Capítulo 204
-¿Te gusta que papá te cargue?
-SI
Nerea asintió, especialmente cuando estaba enferma sentia una sensación de seguridad y tranquilidad.
Acababa de decirlo cuando escuchó una risita de voz masculina, magnética y profunda que le causeba placer, y se dio cuenta tarde de que había caido en una trampa, golpeando con indignación el hombro. de Roman, -Roman, incluso te aprovechas de eso, ¿acaso no eres un poco infantil?
-Acepto ser infantil, Nere podría llamarme…
-¡No, de ninguna manera!
Nerea llevó su mano desde el hombro de él hacia adelante para taparle la boca, pero se asustó con su súbito aflojamiento.
-¡Cuidado!
-¡Ah…!
Inmediatamente lo abrazó fuerte, la sensación de su espalda amplia y suave bajo su agarre, y la piel suave en sus manos, oscurecieron la expresión de Roman, quien tragó saliva, sin atreverse a moverse
más.
-¡Ah, Roman, cómo te atreves a burlarte de mil Bájame, ino quiero que me cargues más!
Ella movía las piernas con enojo, pero esta vez el hombre la sujetó más fuerte, impidiéndole moverse.
-¿Me escuchaste?
-Lo escuché, no me atrevere de nuevo.
¿Ah?
Lo
que Nerea le habia preguntado era si había escuchado que le pedía que la bajara, pero lo que él respondió fue una disculpa por burlarse, su súbita suavidad la llenó de alegría, provocando una risa
secreta.
. ¿peso mucho?
ligera, tan ligera como un sueño, solo en sueños se atreveria a anhelar estar tan cerca de ella.
Eso está mejor…
Nerea sonrió desde la esquina de sus ojos, inclinándose ligeramente sobre su espalda.
La firmeza de la espalda de Roman a través de la camisa de seda transmitia una sensación de fuerza cálida y poderosa, junto con el aroma fresco del pino, haciendo que su rostro se acercara a él, frotándose contra su espalda, como un gato encariñado con hojas de menta.
Esa sensación era completamente diferente a ser cargada por su padre, cuya espalda le daba una sensación de estabilidad y seguridad, como si pudiera quedarse dormida en cualquier momento, mientras que con él, era más como estar envuelta en un fuerte aroma a hormonas, haciendo que su corazón latiera más rápido…
-¿Que pasa
Roman sintió sus pequeños movimientos
Nerea, sorprendida por su voz, se quedó rigida, luego su rostro se alejo bruscamente de su espalda. como si de repente hubiera despertado de una trance.
¿Qué qué estaba haciendo?
-Ah, no es nada, solo pensé que la tela de tu camisa se siente como las sabanas de mi cama, por
eso
Por eso no pude resistirme a acercarme, ¿claro!
¿Las sábanas?
Roman sonrió. —¿Nere, quieres dormit conmigo?
-Por nada, quien queria dormir contigo!
Pervertido, no seas tan presuntuoso, cuidado o te muerdo!
Nerea se inflo como un gato pisoteado, y después de regañarlo, se dio cuenta de que el solo estaba bromeando y que su reacción habia sido demasiado exagerada, su rostro, que apenas habia perdido el rubor, volvió a arder de vergüenza:
Qué verguenza, qué verguenza más grande.
-Puedes bajarme aqui adelante, creo que ya puedo caminar
Roman-Alli adelante hay un bosque de fiares, ¿quietes it a verlo?
-En seno?
Nerea levanto la vista y, efectivamente vio a lo lejos un vibrante y frondoso bosque de flores, radiantes y coloridas como el amanecer hermosas
-¡Vamos a verlo!
-Está bien
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