qué si estoy celoso? No te olvides que sigues siendo mi esposa. -Su voz era ronca y seductora.
Mientras hablaba, se inclinó lentamente hacia ella; estaba tan cerca que Victoria podía sentir su cálido aliento contra el rostro. Justo cuando sus labios estaban a punto de tocarse, ella habló:
-¿Y qué si soy legalmente tu esposa? ¿Qué derecho tienes de estar celoso?
Alejandro se detuvo de inmediato tras escucharla. Al ver su reacción, Victoria sonrió con desdén.
-Permiteme reformularlo. Si estás celoso de mi, ¿qué será de Claudia?
Cuando él la escuchó hablando de otra persona, su lujuria se desvaneció. Puesto que no esperaba que mencionara a Claudia, su mirada se tornó despectiva cuando dijo:
-¿Por qué la mencionas?
-¿No tengo permitido hacerlo? Entonces, ¿por qué debes mencionar a Noel?
Alejandro permaneció callado. Después de mirarse entre sí en silencio, él la soltó y se bajó de la cama. Por su parte, Victoria se incorporó y se miró las muñecas; estaban rojas donde Alejandro la había tomado.
-Es severo de su parte -murmuró la mujer mientras se levantaba de la cama y recogia el portátil del suelo..
Puesto que el dispositivo había sido arrojado al suelo, ella lo abrió para verificar que funcionara bien. Un minuto después, se dio cuenta de que su portátil estaba roto, dado que no podía hacer que iniciara. Excelente. Parece que no puedo trabajar esta noche». Al pensar en ello, suspiró y sacó su teléfono.
-Detengámonos aquí, ya que algo anda mal con mi portátil. Continuaremos mañana en la compañía-, escribió. Luego, le envió el mensaje de texto a Jazmín y guardó el portátil en el bolso.
Mientras ella ordenaba, Alejandro estuvo de pie junto a Victoria todo el tiempo. A pesar de que emanaba un aura despectiva, no se fue de la habitación.
-¿No seguirás trabajando? -le preguntó al ver que había guardado el portátil.
Cuando ella lo escuchó, lo fulminó con la mirada y bramó:
-¿Cómo puedo trabajar si mi portátil está roto? ¿Con qué se supone que trabaje?
Alejandro se quedó estupefacto y, después de un rato, se acercó a ella y extendió la mano.
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-No -se nego Victoria. No queria que tocara su portátil cuando fue él quien lo rompió.
Al percibir el tono de enfado de la mujer, Alejandro tragó saliva y dijo con sinceridad:
–– Te darré uho nuevo.
4 Victoria le resulto divertido.
-¿Crees que puedo darme ese lujo?
dio cuenta de que necesitaba el dinero después de tener al bebé. -El costo de un portátil es suficiente para comprar un montón de pañales y juguetes para mi bebé-. Mientras pensaba en ella, sus palabras dieron un giro.
-Enviame el dinero a mi cuenta de PayPal.
Alejandro se sorprendió al ver el cambio de actitud. Después de todo, de pronto, estuvo dispuesta a aceptar miles de su parte cuando antes rechazó los cheques que valian millones. Al pensarlo, sacó sa telefono y le transfirió siete mil. Le habria dado más dinero si no hubiera un limite de
Cando Victoria recibió la notificación en el teléfono, lo saco y la leyó. Cuando se dio cuenta de que Alejandro le había dado siete mil, frunció el ceño y dijo:
-Es demasiado dinero.
El hombre funció los labios y enseguida inventó una excusa, puesto que tenia miedo de que ella no aceptara el dinero.
—Es una compensación por lo que hice.
Ella chasqueó la lengua y aceptó el dinero, luego, le devolvió seis mil y dijo:
-Necesito mil para el portátil. Solo aceptaré lo que necesito.
Cuando Alejandro vio que le había devuelto el dinero restante, bajó la mirada sin decir una palabra -Intenta mantener la situación clara entre nosotros. Tiene que hacer esto? ¿Es por él?-.
siguiente. Victoria gastó unos cientos de dólares para reparar su portátil. Puesto que no se endaria en la compañía mucho más tiempo, decidió que no era necesario comprar uno nuevo. A de cuentas, seria una pérdida de dinero.
A continuación, desayuno con Jazmin. Se encontraban sentadas en la cafetería y Victoria seguia hablando del trabajo. Mientras que Jazmin la escuchaba hablar, bebia resignada su leche de soja al mismo tiempo que miraba a Victoria. Por alguna razón, sentia que la mujer habia estado trabajando duro últimamente. Además, le había estado enseñando aspectos notables.
Mientras Jazmin pensaba al respecto, tragó la comida y preguntó:
-¿Puedo preguntarle algo, señorita Victoria?
La mujer la miró cuando la escuchó,
-Adelante-respondió.
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Entonces, la asistente miró a su alrededor con cuidado y se inclinó cerca de Victoria mient decía:
-¿Se irá de la compañía?
-Se da cuenta bastante rápido, pensó Victoria. Luego, frunció los labios y no dijo nada. Por otro lado, la asistente se puso nerviosa cuando vio la expresión de su jefa.
-N-no quise entrometerme en sus asuntos, señorita Victoria. Es solo que ha estado trabajando duro en este último tiempo y me ha enseñado bastante. Por eso llegué a esa conclusión.
Sin embargo, la otra mujer creyó que estaba bien contarle a Jazmín al respecto.
-Si. -No lo negó-. Por eso tienes que prestar atención a lo que te he enseñado, dado que no queda mucho tiempo.
-Señorita Victoria… -La joven abrió los ojos de la incredulidad.
Después de que Victoria completó su trabajo, cerró el portátil y dijo con indiferencia:
-No les digas a los demás sobre esto.
Jazmín asintió sin hablar. En ese momento, sintió que la invadía una ola de tristeza. «Por eso la señorita Victoria estaba tan enfadada conmigo ayer. Estaba perpleja y no sabía qué había hecho mal. Ahora que lo sé, debe haber sabido que se iba y tenía miedo de que no pudiera seguir protegiéndome. Por lo tanto, no quería que ofendiera a los demás». Al pensarlo, Jazmín se mordió el labio y miró a Victoria que estaba inexpresiva.
-¿Se divorciará del señor Calire? -susurró.
-A fin de cuentas, ¿por qué se iría de la compañía si no se van a divorciar? ¿Es por Claudia?».
Victoria la miró con resignación.
-Parece que no recuerdas nada de lo que te dije ayer-comentó.
-No… yo… es solo… -Jazmín se mordió tan fuerte el labio que casi comienza a sangrar. No quiero que se vaya.
Victoria guardó silencio por un instante y dijo:
-No hay motivos para estar tristes. Así es la vida.
-Yo…
Antes de que pudiera terminar de hablar, Victoria la interrumpió:
-Date prisa y termina de comer. Todavía tenemos trabajo que hacer en la compañía.
Jazmin se limitó a bajar la cabeza y terminar la comida; se veía deprimida. Antes de enterarse de ese asunto, habia estado comiendo contenta; sin embargo, la comida que antes sabía deliciosa, le parecia insipida.
Después de desayunar, ambas regresaron a la compañía. Cuando Victoria entró al edificio y vio el calendario en la pantalla grande, disminuyó el paso. Todavía quedan seis días para la cirugía de la abuela. Ah, el tiempo vuela. Espero que todo salga bien, tanto la cirugía como el divorcio entre Alejandro y yo».
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