Capítulo 124

Laureano no pudo evitar soltar una carcajada al escucharla, con una expresión que decía -¿Me estás tomando por tonto? ¿Qué tan coincidencia tenía que ser para que Roman se encontrara en el camino con la mujer de sus sueños de tantos años?

Incluso si fuera una coincidencia, seguro que fue una coincidencia creada a propósito por él.

Pero al ver sus expresiones, parecia que su relación no era como él había supuesto. Después de todo, Roman ni siquiera se había atrevido a acercarse a ella en todos estos años, mucho menos a estar

juntos.

-Mucho gusto, soy Laureano.

Se acercó a ella con pasos firmes, sonriendo al presentarse.

-Encantada.

-Desde hace tiempo escuché hablar mucho de ti, pero verte en persona es otra cosa… Laureano la miraba de arriba a abajo, como admirando una obra de arte perfecta, y no pudo evitar exclamar, -Te ves deslumbrante, tu belleza es sobrenatural. En persona eres aún más hermosa que en la televisión, no me sorprende que seas la mujer de los sueños de tantas personas.

Al decir estas palabras, le lanzó una mirada significativa hacia Roman, pero se encontró con la mirada de advertencia de él.

¿En serio?

¿Se puso celoso por esas palabras?

No podía perderse la oportunidad de ver cómo él perdía el control y la protegiera como si fuera un

tesoro.

-Gracias, eres muy amable.

Nerea estaba un tanto sorprendida por la efusiva alabanza de Laureano al conocerla, pero le respondió cortesmente, -Usted es quien tiene éxito y renombre, Sr. Sanz.

-Por favor, Srta. Nerea, no sea tan formal. Ya que estamos aqui, todos somos amigos, no me llame Señor Sanz, me hace sentir viejo. Llámame Laureano.

¿Laureano?

Nerea arqueó una ceja.

Después de decir eso, Laureano le echó una mirada a Roman, y vio cómo su cara se oscurecia visiblemente. Inmediatamente abrió sus brazos pretendiendo abrazar a Nerea, -¿Tendría el honor de darle un abrazo a Nere…? ¡Ah!

No terminó la frase cuando su voz se torció, su zapato fue pisoteado ferozmente por los brillantes zapatos de cuero de Roman.

Roman: Laurel, cuánto tiempo sin vernos.

-Tu…

Laureano apenas pudo zafarse de

su pisada, y al escuchar que l evitar soltar una risa. ¿Era su apodo? Sonaba bastante gracioso.

llamaba de esa forma, Nerea no pudo

-Tú dijiste que no me llamarías por ese apodo de nuevo.

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Capitulo 124

Roman le respondió con indiferencia, -Lo olvidé.

¿Qué cómo que lo olvidó? ¡Claramente queria hacerlo pasar vergüenza delante de Nerea!

-Roman…

Una voz aguda y empalagosa de repente vino desde el segundo piso, perforando los oídos de todos.

Nerea se estremeció sin querer y al levantar la vista, vio a una chica vestida con un complicado y elegante vestidito amarillo, sonriendo radiante mientras corría escaleras abajo, se veía feliz como una mariposa revoloteando.

-¡Llegaste!

-Mi primo es malo, no me dijo nada, ¡y me tuvo esperando en mi habitación todo este tiempo!

Ella se dirigió directamente hacia Roman con un objetivo claro. Al llegar frente a él, levantó sus grandes ojos llenos de timidez y admiración, brillando intensamente mientras lo miraba.

Nerea observaba su expresión, sin poder evitar disfrutar del espectáculo.

Esa sonrisa inocultable, esos ojos ardientes de pasión, asi que era una admiradora secreta de Roman? Con su carita redonda y grandes ojos, labios como cerezas y nariz respingona, parecía una muñeca delicada de porcelana. ¡Vaya que Roman tenía buena suerte!

-Mmm.

Roman solo le respondió brevemente y luego giró su rostro hacia Nerea, -En un rato tengo que hablar de negocios con el Sr. Laureano, nos tomará un par de horas.

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