¿Tuvimos un hijo -
Capitulo 108
Capítulo 108
Si Helen pudiera conseguirse otro bebé, ella sería capaz de establecer su posición como la señora de Palomares de una mejor manera.
<<Pero cómo se supone que logre hacer que Elías tenga relaciones conmigo? A pesar de que es amable conmigo, jamás me ha dado la oportunidad de acercarme a él. Si no fuera porque yo lo abrazaba primero en las últimas veces, el jamás me hubiera hecho primero. Al final del día, la única persona a la que él está dispuesto acercarse intencionalmente es a Anastasia. Él la ha estado buscando desde aquel día que se acostaron juntos hace cinco años y es bastante obvio que él se enamoró de ella desde el momento que sus cuerpos tocaron. Debo encontrar la manera de embriagar a Elias para que pueda conseguir mi oportunidad, tal vez debería sobornar a una de las personas que suelen estar cerca de él para que me ayude con esto. Pero no sé si alguno de ellos esté dispuesto a obedecer mis órdenes>>. Un aspecto gélido recorrió su mirada. Ella ya había hecho todo tipo de cosas en el pasado y había salido con unos cuantos hombres, por lo que estaba lejos de ser una mujer pura y casta. Elías tenia un asistente masculino llamado Daniel, el cual le había enviado artículos en el pasado; ese asistente era un hombre educado, el cual tenía un buen aspecto y un cuerpo bien definido, eso ya lo hacía mucho más apto como para que sea su novio que todos los novios que tuvo alguna vez.
El objetivo principal de Helen no consistia en tan solo conquistar el corazón de Elías, sino que también de apropiarse de todo el Corporativo Palomares; por ende, ella estaba dispuesta a tomar cualquier riesgo con el único fin de lograrlo. Después haberle echado un ojo a la hora, le hizo una llamada a Daniel.
-Hola, señorita Sarabia. -Daniel sonaba un poco sorprendido por recibir una llamada de ella.
-¿Se encuentra disponible como para venir, señor Leal? Hay una enorme rata en mi casa y estoy un poco asustada - mintió.
-¿Qué? De acuerdo. Voy en camino en este instante. - El deber de Daniel consistía en cumplir las órdenes de Elías, pero cuidar de Helen también era uno de sus trabajos. Él llegó a su hogar 30 minutos después y ella se encontraba vestida con un seductivo camisón debajo de su camisa; el aspecto en el rostro de Daniel cambio de repente a uno de pánico cuando vio cómo lucia Helen. Ella le dijo que revisara el dormitorio principal, por lo que él entró con total obediencia mientras ella se movía a un lado para darle un vaso de agua. El hombre estaba muy sediento debido a todos los nervios que sentía, por lo que bebió todo el vaso; después de que terminara de beber el agua, sintió que su cuerpo ardía. Helen se acercó hacia él para abrazarlo y él temió por unos segundos, pero Daniel permitió que tomara control sobre el momentos después, por lo que los dos tuvieron una sesión apasionante dentro del dormitorio principal de Helen.
Eran las 5:00 de la mañana para cuando él se sostuvo la cabeza con las manos y se sentó en el rincón de la cama; Daniel se encontraba lleno de arrepentimiento y crítica hacia su propia persona, pero un suave brazo se enredó alrededor de su cintura en ese instante.
-Ahora yo te pertenezco, Daniel. i Tendrás que hacerte responsable de mi!
-Lo siento, señorita Sarabia. Cometi un grave error. - Él la empujó a un lado deprisa y la mirada de la mujer se oscureció a la vez que su voz se volvía gelida.
- Daniel, itú crees que Elías te perdonará si se entera de que te acostaste conmigo? - Él la miro
fijamente con un aspecto de total desamparo en su mirada, por lo que ella suavizó su tono de voz un poco para continuar hablando-. Nosotros dos somos los únicos que sabemos sobre esto, Daniel; sin embargo, de ahora en adelante, quiero que tú me obedezcas. Tú harás lo que yo te diga a la letra, ¿de acuerdo?
-Yo no cometeré nada que sea ilegal- le dijo.
-No necesito que cometas algo de esa clase. Lo único que quiero es que me notifiques sobre todo lo que hace Elias en su día a día y sobre las mujeres con las que interactúa – le dijo. Daniel no quería que su vida fuera arruinada y a él no le molestaba hacer lo que sea que Helen quisiera que hiciera.
-Está bien. Te diré con exactitud cualquier cosa que haga el presidente Palomares en cada día.
!
-Bueno, entonces dime, cha habido algo importante en lo que Elías se ha estado involucrando últimamente? -Helen se recostó en la cama, como si fuera una reina, mientras observaba al hombre durante su interrogación.
-Yo no te puedo contar sobre las cosas relacionadas con el trabajo, pero él asistirá a la cena de caridad de la familia este viernes. Usted podrá verlo alli — le respondió.
-¿Qué? ¿Este viernes? Pero si ya es miércoles, ¿por qué no he recibido una invitación? - Helen frunció el ceño.
-Escuché que todas las invitaciones ya fueron enviadas. ¿Usted no recibió nada? - le preguntó.
-¡No! ¿Quién la patrocina? -gritó.
-Es una cena de caridad dirigida por la señora Palomares. Usted debió haber recibido una invitación! -le respondió, pero el resentimiento fue visible a través de los ojos de Helen.
<<Parece que la señora Palomares valora a Anastasia mucho más que a mí. No puedo creer que ella no me haya invitado a un evento tan importante como ese. Estoy segura de que invito a Anastasia, ¿verdad?».
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