Capítulo 323
Lo iba a terminar de una vez por todas, si no era ella, seria Edern.
¿Qué podía hacer?
Nerea estaba tan nerviosa como una esposa a punto de ser descubierta en vueltas sin parar.
¡No podía dejar que él entrara!
un acto indebido, dando
Justo cuando estaba a punto de correr hacia la puerta, Roman abrió la puerta y entró, captando de inmediato la confusión en su mirada, -¿Qué pasa?
-Ah… nada, nada.
-¿Cómo que nada si ni siquiera hablas?
-Yo, yo estaba durmiendo, ¡no te escuché!
Tras decirlo, Nerea deseó poder morderse la lengua. ¿Dormir? ¡Eso solo empeoraba las cosas!
-Eh… Roman!
Sin esperar a que él hablara, ella elevó su voz de repente, como si estuviera recordando algo importante, haciendo que Edern, que estaba en el vestidor, se quedara paralizado.
Ahora que Roman había entrado, Edern no podía salir
¡Roman era tan celoso que seguro perdería el control şi descubría que Edern también estaba dentro!
-Justo estaba pensando en ti y apareces, jqué conexión tan especial tenemos!
Se lanzó hacia él con alegría, y Roman la levantó con una mano, no pudo resistirse a presionarla más contra él, mirándola cómodamente con ojos entrecerrados, -¿Ah sí? Si tanto me extrañabas, ¿por qué no me llamaste anoche?
-Anoche bebi demasiado, subi a mi habitación y me quedé dormida.
-¿Bebiste? ¿Con quién?
-Con mi familia, tranquilo, no pasó nada.- Le dijo ella con una sonrisa, acariciando su frente con cariño, Roman, tengo hambre, ¿podemos ir a comer fuera?
-No es necesario, traje comida.
Roman levantó la bolsa de comida que trala, dejando a Nerea desconcertada.-
-Pero… hoy quiero comer pescado.
-Es justo lo que te preparé.
-¡Lubina!
-Si.
Nerea no podía creerlo.
¿Cómo es que él predijo todas sus predicciones?
-También quiero café.
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Capitulo 323
-Capuchino.
-Solo bebo….
-Expreso.
Nerea se quedó atónita
¿Acaso podía leer su mente?
-Pero, pero…
Ella tartamudeó, y Roman levantó una ceja, esperando pacientemente a ver qué otra excusa podria
encontrar.
Sin poder pensar en nada más, Nerea decidió recurrira su encanto.
Bajo la mirada y le dio un pequeño beso en los labios, luego intentó profundizarlo, su torpe pero decidida acción era extremadamente tentadora, haciendo que la respiración de Roman se volviera pesada en el acto.
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Pero no esperaba que Roman dejara la bolsa de comida a un lado, la presionara contra la pared, y sin darle tiempo a decir nada, la besara con locura y pasion, como un animal salvaje en plena caza, sin mostrar señales de querer parar.
¡Ella quería que la llevara a comer afuera, no ser devorada por él aquí!
el
-Roman… mmm… Roman…
Nerea golpeaba su pecho con sus pequeñas manos, aprovechando el momento en que él le permitia respirar para hacer su petición, ¡Si me besas, tienes que llevarme a comer!
Para su sorpresa, Roman finalmente la soltó, todavía con el deseo evidente en sus ojos, pero voz sorprendentemente clara, -Fuiste tú quien me besó primero.
ojos, pero con una
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