Capítulo 174
-Si, rompi tu botella de medicina.
-Esa fue un regalo tuyo.
-También te insulté, te llamé hipócrita, un farsante…
Roman soltó una risa suave, -¿Así que estabas insultándome? Pensé que era solo un berrinche de una
niña.
-¿Un berrinche de niña?
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Nerea se quedó sorprendida con su interpretación tan peculiar, -Entonces, ¿siempre me has visto como a una niña?
Al igual que Neo, haciendo muecas y saltando por ahí creyéndose muy importante, pero en realidad no lo intimidaba en lo más minimo.
Y pensar que ella creia que siempre tenía la ventaja cuando se veian, cuando en realidad él solo la trataba con condescendencia.
Roman la miró fijamente y asintió, -Uh-huh.
Era su vida, su cariño, su niña, casi lo mismo.
-Entonces…- ella señaló su pecho con cierta vergüenza, -también te mordi.
Eso fue con rencor, con toda la intención de herir.
-Ya sano.
-¡Aunque ya sanó, aún dolió!
-¿Y
¿Y ahora qué hacemos?- Roman la miró con calma, su mirada recorriendo sutilmente su pech -¿Quieres que yo también te muerda?
Nerea siguió su mirada hacia abajo y rápidamente se cruzó de brazos, ¡Qué fresco!
La risa complacida del hombre fluyó suavemente, y Nerea se dio cuenta de que había caído en su j frunciendo los ojos. Con fiebre y aún así tenía ánimos para bromear, parece que no estaba tan enfer después de todo.
-Roman, ¿recuerdas que me debes un favor?
-Lo recuerdo.
-Pues hoy quiero cobrártelo, ¡y tienes que cumplirlo!
Ella lo miró seriamente, -Quiero que olvides todo lo que ha pasado antes, que me perdones por las cosas malas que dije e hice, ¿puedes?
-Nunca te he culpado.
En los ojos estrechos y profundos de Roman se reflejaba una ternura inmensurable, como el hielo derritiéndose en un dia de primavera, haciendo que el corazón de Nerea se sintiera cálido y sus ojos se humedecieran.
Antes, ella siempre tomaba por sentado la bondad de las personas a su alrededor, creyendo que era su derecho desde el nacimiento, hasta que vio la verdadera cara de Samson y Amapola. Entonces
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comprendió que, aparte de su familia, el ‘amor’ de todos los demás tenía un precio.
Samson quería usarla para ganar poder y posición, Amapola quería reemplazarla y ser la única hija de la familia Carris. Solo él, siempre estaba ahí, en las sombras, apoyándola incondicionalmente.
Roman, ¿por qué eres tan bueno conmigo?
No pudo evitar preguntar. Roman dejó la cuchara, evitando su mirada, -Porque me ayudaste en el Gran Torneo de Piedras Preciosas.
¡Mentira!
Nerea frunció el ceño, insatisfecha con su respuesta.
En su vida pasada, ella no había participado en el Gran Torneo de Piedras Preciosas, no había tenido ningún contacto con él, y aún así, él la había ayudado,
-No te creo, ¡debe haber otra razón!
Nerea apartó el caldo de pollo y lo miró fijamente con sospecha.
-Eres tan bueno conmigo, debe ser porque en secreto albergas sentimientos que no puedes revelar, ¿verdad?
Cuando mencionó los sentimientos secretos, Roman quedó paralizado, su mirada se endureció y su corazón empezó a latir pesadamente, como si el mundo entero se hubiera quedado en silencio, uno, dos, tres segundos…
Hasta que ella volvió a hablar con emoción, ¡Lo sabía, tu expresión nerviosa te delata!
-Yo…
-¿Acaso me parezco mucho a tu hermana o hermanita fallecida? Las perdiste para siempre debido a las crueles peleas entre familias adineradas, pero no puedes evitar extrañarlas en el fondo de tu corazón, así que cuando me viste, que me parezco tanto a ellas, volcaste todos esos sentimiento mi, buscando un poco de consuelo psicológico, ¿no es así?
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