Capítulo 144

El dulce aroma del licor se esparcia suavemente desde los labios de Nerea, cayendo sobre el perfilado y frio rostro de Roman, encendiendo una ola de calor apasionado. Acompañado por su voz sensual y perezosa, Roman casi se detuvo en seco, su mirada profunda oscurecida completamente.

Observaba a Nerea en sus brazos, cuyas largas pestañas rizadas parpadeaban ligeramente, cubriendo esos ojos seductores llenos de un brillo irresistible. Su cara se teñía de un leve rubor por el efecto del alcohol, flotando en sus mejillas como si estuviera luchando con algo.

En ese momento, parecia transformarse en una seductora y encantadora chica, semi desnuda en sus brazos, tirando suavemente de su corbata, invitándolo dulcemente a disfrutar de su fragancia.

Los oscuros ojos de Roman capturaron una chispa ardiente, quemando su calma y autocontrol poco a poco, sintiendo en sus brazos la suavidad y fragancia que había anhelado, solo deseaba hacerla

suya…

Sin embargo, Nerea parecía no darse cuenta del peligro, con una mano alrededor de su cuello y la otra acariciando su rostro de forma juguetona.

Le acariciaba sus cejas oscuras y curvas hasta sus profundos ojos, bajando por su nariz, deteniéndose finalmente en sus labios finos.

Cada lugar que sus delgados dedos tocaban, provocaba oleadas de hormigueo, que viajaban por su piel hasta sus piernas.

La mirada de Roman era intensa, su garganta se movía, y cada parte de su cuerpo vibraba de excitación y calor por ella.

-¿Eh?- Nerea emitió un sonido embriagador y sensual, -Pequeño, ¿cuánto pides?

-¿Cuánto estás dispuesta a ofrecerme?

Roman le habló, su voz ya era un susurro oscuro y ronco.

-Depende de cuánto valgas…

Nerea retiró su mano, mirándolo con picardía.

-Si quieres servir a esta princesa, no basta solo con tener un bonito rostro, itu cuerpo también tiene que estar a la altura! ¿Qué tal si compruebo tu figura?

Dicho esto, con una rapidez fulminante, levantó el abrigo de su traje, sintiendo a través de la fina camisa de seda los definidos y ardientes músculos de su abdomen.

Nerea se sobresaltó, soltando su mano como si estuviera quemada, y con un tono de disgusto le dijo, -¡Qué duro…!

¡No, no, no!

Pensó que solo tenia un rostro bonito, pero resultó tener un cuerpo tan musculoso, ¡si lo enfurecia, podría acabar con ella!

-¡Ya basta, quiero ir a casa!

Intentó alejarse, pero ya era demasiado tarde.

Roman, provocado por su coqueta exclamación, tenso su hermoso rostro, sus oscuros ojos se teño de rojo, desatando un profundo deseo de devorarla.

Capitulo 144

-¡Ah!

Justo cuando Nerea intentaba escapar, su delicada cintura fue firmemente atrapada por él.

-¿Qué haces?

-No… ¡Mmm…

Antes de que pudiera resistirse, fue bruscamente presionada contra la pared de mármol, una mano detrás de su cabeza y la otra firmemente sujetando sus brazos en resistencia, mientras sus labios ardientes y húmedos devoraban su suave boca rosa.

-Mmm…!

En ese instante, Nerea abrió los ojos sorprendida, incapaz de creer que él se atreviera a besarla con tal

audacia.

El alto contenido de alcohol entre sus bocas catalizaba esta intensa y ambigua atmósfera en la noche, mientras fuera, el viento y la lluvia golpeaban y las hojas temblaban, como una joven siendo salvajemente conquistada por un hombre.

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