¿Tuvimos un hijo
Capitulo 112

Capítulo 112

El auto se quedó en silencio después de que Anastasia terminara de hablar.

-Lo sé. - Una voz profunda y atractiva se escuchó después de unos momentos. Los ojos de Anastasia se abrieron del impacto antes de que dirigiera su mira al reflejo del espejo retrovisor para chocar con la mirada del hombre; ella sintió como si observara un pozo profundo.

-¿Qué haces aquí, Elías?- gritó y el hombre bufó.

<<¿Pensó que yo era otro simple chofer?».

Ella sintió que su cabeza daba vueltas.

<<¿Por qué me envió Fernanda al auto de Elías?».

-¿Qué haces aquí? ¿Por qué viniste a recogerme? - le preguntó Anastasia mientras arrastraba las palabras y con un tono de voz que denotaba lo ebria que estaba.

-¿Cómo se supone que puedas cuidar de Alejandro cuando te encuentras en esta condición? - le preguntó.

-Mi papá está en casa con él en este momento -le respondió con una voz cansada desde el asiento trasero. El hombre mantuvo su mirada fija en ella a través del retrovisor y pudo ver su sensual figura bajo la poca luz; su cabello largo cayó sobre sus hombros, lo cual la hizo lucir más atractiva que nunca. El aire dentro del auto olía a una combinación entre alcohol y perfume de mujer. Elías tenía los mismos ojos que la de una bestia sedienta cuando sintió como sus instintos de depredador tomaban control de él.

Mientras tanto, Anastasia se recostó en el asiento trasero debido a que sentía como el cansancio se apoderaba de ella y se quedó dormida a los pocos segundos. Elías volteó su mirada hacia ella cuando dormía y su mirada se quedó quieta por unos momentos para luego detener el auto a un lado de la carretera.

<<Su hijo quedará traumatizado cuando crezca si es que la ve de esta manera». Consideró Elías y fue por ese motivo que tomó el celular de Anastasia para luego desbloquearlo con la huella digital de la mujer; continuó en buscar el número de Franco para poder mandarle un mensaje de texto, el cual decía:

<<Papá, estoy ebria esta noche. ¿Podrias cuidar de Alejandro por hoy? Llegaré a casa mañana temprano en la

manana»>.

Franco respondió pocos momentos después:

<<Deberías descansar un poco si estás borracha. No te preocupes por Alejandro, yo lo cuidaré. iMantente segura!», «Entendido, papá». Elías le mandó el mensaje. Después de ver qué tan embriagada estaba Anastasia, decidió que no podía permitir que el pequeño Alejandro tuviera el recuerdo su madre borracha a una edad tan joven. Ella no sabía nada sobre los planes del hombre, así que continuo

durmiendo mientras que el auto negro aceleró hasta pasar el centro de la ciudad para luego llegar a uno de los más costosos chalés en el área a media colina.

Anastasia no había dormido mucho la noche anterior y tuvo un día muy largo ese día, por lo que

era poco probable que ella fuera a despertarse aun si un rayo le llegara a caer en la cabeza después de beber todo ese alcohol. Una vez que el hombre estacionó el auto, la subió entre sus brazos como si fuera una novia de bodas y la llevó a su dormitorio sin que ella supiera de eso. Ya que estaba en la cama, ella giró su cuerpo para ponerse en una posición cómoda para luego seguir durmiendo. La mujer vestía con una camisa blanca y una falda lápiz negra que revelaba sus delgados muslos. Anastasia no estaba consciente que la posición en la que dormía era muy seductiva para el hombre que la miraba fijamente.

El gran chalé estaba iluminado por un enorme candelabro que colgaba sobre un sofá gris; Elías acababa de salir de ducharse cuando fue a sentarse en ese sofá en una postura perezosa y él se había puesto un par de pantalones deportivos, pero dejó al descubierto la parte superior de su cuerpo. Aún quedaban unas gotas de agua en su piel mientras que levantaba su brazo para darle un sorbo a su copa de vino tinto; los músculos de su cuerpo sobresalían con cada movimiento que hacía mientras que levantaba y bajaba su copa.

Elías era un hombre tranquilo y racional en la mayor parte del tiempo; sin embargo, el sentia como perdía control de sí mismo en cada ocasión que pensaba en la mujer que yacía acostada en su cama. No podía resistir el deseo de perder el control por completo y desatarse, pero siempre que intentaba reprimir sus deseos, estos desaparecerían por un rato para luego volver tiempo después. El quería revisar como estaba, pero también sabía que sentiría codicia por ella cuando estuviera adentro y le era imposible tan solo quedarse viéndola.

Por ese motivo, consideró que mantendría su distancia para que no tuviera que sufrir tanto; aun asi, había una voz en su cabeza que no dejaba de gritarle y tenía que combatir esa voz con la parte racional de su mente. Al final, levantó su copa de vino y la bebió todo de un trago para luego pararse y dirigirse hacia arriba. Él había encontrado una razón por la cual subir.

<<Tengo que verificar si vomito. Si lo hizo, entonces mi pobre cama estaría en problemas. Ella no tiene una tolerancia muy alta para el alcohol, pero no creo que tenga la costumbre de vomitar. Por lo general, ella solo duerme cuando está borracha». Elías abrió la puerta que daba a su habitación y vio que la mujer dormía con su espalda dirigida hacia él. Sus impresionantes curvas y su suave figura la hacian lucir especialmente femenina bajo la poca luz.

Tip: You can use left, right keyboard keys to browse between chapters.Tap the middle of the screen to reveal Reading Options.

If you replace any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.

Report