Capítulo 141

Roman entró al salón y lo primero que hizo fue lavarse la sangre seca de serpiente de las manos.

-Laurel, hay un nido de serpientes en el bosque detrás de la montaña, a unos quinientos metros del primer hito, justo debajo del acantilado. Manda a alguien a acabar con él.

-Ah, ¡claro!

-Javier, esparce azufre alrededor de la habitación donde se hospedará la Sra. Nerea esta noche.

Javier respondió: -¡Por supuesto, jefe!

¿Eh, qué estaba pasando?

Laureano, al verlo llegar y dar órdenes con tal naturalidad, como si nada hubiera pasado, no pudo evitar acercarse y decirle.

-Roman, a veces de verdad no te entiendo. Si te gusta tanto Nerea, hasta piensas en cosas tan detalladas como esparcir azufre alrededor de su habitación, ¿por qué le hiciste eso en el bosque? Hasta yo he acabado siendo acusado injustamente…

No pudo terminar su frase, ya que la penetrante mirada fría de Roman lo detuvo, -¿Qué dijiste?

Laureano, intimidado por esa mirada, tartamudeó, -¿Acaso me estoy haciendo ideas? Pero Nerea acaba de dar a entender eso, y si no hubiera pasado nada entre ustedes, ¿por qué acabaria ella sola esa copa de vino, intentando ahogar sus penas?

Roman miró hacia la botella de vino tinto sobre la mesa, sus ojos se estrecharon de golpe.

Hacia más de ocho horas que ella no comía nada y además, acababa de llevarse un susto….

-¿Dónde está ahora?

-Acaba… acaba de salir corriendo.

-Javier, prepara medicina para la resaca.

-¡Entendido!

El cambio repentino en el semblante sombrío de Roman asustó a Laureano, quien, viéndolo marcharse apresuradamente, murmuro confundido, -¿Qué está pasando aquí?

En el baño.

Nerea, sintiéndose terrible, abrazaba el lavamanos sin conseguir vomitar nada.

El vino revolvía su estómago, quemándola cada vez más, como si quisiera incendiarla por completo. El calor era insoportable, tanto que queria quitarse la ropa. Su cabeza también empezaba a dar vueltas, y en ese momento de mareo, apareció ante ella la imagen de una serpiente retorcida y amenazante, lo que la hizo gritar, haciendo que las alucinaciones se disiparan.

Sacudió la cabeza, intentando mantenerse lúcida.

¡No podía quedarse allí ni un minuto más!

Si por alguna casualidad, una serpiente se colaba en su habitación mientras dormía… Solo de pensarlo se le erizaba la piel.

Rápidamente sacó su móvil, abrió los contactos y empezó a buscar un número, pero sus dedos

Capitulo 141

respondían y su vista se nublaba, ni siquiera sacudiendo la cabeza lograba recuperar la claridad..

-Hola Siri, busca… busca el número de Miguel, dile… dile que venga por mi….

No habla terminado de hablar cuando entró una llamada.

-¿Eh?

-¿Tan rápido? Pero si… si ni siquiera he terminado de hablar.

-Ese no es el nombre de Miguel, ¿Samson? ¿Quién es Samson?

Nerea inclinó su cabeza, claramente confundida y completamente borracha.

¡Ah!

Después de pensar un momento, finalmente recordó, Era Sam!

Inmediatamente contestó la llamada, gritando felizmente, -¡Sam…!

A través del teléfono, se escuchó una voz dulce y añorada, haciendo que Samson se levantara de un salto.

-¿Nerea?

¿Cuánto tiempo había pasado desde que Nerea lo llamó así? Le hablaba con un tono de voz lleno de confianza y cariño, como si él fuera su mundo entero.

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