Capítulo 109

-Porque la propuesta de proyecto y evaluación de riesgos de Llega La Reina no fue aprobada por la junta directiva.

-¿Qué? Nerea dudaba de lo que escuchaba, -¿Todo esto por eso?

Roman asintió.

-¿Y tu palabra como presidente no vale?

-Prefiero respetar la opinión de mis empleados.

Nerea no pudo evitar reírse a carcajadas al escucharlo, mirándolo incrédula, -Dices que respetas la opinión de tus empleados, pero la verdad es que no tienen ni idea.

Roman estuvo de acuerdo, -También lo creo.

Nerea levantó la mano, -No te confundas, ¡no estoy diciendo que tú tengas buen gusto!

-Pero mi gusto, de hecho, es muy bueno.

Dijo, mirándola con confianza.

Nerea rodó los ojos. ¡Qué egocéntrico!

Si fuera tan bueno, habrías hecho todo lo posible por mantener el proyecto y no lo habrías vendido tan fácilmente. ¡Roman, solo espera! Cuando Llega La Reina sea un éxito, te arrepentirás.

Arrepentirse de haberme rechazado en el casting, arrepentirse de haber elegido a Isabella.

-Bien, esperaré a arrepentirme.

Sus ojos brillaban, su expresión relajada, diciendo que se arrepentiría, pero sin mostrar señal alguna d remordimiento.

-Y… ¿qué pasa con Isabella? Parece que está bastante molesta por no haber conseguido el papel de Dafne, ¿no te importa?

Nerea preguntó con cautela, pero lo vio fruncir el ceño ligeramente, -¿Quién?

-Ah… nadie.

Ella sonrió satisfecha, apuntando hacia la puerta, -Parece que ya desbloqueaste la puerta, ¡me voy!

En la subasta del guion y el casting de Llega La Reina, vio a Isabella siempre detrás de él, pavoneándose. Pensó que había algo entre ellos, dado que ese tipo de relaciones no eran raras en el mundo del entretenimiento. Un jefe y su empleada, un magnate y una estrella en ascenso, de hecho, parecían una buena pareja.

Pero cuando mencionó a Isabella, no solo no mostró ninguna emoción, sino que parecía confundido, lo que indicaba que ella había malinterpretado su relación.

Eso la tranquilizo; no tenía que preocuparse por si él apoyaba a Isabella desde las sombras. ¡No había manera de que ella no pudiera superarla!

Roman miró hacia la puerta inteligente que ya indicaba estar desbloqueada, con una mirada pensativa.

Eso fue rápido.

-Bueno, ¡me voy!- Nerea se levantó, acariciando su satisfecho estómago, -Aunque fuiste tú

Capitulo 109

insistió en invitarme, te agradezco la cena. Pero, dejando eso de lado, sería mejor si no nos viéramos

más…

Roman interrumpió, -Todavía hay postre, ¿quieres probarlo, señorita Nerea?

¿Postre? ¿Qué postre?

Tan pronto como lo dijo, Nerea deseo poder retractarse. Hace un segundo estaba siendo dura, v

siguiente, se le hacía agua la boca por un postre, qué vergüenza, jese estómago traidor!

Roman sonrió suavemente, -Espera aquí.

-Ay… no te preocupes.- Nerea trató de disuadirlo débilmente, -Ya estoy llena, no puedo comer más.

Puede llevarlo y comerlo después, cuando tenga hambre.

-¿Ah?

Nerea se quedó perpleja, viéndolo dirigirse a la cocina -Bueno… Veamos, pero si no está rico, no lo

llevo.

Minutos después, Nerea salió con una caja de regalo elegante de la residencia 3001, suspirando profundamente.

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